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Paro Nacional, un clamor por la vida y la dignidad

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Miles personas de las centrales obreras, de movimientos estudiantiles, educadores, defensores de derechos humanos, víctimas del conflicto armado, comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinos llegaron hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá en el marco del Paro Nacional de este 25 de noviembre.

Exigen garantías para la vida, la dignidad y la equidad. Los distintos sectores manifestaron que, durante los 9 meses que lleva Iván Duque en el poder, no han sido escuchados.


Los ciudadanos que se movilizaron este jueves enfatizaron que, entre otras cosas, faltan derechos para el pueblo que no están consagradas en el Plan Nacional de Desarrollo del presidente Duque.

En este sentido, le piden al gobierno nacional que atienda los temas relacionados con las condiciones laborales, la seguridad, las pensiones, la salud, la educación. incorpora una reforma laboral y una de la seguridad social.

Frente a las versiones del Gobierno Nacional sobre el hecho de que el Paro tenía tintes políticos, los asistentes a la marcha respondieron diciendo que están ejerciendo su derecho político para criticar la difícil situación democrática que atraviesa Colombia.

Cabe resaltar que en el momento que arribaban los estudiantes a la Plaza de Bolívar, fueron fuertemente reprimidos por parte del ESMAD, cercando la entrada a la Plaza y arrojando bombas aturdidoras y gases lacrimógenos.


La minga, camina la palabra y se toma Bogotá


Un este mensaje de resistencia que reunió a indígenas, afros y campesinos para hablarle al país sobre la necesidad y la exigencia de garantías de justicia y dignidad, fue el mensaje que expresó la guardia indígena en la Plaza de Bolívar, quienes además le recordaron al presidente Duque que sigue pendiente un debate político territorial.


De esta forma, la Guardia resaltó la resistencia de más de 500 años y que en honor a la promesa y a la palabra empeñada pasaron de la minga, para decirle al gobierno que estarán vigilantes de lo pactado y que seguirán defendiendo de la implantación del Acuerdo de Paz.

Así las cosas, las comunidades de la minga del sur occidente llegaron hasta las ciudades de Neiva, Popayán, Cali, Medellín y Bogotá para alzar su voz frente a las difíciles condiciones de Derechos Humanos que enfrentan las comunidades y quienes están en medio del recrudecimiento de la violencia que ha generado amenazas, desplazamientos, confinamientos, asesinatos.


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