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El punto cero: por qué no se ha firmado en La Habana



La firma del acuerdo de paz estaba prevista para el pasado 23 de marzo. Al final de ese día ambas partes, FARC y gobierno, no llegaron siquiera a producir un comunicado conjunto. Además ya han pasado dos ciclos desde esa fecha y no se ha logrado anunciar nada, a pesar de que se sabe que lo del cese bilateral esta cocinado. La explicación a esto, es que la discusión se encuentra detenida en un asunto político. Sobre esto se pueden decir dos cosas; En primer lugar,  tanto las FARC como el gobierno tiene razón en sus argumentos, son poderosos, aunque todo parece indicar que las FARC tiene algo de razón más que el gobierno. Lo segundo, es que en este punto la discusión ya no es técnica sino política.


El dilema de fondo es cuando comienza el postconflicto o mejor cuál es el punto cero, o el punto de arranque. Para el gobierno el punto cero comienza cuando la última zona de concentración realice la dejación de armas. Para las FARC el punto de inicio es el día de la firma de los acuerdos de paz. El tema es que ambas partes ven el inicio del proceso de construcción de paz como una fecha y no como una transición. Tres son las situaciones.


Primero. La dejación de armas no será una fecha única, lo que muy seguramente va a suceder es que se crearán unas 20 zonas de ubicación, y la dejación de armas será progresiva. Es decir, una vez se dé la firma, una primera zona dejará las armas, 20 días después va la otra y así sucesivamente. De tal forma que este proceso tardará no menos de 6 meses, lo cual es normal en cualquier proceso de paz. Por ello el mecanismo internacional de verificación de Naciones Unidas tiene un mandato de 6 meses prorrogables 6 meses más. Además la guerrilla ve las armas como la única garantía de que el gobierno les cumplirá. Sobre todo en el proceso de reglamentación de los acuerdos de paz. Es decir, una vez se dejen las armas los incentivos para que el gobierno le cumpla a las FARC serán bastante bajos.


Segundo. Expertos, analistas, así como el gobierno saben que la FARC, así como estuvieron en la parte de la creación de los acuerdos deben estar en su reglamentación, es decir, en el momento que el congreso  convertirá en leyes lo firmado en La Habana. Los acuerdos de paz, una vez firmados, son una firma de voluntades nada más que eso. La guerrilla ha hablado de un acuerdo espacial para introducir los acuerdos de paz como tratado internacional y así por bloque de Constitucionalidad se convierten en obligatorios para el Estado colombiano. El gobierno ha optado por que sea una parte del congreso, mediante un mecanismo simplificado, el que reglamente los acuerdos de paz. Más allá del debate de cuantos curules deben tener la FARC para esta reglamentación lo cierto es que de firmarse el acuerdo de paz antes de julio, el Congreso debería comenzar a tramitar en el segundo semestre del año dicha reglamentación.

Así las cosas los cronogramas son complicados, ya que, el cronograma de la dejación de armas se superpone al de la reglamentación de los acuerdos. Es decir, las FARC deberían estar en el congreso aún con algunas zonas de ubicación sin dejar las armas. Si bien van a estar concentrados y con un mecanismo de verificación internacional, algunos van a tener armas. A la vez a las FARC, tiene las armas como única mecanismo de respaldo para que no les hagan conejo.


Tercero. Los dos cronogramas mencionados anteriormente se cruzan con el del plebiscito que muy seguramente será votado a finales del año. Además ya para esas fechas la campaña del 2018 estará arrancando motores y el presidente Santos tendrá difícil la maniobrabilidad política del país. Las FARC también quieren comenzar a hacer política, no significa que sean candidatos, pero si comenzar a plantear sus ideas públicamente, también esta aspiración se cruza con los cronogramas anteriores y con la puesta en marcha de la jurisdicción especial para la paz.


Finalmente se podría decir que el gobierno ha dicho que política con armas no se puede hacer y las FARC para que les cumplan no tiene otra garantía que las armas, tremendo dilema. Sin embargo, el gobierno debe entender que el inicio del postconflicto es una transición y no una fecha.


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