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¿Quiénes están sembrando el terror en Ituango?

Foto: Tomada de El Colombiano

Por: Carlos Montoya Cely, coordinador de la Línea de Conflicto, Paz y Postconflicto y Andrea Aldana, investigadora – Pares


El Bajo Cauca antioqueño, norte y nordeste antioqueño, es una de las cuatro zonas más complejas en materia de seguridad después de la dejación de armas de las FARC. En las últimas semanas se denunció que grupos armados ilegales están haciendo censos en zonas rurales de Ituango con el objetivo de limitar la libre movilidad de la población. Además, la tasa de homicidio es la más alta de los últimos cinco años, tal como se ve en la siguiente gráfica.

El proceso de paz trajo una tranquilidad de pocos meses al norte de Antioquia. Desde 2012 se vio una tendencia a la baja en el número de homicidios, llegando al punto más bajo en el 2016. Sin embargo, desde finales de ese mismo año en la zona se vive un proceso de reorganización criminal. Hoy, son varias estructuras las que se disputan metro a metro el poder en la zona.

A los pocos días de la concentración de las FARC, las condiciones de seguridad comenzaron a deteriorarse. El punto más crítico llegó en este primer semestre de 2018, donde se han reportado 41 homicidios y múltiples amenazas contra la población. Las causas están relacionadas con la expansión del Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia (como se autodenominan), la llegada de los Pachelly desde Medellín y la emergencia de grupos desertores de las FARC.

De acuerdo con la información recolectada en territorio, los hombres que están detrás de la expansión del Clan del Golfo son los desertores de las FARC alias ‘Carnitas’ y ‘Jeringa’. Ambos trabajaron con el Clan del Golfo y habrían servido de enlace a los Pachelly de Medellín, quienes le compraron una franquicia territorial al Clan del Golfo.

Alias ‘Carnitas’, después de abandonar el proceso de paz, tomó el control de las veredas Pascuitá, El Cedral y la Hundida, además de los corregimientos de El Aro y Santa Rita. En este último se le conoció por la detonación de un artefacto explosivo y la amenaza a 20 maestros en medio del paro convocado por Fecode, en mayo de 2017.

Durante el 2017, Carnitas’ y ‘Jeringa’, en representación de las AGC, facilitaron la compra de droga a los Pachelly y trabajaron en una alianza con esta banda, integrada al Cartel del Norte del Valle de Aburrá que, además, venía ingresando al norte antioqueño para gestionar actividades netamente relacionadas con el narcotráfico.

Como se ven la siguiente, desde el 2016 empezaron a aumentar los cultivos de uso ilícito en la región.

Sin embargo, alias ‘Carnitas’ y ‘Jeringa’ no son los únicos que están sembrando terror en el territorio. En los últimos meses se ha conocido de la aparición de alias “Cabuyo”, otro exintegrante de FARC que, aun cuando hizo el proceso de dejación de armas, se estaría rearmando para liderar una estructura que las autoridades llaman “disidencias” del Frente 36.

Sobre estos supuestos disidentes se debe advertir que el trabajo desarrollado ha logrado establecer que no todos sus integrantes son exguerrilleros. También hay miembros de la delincuencia común que se han sumado a las actividades de alias “Cabuyo” en función de capturar rentas del narcotráfico.

Según información obtenida en entrevistas, los “disidentes” de las FARC que estarían liderando nuevos grupos en Antioquia son: alias ‘El Burro’ por el frente 5, operando en el Norte antioqueño y Urabá; alias ‘El Pájaro’ y ‘Mauro Ratón’ por el frente 34, operando en Urrao; alias ‘Segundo’ por el frente 58, operando en Urabá; alias ‘Ramiro’ por el frente 18, operando en Ituango y Briceño; alias ‘Cabuyo’ y ‘Diomedez’ por el frente 36, operando en Ituango, Briceño, Anorí, Valdivia y apareciendo por algunas zonas de Bajo Cauca.

La aparición de “Cabuyo”, las alianzas de “Carnitas” y la presencia de las AGC y los Pachelly por la disputa del territorio podrían explicar el aumento de la violencia en el último año.

Luego del anuncio de la ley de sometimiento a la justicia para las organizaciones criminales se generaron tensiones entre las AGC y los Pachelly. Además, existe también tensión entre “Cabuyo” y ‘Carnitas’. Todo esto hace prever un 2018 muy difícil para el Norte de Antioquia y sobre todo para Ituango.


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