Masacre de las bananeras: una violación a los DDHH
- Redacción Pares
- 10 dic 2018
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Por: Mateo Quintero, Redacción Pares

A propósito de los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, recordamos también el aniversario número 90 de una de las masacres mÔs trÔgicas de la historia de Colombia, en donde los Derechos Humanos y laborales de cientos de trabajadoras fueron violados, incluso, antes de que existieran: la masacre de las bananeras.
A propósito de las trĆ”gicas dos guerras mundiales, en 1945, se consolidó la Organización de Naciones Unidas (ONU), que asumió desde el dĆa uno el propósito de promover el āestĆmulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religiónā. Sin embargo, no solo en la Europa postguerra ocurrĆan muertes sistemĆ”ticas, tambiĆ©n en otras partes del mundo se hacĆa necesaria una veedurĆa para los derechos humanos, por ejemplo, AmĆ©rica Latina.
Solo en el caso de Colombia, apenas entrando el siglo XX ya habĆa ocurrido una guerra civil āla guerra de los mil dĆasā que, se estima, dejó alrededor de 100.000 vĆctimas. La creciente ola de violencia que vivió el paĆs en nombre del bipartidismo y que desencadenarĆa en la Ć©poca de la Violencia con el asesinato de Jorge Eliecer GaitĆ”n en 1948, dejó miles de vĆctimas a su paso. TambiĆ©n con el caso de los Chulavitas, bandas armadas que asesinaron sistemĆ”ticamente a lĆderes liberales. Entre muchos otros casos.
AsĆ las cosas, en el aƱo de 1948 se consolidó la Declaración Universal de los Derechos Humanos mediante la resolución 217 A (III). La declaración surgió ante la preocupación de violaciones y asesinatos que se estaban presentando a lo largo y ancho del mundo, por eso mismo, en el artĆculo 4 dice āTodo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su personaā. Sin embargo, antes de que se aprobarĆ” la DUDH, en 1928 en la zona bananera de Colombia, eso no pasó.
La masacre de las bananeras
Todo comenzó el 5 de diciembre de 1928. A las diez de la noche se congregaron en el ferrocarril de CiĆ©naga miles de obreros que llegaban de los alrededores de la zona bananera. Los obreros estaban descontentos con la empresa estadounidense United Fruit Company por la falta de derechos laborales; ademĆ”s, se quejaban de que la empresa no los contrataba directamente sino a travĆ©s de terceros, lo que hacĆa que solo tuvieran trabajo por dĆas o que les pagaran con vales y no con dinero. Tampoco contaban con servicios hospitalarios.
El descontento tenĆa un preĆ”mbulo. Ya desde 1918 los obreros venĆan protestando contra la compaƱĆa bananera por la falta de derechos laborales y por la precaria legislación laboral por parte del gobierno. Sin embargo, la manifestación que tendrĆa lugar 10 aƱos despuĆ©s desembocarĆa en una tragedia. Ese 5 de diciembre, segĆŗn afirma el historiador Mauricio Archila, corrió el rumor de que el gobernador del Magdalena se entrevistarĆa con ellos para concertar un diĆ”logo.
Eso significó un alivio para los obreros, quienes solo habĆan recibido amenazas por parte del gobierno conservador y no recibĆan respuestas claras por parte de la compaƱĆa. Sin embargo, los obreros se quedaron esperando. El gobernador nunca llegó. Los nueve puntos exigidos por los trabajadores no iban a ser aceptados. AsĆ entonces, los Ć”nimos se empezaron a exacerbar. Por este motivo, el general CortĆ©s Vargas, jefe civil y militar de la provincia de Santa Marta, ordenó controlar la huelga por la fuerza.
Por consiguiente, en la madrugada del 6 de diciembre de 1928, el general CortĆ©s Vargas se acercó a la plaza del ferrocarril y les leyó a los 2.000 huelguistas un decreto en el que les impedĆa a los trabajadores reunirse y donde los tildaba como āuna cuadrilla de malhechoresā. Si los huelguistas no acataban ese decreto se darĆa inicio a los disparos. Se les dio tres minutos a los trabajadores para abandonar el lugar o sino la respuesta serĆan las balas.
Los huelguistas no hicieron caso. Paralelo a cada minuto se escuchó un toque de corneta. Los obreros se quedaron allà de pie gritando arengas. Fue en ese momento cuando el general dio la orden de disparar. Los disparos de la ametralladora austrohúngara Schwarzlose de 7mm fueron constantes. El gobierno nacional afirmó que hubo nueve muertos en total, mientras el general Cortés Vargas afirmó que se trató de 13 muertos y 19 heridos. Según versiones orales y de testigos, los muertos fueron cientos, alrededor de 500, y sus cuerpos fueron arrojados al mar por orden del general Cortés Vargas.
El caso de la masacre intentó ser opacado por el gobierno nacional, para que fuera olvidado. Solo fue rescatado un aƱo despuĆ©s por el entonces congresista Jorge Eliecer GaitĆ”n, quien abrió un debate sobre el caso y donde afirmó que los muertos fueron 1000; tambiĆ©n por el caricaturista de la Ć©poca Ricardo Rendón y aƱos mĆ”s tarde por los escritores Ćlvaro Cepeda Samudio y Gabriel GarcĆa MĆ”rquez.
Por otro lado, un telegrama dirigido desde la embajada de Estados Unidos en Colombia a ese paĆs afirma que āTengo el honor de reportar que el consejero legal de la United Fruit Company aquĆ en BogotĆ” afirmó ayer que el nĆŗmero total de huelguistas muertos por las autoridades militares colombianas durante los recientes disturbios alcanzó entre quinientos y seiscientos; mientras las tropas no sufrieron bajasā.
El mismo GarcĆa MĆ”rquez llegó a decir āla Ćŗnica discrepancia entre los recuerdos de todos fue sobre el nĆŗmero de muertos, que, de todos modos, no serĆ” la Ćŗnica incógnita de nuestra historiaā. Pese a los muertos y al decreto del general CortĆ©s Vargas y el conocimiento del presidente Miguel AbadĆa MĆ©ndez, por la masacre de las bananeras no pagó ningĆŗn responsable.