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Pérdida del caudal del río Micay preocupa a pobladores de la zona

Por: Juan Sebastián Patiño, Universidad Católica de Cali

El municipio de López de Micay, ubicado en el departamento del Cauca, enfrenta una difícil situación de sequía. Según Germán Poveda Jaramillo, profesor e investigador de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional Sede Medellín, debido al cambio climático y la deforestación el caudal en los ríos de Colombia ha disminuido entre un 15 y 10%. El río Micay no es la excepción. En épocas de sequía intensa, la profundidad del río alcanza apenas entre 15 y 20 centímetros. Esto ocasiona dificultades en el transporte y abastecimiento de los centros poblados que se encuentran a lo largo de la ribera este, ya que las lanchas que transportan suministros y pasajeros no pueden navegar.

La práctica constante de la minería en el río Micay y las largas temporadas de verano generan la reducción del caudal de este importante afluente hasta llegar a su punto máximo. A esto se le suman los sedimentos ocasionados por el movimiento de tierra de la maquinaria empleada. Según Juan Luis, habitante del municipio de López de Micay, hay más de 50 retroexcavadoras trabajando sin descanso las 24 horas del día los 7 días de la semana, unas encargadas de remover material en la selva y las riberas del río desde tierra firme y otras de remover constantemente piedras lavadas en los planchones.

Según algunos de los habitantes de Micay, la Corporación Regional del Cauca (CRC) ha realizado un seguimiento escaso a esta problemática, pues mencionan que, dentro de los estudios realizados a los afluentes, no han tenido en cuenta que estas alteraciones de la topografía del terreno ocasionan que se pierda la capa vegetal protectora del cauce del río, produciendo desbordamientos e inundaciones, o, por el contrario, acumulaciónde los sedimentos causando represamientos en las aguas. En cualquiera de los dos casos mencionados, se ve afectado el caudal normal del afluente, teniendo como resultado que en las épocas de verano los barcos cargados con provisiones para abastecer el municipio no puedan navegar con normalidad.

Esta situación es preocupante teniendo en cuenta que el río es una de las principales rutas de transporte del municipio y que la poca profundidad de las aguas afecta la movilidad. Esto genera escasez en algunos productos básicos de la canasta familiar y, a su vez, un alza en los productos que aún quedan represados en las bodegas del municipio. Además, debido al aumento del costo del combustible, se dificulta la movilidad de los pobladores que cotidianamente transitan, los cuales varían entre estudiantes, trabajadores, pescadores, entre otros.

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