Hace algunos días fue capturado en Cali Diego Fernando Pizarro Portilla, conocido con el alias del Alcalde o don Gaula. La operación, conocida como “Mar Azul”, también se desarrolló en Cali, Buenaventura y Tumaco. Fue desvertebrada casi la mitad de una organización criminal dedicada al tráfico de droga que enviaba cargamentos hacia Centroamérica vía el mar Pacífico, casi semanalmente. Hasta aquí no hay nada raro, bandidos y en el Pacífico se cuentan por decenas.
Lo que llama la atención es que Diego Pizarro participó como candidato a la Alcaldía de Tumaco en las elecciones del 2015 y se inscribió por el Partido Centro Democrático, colectividad en la cual militaba abiertamente. Las autoridades lo referenciaban como mano derecha de José Feliciano Góngora Solís, también conocido con el alias del Viejo, o el Papá. Pizarro era el contador de la Organización Criminal y desde el 2016 era su jefe. Diego Pizarro es casado con Maru Góngora Solís, hermana de José Feliciano Góngora Solís. José Góngora fue capturado por narcotráfico hace aproximadamente dos años, fue extraditado y se encuentra en Texas, Estados Unidos. Góngora tuvo audiencia el pasado 7 de febrero y la próxima es el 22 de febrero.
La investigación que terminó con el apresamiento de alias el Alcalde duró aproximadamente dos años, lo cual resultó en su captura en la madrugada del 2 de febrero en la ciudad de Cali. Esto significa que cuando era candidato por el Centro Democrático ya pertenecía a la Organización Criminal, es decir, el partido del Senador Uribe avaló un narcotraficante (ver foto 1).
La candidatura de Pizarro se hizo por todo lo alto, llegó a instalar en un sector de la ciudad (barrio La Florida) una valla en la que aparece él junto al expresidente Álvaro Uribe Vélez, decía conocerlo bien, aunque esto último no se pudo comprobar. Durante la campaña, el entonces candidato del Centro Democrático denunció que las FARC habían puesto restricciones para el proselitismo electoral, aunque en general todos los candidatos pudieron moverse en todas las zonas urbanas y rurales. No se debe olvidar que durante esas fechas las FARC habían declarado un cese del fuego unilateral, pero Pizarro hacía eco del discurso que desde Bogotá había montado el CD, o al menos eso era lo que se podía ver desde afuera de la contienda electoral (Ver foto 2).
Al final todo parece indicar que los problemas de seguridad de Pizarro no se derivaban de su militancia en el CD o de una disputa política por la oposición de este partido al proceso de paz. Más bien se refería a una disputa criminal en la cual Pizarro estaba intentado apoderarse de los esteros para la salida de droga. La organización criminal de alias el Alcalde, al final se quedó con el control del 80 % de la cocaína enviada por la costa pacífica nariñense (ver foto 3). La droga salía mayoritariamente por medio de semisumergibles y lanchas rápidas.
Lo complicado de la historia con Diego Pizarro es que se suma a una larga lista de personas cercanas a la estructura política del CD que han estado vinculadas al narcotraficante. No sólo hago referencia al general Santoyo, quien fue edecán del presidente Uribe, su hombre de confianza durante la gobernación Antioquia, y quien fue extraditado a Estados Unidos por narcotráfico. También hago referencia a la cuñada del expresidente Uribe, Dolly De Jesús Cifuentes Villa, quien fue extraditada y reconoció su relación con el Chapo Guzmán. El Chapo lideró, hasta su captura hace algunos meses, el cartel de Sinaloa, estructura criminal que controlaba casi de forma monopólica el tráfico de drogas por el mar Pacífico. Sólo coincidencias, al fin y al cabo.
Esta es la segunda columna sobre el Pacífico nariñense, la primera se denominó “La tragedia de Tumaco” y aún quedan dos más. Pizarro no fue el único político capturado.
Columna publicada en Semana.com
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