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Historias de resistencia juvenil en Riosucio 

Por: Colombia joven y Conflictos asociados al desarrollo-Pares


Chocó es quizás uno de los departamentos de Colombia donde la violencia, tanto política, como social y hasta económica ha tenido mayor incidencia en la población durante años. Uno de los hitos que define la situación de violencia en Riosucio fue la incursión armada del Bloque Élmer Cárdenas en el Bajo Atrato y del desarrollo de la Operación Génesis en diciembre de 1996. Estas incursiones bélicas generaron el desplazamiento de cientos de familias campesinas, de comunidades negras e indígenas, así como desapariciones forzadas de miembros de la comunidad.

A partir de este hecho, la presencia de los comandos paramilitares se mantuvo constante hasta la retoma del municipio realizada por la guerrilla de las FARC, luego de la desmovilización de las distintas estructuras de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la primera década del siglo XXI. A raíz de los diferentes ataques paramilitares hubo una fuerte ruptura en el tejido social y supresión de procesos organizativos comunitarios con el desarraigo del territorio que produjo principalmente el desplazamiento forzado, además de los hechos más deplorables de tortura, mutilación, violencia sexual y homicidio. Aún hoy la violencia y la sevicia de los actores armados se conmemora y se recuerda con dolor por las comunidades.

El municipio de Riosucio no cuenta con un sistema de información sobre seguridad y convivencia ciudadana que permita registrar de manera cuantitativa los incidentes que tengan relación con delitos de alto impacto, hechos de victimización con ocasión del conflicto armado, manifestación de violencias basadas en género, incidentes por lesiones personales, entre otros, lo cual obstaculiza la definición de diagnósticos actualizados sobre la situación violenta del municipio y tampoco permite realizar respuestas institucionales ni de monitoreo a estas problemáticas.

Pese a esto, el municipio de Riosucio tiene una fuerte actividad de explotación forestal, lo que se convierte en la principal fuente económica para el territorio. Esta actividad económica se ha desarrollado en el municipio desde hace aproximadamente cuatro décadas debido al valor comercial que tienen especies arbóreas como el cativo, el guino, el pino amarillo, el abarco, el roble, el cedro, el caracolí, entre otros. Estos maderables son transportados en barcazas a través del río Atrato para ser comercializadas como madera en bruto y aserrada en Turbo, Apartadó, Medellín, Barranquilla y Cartagena. Y, aunque el municipio es productor de la materia prima, no existe una empresa en el territorio que pueda transformar esta madera en muebles para su posterior comercialización; es por este motivo que la madera es llevada a los puertos de Turbo y Cartagena.

Sin embargo, pese a que los suelos del municipio de Riosucio permiten cosechar diversos alimentos como arroz, maíz, frijoles, ajonjolí, ñame, plátano, yuca y cacao; la finalidad de estos es principalmente el consumo local, más que su posterior comercio.

Actualmente, las únicas dos formas de acceso al municipio son mediante el río Atrato y a través de una carretera en proceso de pavimentación que conecta con los municipios de Mutatá y Chigorodó que permite la comercialización de productos en el Urabá antioqueño. Es por ello que la arteria de movilidad en el Urabá chocoano es el río Atrato y sus distintos afluentes.

Los servicios públicos en el municipio de Riosucio es precaria, no hay un sistema de alcantarillado y las afluentes del río son la principal vía de drenaje de los desechos sanitarios de cada uno de los hogares. Tampoco hay un sistema de acueducto que capte y distribuya el agua en las debidas condiciones para los residentes, entonces el abastecimiento se realiza a partir de las aguas lluvias almacenadas en tanques en cada una de las casas. Además, la inexistencia de un alcantarillado municipal que permita el desagüe de aguas residuales es un foco de contaminación y de proliferación de enfermedades, al quedarse estancadas en las diferentes calles de la cabecera.

Según la información del DANE, el municipio cuenta con 28.923 habitantes distribuidos a lo largo de los 7.046 km2 con una densidad poblacional de 4,09 y el equivalente al 5,7% del total de la población departamental. En la cabecera se ubican 8.592 personas, frente a las 20.331 de la zona rural.  El volumen más significativo de la población se encuentra en la infancia, la adolescencia y la juventud. De acuerdo con lo anterior, podemos afirmar que Riosucio es especialmente un municipio de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; con un acento significativo especialmente en la infancia lo que lo ubica, según la clasificación establecida por el Departamento de Planeación Nacional de acuerdo con su estructura poblacional, como un municipio embrionario.

En ese sentido, según el DNP, los municipios embrionarios son aquellos que “no han iniciado el bono demográfico. Tienen altas tasas de dependencia de menores. Su desempeño en derechos y condiciones sociales es muy precario y no alcanzan las metas mínimas. Y requieren: alcanzar metas mínimas de universalidad del desarrollo social (salud, educación, vivienda, servicios públicos), hasta llegar a promedios urbanos de hoy. Inversión importante en primera infancia, educación y servicios públicos.

