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Vuelve la guerra del ELN a Arauca

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares


El rompimiento de la mesa de diálogos entre el ELN y el gobierno de Iván Duque ha despertado preocupación en materia de seguridad en las zonas donde tiene presencia esa guerrilla, especialmente en Arauca. En los últimos días, se han presentado una seguidilla de ataques por parte de esta guerrilla contra la infraestructura y la fuerza pública en esta zona limítrofe.

Antes de la posesión del nuevo gobierno, analistas ya daban por muerta la mesa de diálogo con el ELN. El presidente Iván Duque expresó en repetidas ocasiones que las condiciones para retomar conversaciones con esa guerrilla eran detener el secuestro, liberar a las personas retenidas, y que cesaran las acciones armadas de manera unilateral. Sin embargo, esto nunca ocurrió y sí se intensificaron las operaciones armadas de ambas partes.

“Hoy está agudizada la situación, pero cuando estaban las Farc el conflicto era tres veces mayor del que estamos viviendo ahora. Todo mejoró en el periodo (de gobierno) anterior, fue como una luna de miel; y por supuesto, esa luna de miel se rompió una vez se posesionó el gobierno de Duque”, expresó Martín Sandoval, líder social del departamento de Arauca a la Fundación Paz y Reconciliación-Pares.


De acuerdo con Sandoval, de los siete municipios que componen dicho territorio Tame, Saravena y Fortul, son los más afectados actualmente por las acciones armadas por parte del ELN y ahora por las disidencias de la exguerrilla Farc, quienes no se acogieron al acuerdo de paz firmado en 2016.


“En Arauquita está más tranquilo. Sin embargo, la presencia del ELN se observa en las zonas rurales, y en las cabeceras pues se presentan son los milicianos”, agregó.


El informe de Pares ‘Cómo va la Paz’ publicado en 2018, señaló que hubo zonas, como Arauca, donde “el copamiento no significó aumento de la violencia homicida, debido a que el copamiento no trajo disputas con otros actores”, por su control histórico. Pero lo que sí va en aumento son los ataques directos a la fuerza pública, a la infraestructura petrolera y los reclutamientos.


Lo que dice el ELN


Mientras el jefe máximo del ELN, Pablo Beltrán, asegura que el ELN tiene toda la voluntad para reabrir la mesa de diálogos, en Arauca demuestran su poderío. Desde allí se planeó el atentado contra la escuela de cadetes que dejó a 22 personas muertas hace un mes.


Desde la semana pasada también empezaron a circular dos panfletos en redes sociales. Uno firmado por las disidencias de las Farc, el otro por el ELN. Sin embargo, Beltrán desmintió que estuviera circulando algún comunicado por parte de su estructura.


“En cuanto a que haya unos frentes del ELN indispuestos o que no quieren una salida de paz eso es falso. Todos los acuerdos que hemos firmado en el ELN los han cumplido todas las estructuras. En el ELN sí hay dudas e incertidumbres por el mal trato que le han dado a la implementación de los acuerdos con las Farc, en eso sí hay dudas pero que haya dudas a que haya frentes contrarios a la paz hay una distancia bastante grande”, expresó Beltrán en una entrevista.


Señaló además que el ELN sigue esperando al gobierno en La Habana pero hay un interlocutor cuya “agenda principal es la guerra”. Por su parte, Ricardo Alvarado, gobernador de Arauca ha señalado en medios que dichas disidencias y el ELN en esa zona decidieron unirse para controlar la frontera con Venezuela de unos 2.200 km aproximadamente.


Según el funcionario, las acciones ocurridas el fin de semana que dejaron al menos seis uniformados heridos y una estación de policía afectada correspondieron a una connivencia entre estos dos grupos alzados en armas.


Beltrán insistió que “el principal error del gobierno actual es negarse a dar continuidad a la salida política, a cumplir acuerdos a cumplir protocolos, a cumplir la implementación de los acuerdos con las farc y a negar la realidad de un proceso de paz que debe andar”.


Se incrementarán acciones bélicas


Sandoval expresó que el periodo 2012-2018 fue de mayor calma en Arauca. Según él, cuando empezaron los diálogos con las Farc el comercio se reactivó y las personas fueron retomando actividades que antes parecían irrealizables.


“Antes era imposible que funcionarios públicos visitaran las zonas rurales para ejercer sus funciones. Cientos y cientos de familias que estaban desplazadas también retornaron a las regiones por el acuerdo de paz, y pues las muertes violentas bajaron”. La incertidumbre es a largo plazo por la ruptura de la mesa.


De acuerdo con información de Pares, el ELN cometió alrededor de 22 acciones armadas en 2018 en contra de la infraestructura petrolera y es muy probable que aumenten este año debido a la ruptura de diálogos con el gobierno.


Sin embargo, “no va a haber un estado de guerra. Lo que sí va a pasar es que el ELN va a incrementar las acciones”, indicó Ariel Ávila, subdirector de Pares. «Todo el pie de monte llanero: Saravena, Tame, Fortul y un poco Arauquita se verán más afectados, pues es donde pueden hacerlo para mostrar que están en guerra, pero no tienen la capacidad de lanzar una ofensiva», resaltó el analista.


Por su parte, el gobierno insistió este lunes que en Colombia “no habrá más excusas para dejar las armas por parte de la criminalidad, no más excusas para no liberar a los secuestrados”, pues el ELN no es considerado por el mandatario como un grupo subversivo alzado en armas sino un grupo del crimen organizado.


En definitiva, ataques como los ocurridos el fin de semana seguirán ocurriendo en departamentos como Chocó, Nariño, Norte de Santander y Arauca. Sin embargo, sus principales objetivos seguirán siendo la infraestructura petrolera y las fuerzas estatales.


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