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¿Se acaba el Partido de la U?



Cuando se empezó a discutir la posibilidad de darle trámite a un proyecto que abriera la posibilidad de reelegir a un presidente en ejercicio del cargo, en este caso a Álvaro Uribe Vélez, se pensó también en la creación de un partido político que agrupara a quienes de una u otra manera le apoyaban.

Álvaro Uribe Vélez se presentó a las elecciones presidenciales de 2002 como disidente del liberalismo a través del movimiento Primero Colombia, que avaló su candidatura a través de la recolección de firmas. Durante la campaña y ante su ascenso en las encuestas, muchos políticos, entre ellos congresistas del Partido Conservador que presionaron el retiro de la candidatura de Juan Camilo Restrepo a la presidencia de la república por el oficialismo azul, y casi la mitad de senadores y representantes del Partido Liberal, junto con algunos independientes, se le fueron uniendo, y una vez salió elegido en la primera vuelta en junio de 2002, Uribe recibió el apoyo del 50% del Congreso, lo que le facilitó la consolidación de su bancada.

Ante la aceptación de la política de mano firme contra la insurgencia de Álvaro Uribe, algunos congresistas y miembros de su gabinete, opinaban que para el país no era conveniente el cambio de enfoque en la manera de gobernar, y que era mejor pensar en modificar la Constitución para permitirle al entonces primer mandatario, la búsqueda de su reelección.

Al tiempo en que se discutía el proyecto de Reforma Política que buscaba acabar con la proliferación de partidos y movimientos políticos, muchos de estos considerados “de garaje”, se debatía también la creación de una nueva fuerza política que agrupara a los congresistas y demás personas que apoyaban a Uribe.

Las nuevas reglas electorales obligaban a una nueva reagrupación de políticos y congresistas que en el 2006 pensaban buscar su reelección en el cargo. Estos ya no lo podrían hacer mediante pequeños movimientos, porque al no obtener la suficiente votación, desaparecerían de la escena.

De esta manera se inicia un primer intento por reagrupar a los uribistas, que fracasa ante la falta de acuerdo entre sus promotores (Gina Parody, Armando Benedetti, Rafael Pardo, Oscar Iván Zuluaga y Luis Fernando Velasco).

Para sorpresa de muchos, cuando la Corte Constitucional da luz verde a la reelección presidencial, Uribe busca a Juan Manuel Santos para que unifique a quienes le apoyaban. La designación no cae bien en la coalición de la seguridad democrática, porque consideraban que el entonces exministro de Hacienda no contaba con la experiencia requerida en manejo político.

Para ese entonces Juan Manuel Santos ejercía oposición al Gobierno de Álvaro Uribe. Sin embargo, esto no fue impedimento para que el exministro y hoy primer mandatario, aceptara la tarea.

Es así como Santos presentó oficialmente la iniciativa de fundar el Partido de Unidad Nacional o Partido de la U y agregar a través de él, las diferentes vertientes uribistas. Al principio Uribe Vélez pareció interesarse por la unión. Incluso sugirió que para que estuviera más acorde a su proyecto se destacara más el componente social. Santos le hizo caso y cambió el nombre de la organización por Partido Social de Unidad Nacional.

Al partido uribistas llegan caciques electorales que formaron su clientela en los partidos liberal y conservador. Dentro de ellos se contaba la presencia en las listas a senado y cámara de Zulema Jattin, José David Name, Roy Barreras, Juan Lozano, Luis Guillermo Vélez, Piedad Zuccardi, Armando Benedetti, Dilian Francisca Toro, Carlos García Orjuela, Mussa Besaile, Odín Sánchez y William Vélez, todos estos del Partido Liberal. Del conservatismo llega Marta Lucía Ramírez. También convergen personajes de movimientos pequeños como Adriana Gutiérrez y Manuel Enriquez Rosero de Convergencia Popular Cívica, junto con Jairo Clopatosfky del movimiento Cívico Independiente; Mauricio Pimiento de Sí Colombia; Gina Parody de Cambio Radical y Carlos Ferro de Somos Colombia.

Con personajes de esta naturaleza el recién creado Partido de la U asegura el umbral y en las elecciones para senado y cámara de 2006, obtiene las mayorías. Sin embargo, como dice el dicho: “de la risa al llanto”, se inician las denuncias por los vínculos de algunos políticos con los paramilitares y el Partido de la U es de los primeros salpicados.

Esta fuerza política finaliza el periodo legislativo de 2006 y 2010 con 12 senadores y 6 representantes a la Cámara con investigación por vínculos con el paramilitarismo, algunos de estos condenados. Así mismo tuvo personajes de su filiación política mezclados en los escándalos de la Yidispolítica, Notarías y Estupefacientes.

Actualmente con la presencia de los senadores Bernardo Elías Vidal y Musa Besaile, ambos del Partido de la U, se inicia formalmente la investigación por la filtración de la multinacional brasileña Odebreth en las campañas de 2010 y 2014, al que esta organización política no escapa.

El pecado del Partido de la U, consistió en no apostarle a la creación de una fuerza política con nuevas caras, lejos del cacicazgo y el clientelismo con el que tradicionalmente se ha ejercido la política en Colombia, y más bien quiso asegurar su cupo en el legislativo agrupando personajes de distinto color que aseguraran los votos, sin importarle si sus costumbres eran poco sanas, lo que hace que este movimiento no escape a escándalos de corrupción política en Colombia.

El no escapar a ningún escándalo que se ha presentado en Colombia en los últimos años, y el perder a dos de sus más grandes electores por cuenta de Odebreth, hace que el Partido de la U corra el riesgo de desaparecer del escenario político, bien sea porque podría darse el caso de perder mayorías y quedar reducido a un tercer lugar en número de congresistas, o de que los miembros de su bancada decidan migrar a otros partidos, obligando a disolverle.

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