La población joven en el municipio de Riosucio, Chocó, representa un 32,4% del total de la población, siendo ésta, un poco más de nueve mil trescientas personas, frente a veintiocho mil novecientas, que según estimaciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) viven en el municipio. Similar a lo que se observa en el municipio de Río Quito, Chocó; en Riosucio, la población joven representa una mayoría importante, por encima de la media nacional, situación que debe orientar la política pública y la atención de los diferentes actores sociales, obligándolos a pensar el territorio, como un territorio joven, en el que se brinden todas las oportunidades.

Ser joven en Ríosucio / ¿Con qué herramientas cuentan los jóvenes para abordar estas problemáticas?

Las trayectorias de vida de la gran mayoría de los jóvenes de Riosucio no dan cuenta de una experiencia de juventud como se ha definido desde las distintas disciplinas que hablan de esta condición. Se ha planteado que la experiencia de ser joven se caracteriza por el hecho de ser una persona principalmente protegida por su familia, que se encuentra inmerso en una experiencia educativa mediante la cual adquiere conocimientos que le permitirán, en un futuro no muy lejano, vincularse a un tipo de trabajo que le permita aplicar los conocimientos adquiridos.

A su vez, en el momento de ser joven la persona se encuentra en un proceso de afirmación de su identidad lo que la conlleva a explorar situaciones y establecer relaciones de afecto, confianza y solidaridad con sus pares, haciendo de la socialización una experiencia que va más allá de la simple asociación basada en la amistad.

No obstante, en Riosucio los jóvenes experimentan dichas situaciones de maneras heterogéneas a la mencionada en las líneas anteriores. Son varios los factores que conllevan a que las personas jóvenes vivan su experiencia de juventud en ocasiones contraria a la situación ideal ya señalada, o dislocada a esta, o simplemente no la experimenten. Unos factores para que eso suceda son los factores territoriales y comunitarios; otros obedecen a factores económicos y otros a las debilidades institucionales, entre otros.

La cobertura realizada por parte de los 16 centros educativos se realiza mediante 111 sedes distribuidas en microterritorios. Las condiciones de la infraestructura educativa son precarias, dado que la gran mayoría de las sedes están construidas en madera a modo de palafitos, madera que ha sido corroída y tampoco se cuentan con los implementos básicos tales como escritorios, baños, aulas, entre otros. El municipio de Riosucio no cuenta con instituciones de educación superior.

En algunas zonas rurales se han venido implementando programas técnicos agropecuarios del SENA, sin embargo, no cubre a toda la población de las zonas rurales y se encuentran de manera focalizada en algunos territorios, lo que hace que sea necesario el desplazamiento desde las diferentes comunidades teniendo en cuenta las largas distancias que algunos tienen que recorrer para cumplir con estas actividades de educación formal.

El nivel de empleo en Riosucio está relacionado con actividades productivas, con la oferta del Estado y con el sector turístico. El empleo productivo se refiere al empleo generado por actividades agrícolas, forestales y pecuarias, esta categoría tiene mayor presencia en la zona rural y es desarrollado por épocas de manera no tecnificada.  En estas actividades se emplea por lo general, mano de obra familiar. Este sector es el responsable de la mayor demanda de fuerza laboral en el municipio. Entre el cultivo de plátano, el cultivo de cacao y la explotación de la madera en total se demandan 51.679 empleos.

En este sentido, los principales problemas que afectan al municipio son:

  1. Dificultad de movilización entre el departamento

  2. Nula prestación de servicios públicos

  3. Propagación de enfermedades por aguas estancadas

  4. Sistema educativo precario

  5. Condiciones precarias de infraestructura

Iniciativas juveniles

La Escuela Interétnica de Liderazgo Juvenil del Municipio de Riosucio

La Escuela Interétnica de Liderazgo Juvenil del Municipio de Riosucio es una experiencia de participación juvenil en la que confluyen diversas formas de ser y reconocerse como jóvenes. Es sin duda un espacio intercultural en el que los y las jóvenes que convergen en ella gestionan, en cada encuentro, una idea intercultural de lo juvenil atada y contrapuesta por las distintas historias, creencias y posibilidades de dichos jóvenes construidas a partir de sus propias experiencias, necesidades y expectativas resultado de sus propias interacciones con su contexto social, espacial y comunitario cotidiano. En esta escuela los y las jóvenes, además de participar de una experiencia de socialización que les permite reconocerse y reconocer al otro, también es un escenario de lucha entre el mantenimiento o recuperación de determinadas costumbres culturales con la idea de cambio.


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