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Migración venezolana: una crisis humanitaria

Por: Mateo Quintero, practicante comunicaciones – Pares


La migración venezolana a los países de la región es un tema difuso y complicado. Christian Kruger, director de Migración Colombia, aseguró en la rueda de prensa dada después de la reunión con Perú para afrontar este problema que en Colombia hay aproximadamente un millón de venezolanos. En la misma rueda de prensa, Eduardo Sevilla, Superintendente de Migraciones de Perú, dijo que en su país hay actualmente 440.000 venezolanos.

Esta situación podría considerarse una crisis humanitaria, pues día tras día transitan cientos de venezolanos en condiciones complicadas por vías legales e ilegales. Según Winston Martínez, asesor director general de Migración Colombia, se han ejecutado distintas medidas para enfrentar esta problemática. Entre ellas, siete puestos fronterizos para controlar la migración y la expedición de una tarjeta de movilidad llamada Permiso Especial de Permanencia (PEP). Según estimaciones de Migración, 442.000 ciudadanos venezolanos han ingresado de manera ilegal este año y tan solo 112.000 han obtenido el PEP. De tal manera que, los que no han podido conseguirlo, no pueden verse beneficiados por las medidas del gobierno de Colombia.

El PEP se creó con el fin de facilitarle al tránsito migratorio a los venezolanos hacia Colombia en los distintos puntos de paso: Villa del Rosario, Cúcuta, Maicao, Arauca, Puerto Inírida y Puerto Carreño. Sin embargo, este tipo de medidas institucionales no son del todo fructíferas, pues se exigen pasaportes a ciudadanos venezolanos, teniendo en cuenta que hace más de tres años el gobierno de Venezuela dejó de expedirlos.  

Hay otra problemática. Según Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, la Guardia Nacional Venezolana pide dineros o roba a los ciudadanos que intenten pasar por las fronteras. Para el investigador, los planes de choque del Gobierno no han sido suficientes. Pues históricamente Colombia no ha sido un país receptor de migrantes, sino expulsor.

Según Migración Colombia, diariamente, en Colombia se quedan alrededor de 1500 y 2000 venezolanos que llegan a pie o ‘coyoteados’, es decir, de manera ilegal. Esas cifras difieren con las del Observatorio de Venezuela, pues aquí se calcula que diariamente se quedan entre 2000 y 5000 venezolanos en territorio colombiano. En las fronteras no hay manera de identificar plenamente a los migrantes, lo que impide tener un censo frente a ellos y, así mismo, planes de choque efectivos para ayudarlos.

Según Ronal, Colombia no solo es el país más afectado por la migración, al fungir como vecino directo, sino que también actúa como ruta de paso para llegar a otros lugares como Brasil, Perú y Ecuador. Sin embargo, las medidas que han tomado estos países frente al tema migratorio son diferentes. Perú y Ecuador han sido renuentes en pedir el pasaporte y visas a los ciudadanos venezolanos, y Brasil ha militarizado sus fronteras en las últimas semanas. La xenofobia y la violencia crecen, dejando en un limbo a los venezolanos migrantes que desean irse de su país, pero no son bien recibidos en los otros.

En los últimos dos años han pasado más de 800.000 venezolanos para el sur del continente, según cifras del Observatorio. Además, Rodríguez dice que estos países podrían retornar a los migrantes hacia Colombia y sería muy mal visto que Colombia los retornara a Venezuela, sin tener en cuenta que atravesamos una crisis humanitaria.

El problema migratorio es arduo y largo, pues, según Ronal y el Observatorio, la caída de Nicolás Maduro no implica una transición inmediata, como se ha pensado. Se hacen estimaciones de que se requieren entre 50.000 y 60.000 millones para reactivar la economía venezolana. El sector petrolero necesita de 20.000 millones de dólares anuales para poder recuperarse.

Colombia y la región deben prepararse para afrontar esta problemática, pues los planes que se tienen estipulados no son de largo aliento, están pensados para uno o dos años máximo, mientras que esta problemática podría durar mucho más. La falta de experiencia de Colombia en temas migratorios pone al país frente a un reto que debe afrontar, no solo como vecino directo de Venezuela y principal receptor de migrantes, sino como un país que conoce de antemano la situación de desplazados internos.


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