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Un trazo por la obra de Doris Salcedo

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares


La artista colombiana Doris Salcedo está empecinada en hacer crítica a la vida social y política de Colombia por medio de sus obras. Ha hecho exposiciones en los museos más importantes en el mundo y desde que inició su carrera, lo más importante en su obra ha sido la construcción del tejido social del país.


Nació en Bogotá y aún vive en esta ciudad. A sus 61 años continúa esculpiendo un legado, ahora, con la situación política que transita Colombia. A lo largo de su carrera siempre ha puesto en escena elementos que significan la transición del dolor al perdón.


Las historias de las víctimas


En la década de los 80, vivió en Nueva York, pero siempre pensando en regresar al país. La vida misma la fue llevando a zonas en Colombia donde empezó a conocer historias de víctimas y familiares que lloraban a sus muertos en el marco del conflicto armado colombiano.


Atrabiliarios (1991-1996), Casa viudas (1992) y Tenebrae Shinnoleth o la grieta (2007-2008) entre otras, son algunas de sus obras que representan la guerra. En la primera, en Atrabiliarios, Salcedo utiliza un mural compuesto por zapatos de mujer, según ha señalado, trabajó durante unos tres años escuchando a los familiares de víctimas de desaparición forzada.

En la segunda, quiso expresar la violencia doméstica que viven miles de mujeres. Y en la última tuvo un mensaje contra el racismo, y las diferencias que existen entre el llamado primer mundo y el resto.


Las armas fundidas delas Farc


Como siempre lo ha manifestado, la artista colombiana prevalece su privacidad por encima de cualquier cosa, evita a la prensa y a las multitudes. Pese a que es reconocida internacionalmente prefiere el anonimato, al menos en su vida privada.


Su obra más reciente, que está relacionada con el acuerdo de paz con la exguerrilla Farc, fue polémica. A Salcedo le dieron la labor de crear un monumento con 37 toneladas de armas fundidas que fueron propiedad de ese grupo armado.

Estuvo meses reflexionando cuál sería la mejor forma de dignificar a las víctimas sin aplaudir la guerra. Entonces decidió hacer un “contramonumento”, quería una pieza que se opusiera a la noción misma de un monumento, pues este jerarquiza, y presenta una vison triunfalista del pasado bélico de una nación.


La obra “Fragmentos” representó, según la artista, un resultado neutral. Son unas láminas de metal que al pararse sobre ellas, reflejan que se pisan lo que alguna vez fueron elementos de guerra.

Actualmente es integrante del Consejo Asesor de la Comisión de la Verdad, mecanismo extrajudicial creado a partir del pacto de paz. Recientemente ha dicho que los artistas deben comprometerse con la sociedad colombiana y no deben ser indiferentes con las experiencias tan extremas que ha sufrido el país. Por eso, este corto homenaje a una persona que ha visivilizado las voces de cientos de mujeres y ha hecho una larga labor por Colombia.



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