Por: Cristhian Heyler Bedoya Orobio, Investigador Regional. Oficina Pares-Pacífico
Puente Nayero es el primer Espacio Humanitario de Buenventura. Tras sufrir las peores violaciones a los Derechos Humanos en el marco del conflicto armado, tanto en sus territorios rurales de origen como en la zona urbana de Buenaventura.
El Espacio Humanitario de Puente Nayero se ha posicionado como un referente de Comunidad de Paz gracias a los ejercicios de resistencia comunitaria, del trabajo de organizaciones base de la zona, como la Corporación Organizando Haciendo y Pensando el Pacífico (CORHAPEP), y de las acciones de los coordinadores temáticos del Espacio Humanitario.
Las situaciones de violencia que se sostienen en Buenaventura han sido históricamente más agudas en Puente Nayero, lo que motivó a que la comunidad se organizara para expulsar a los actores armados ilegales de la zona. Desde ahí, la conformación de la comunidad de paz implicó todo un desarrollo organizativo, silencioso, pero efectivo.
Fotografía: Orlando Castillo Advíncula, líder del Espacio Humanitario, 2019.
Origen del espacio Humanitario de Puente Nayero
Algunos líderes de la zona tenían conocimiento sobre antecedentes de zonas humanitarias en diferentes contextos, como las Zonas Humanitarias de Curvaradó y Jiguamiandó Cacarica y la comunidad de paz de Apartadó; la experiencia más cercana era el Espacio Humanitario del Naya. En definitiva, estos sirvieron como referentes para impulsar el proceso de generar resistencias ante las violencias perpetradas por los actores armados del conflicto armado.
Para el año 2014, en vísperas de la Semana Santa, los líderes y lideresas de Puente Nayero solicitaron el acompañamiento de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. El primer domingo de ramos se aprovechó para ingresar al lugar en el marco de una misa oficiada por el Obispo Héctor Epalsa Quintero de Buenaventura. Desde ese día, la comunidad reivindica el 13 de abril del 2014 como el del nacimiento del Espacio Humanitario en Puente Nayero.
Fotografía: Casas palafíticas en el extremo del EH, Andrea Aldana, Periodista 2019.
La estrategia entonces se centró en ir de casa en casa buscando a los actores armados neoparamilitares y exigiéndoles que se fueran de la zona; y en especial, tratando que las acciones de expulsión de los grupos armados fueran sin agresiones, pues, algunos de los actores armados fueron reclutados de la comunidad y allí mantienen sus lazos familiares.
Finalmente, lograron expulsarlos, asumiendo el riesgo de que tomaran venganza por forzar la salida de estos de la zona; algo que incluso sucedió, porque mientras eran sacados del territorio, muchos de ellos gritaban amenazas hacia la comunidad.
Una comunidad cercada por la violencia
Los afrodescendientes que pueblan este sector de terrenos de bajamar, o como lo expresan las organizaciones territoriales: territorios ganados al mar, y que pertenece al populoso barrio La Playita, en la comuna 4 de Buenaventura, son en su mayoría desplazados por la violencia en el Río Naya.
Por una parte, salieron de su territorio a raíz de la masacre en el Río Naya ocurrida en el año 2001 y perpetrada por un grupo de paramilitares del Bloque Calima de las AUC; y, por otro lado, por la presencia de la guerrilla de las Farc-Ep que generó constantes hechos de violación a los Derechos Humanos.
Más allá de la realidad del desplazamiento, ha existido una relación estrecha entre la región del Naya y Puente Nayero, en el marco del ejercicio de réplica de sus prácticas culturales y ancestrales, donde los vínculos con la ruralidad no se pierden y, por eso, por parte de los líderes-fundadores del Espacio Humanitario como Orlando Castillo Advíncula, perteneciente a CORHAPEP y organizaciones étnico-territoriales, a esta relación se le denomina: territorio extendido.
En este Espacio Humanitario se encuentran comunidades y familias de López de Micay, Guapi, Timbiquí, Iscuandé, La Bocana, Anchicayá, Cajambre, Raposo, Chocó, y también, las nuevas generaciones de los habitantes de Puente Nayero desde tiempos ancestrales.
El siguiente mapa, muestra la ubicación exacta del Espacio Humanitario en la zona de la Isla de Buenaventura:
Gráfica elaborada por Esteban Tello, Investigador Pares-Pacífico
Ya en el contexto urbano, padecieron la presencia paramilitar entre el 2002 al 2004, cargando con el ‘estigma’ de ser uno de los sectores en los que instalaron una ‘casa de pique’.
Hasta el momento, la comunidad sufre las presiones de las Grupos Armados Organizados GAO, a través de amenazas a líderes y extorsiones a los proyectos de saneamiento básico. También sufren las extorsiones y amenazas por parte de Los Urabeños, también conocidas como AGC y Clan del Golfo y que tienen alianzas con la banda La Local de Buenaventura.
Sin embargo, es paradójico que pese a tener sobre sus hombros todas estas amenazas, las habitantes de Puente Nayero respiran un aire de más tranquilidad si se compara con los sectores aledaños al puerto de Buenaventura.
Las medidas cautelares que protegen a Puente Nayero. Los líderes de la zona pidieron la presencia del Estado, la respuesta fue enviar fuerza pública para garantizar la seguridad de la Comunidad de Paz. Luego, con el acompañamiento de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, los líderes del Espacio Humanitario y CORHAPEP, solicitaron las medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El CIDH contesta el 15 de septiembre de 2014, y emite, mediante Resolución 25/2014, Medida Cautelar No. 152-14 a las 302 en situación de riesgo. Esta resolución se constituyó en un gran logro:
Fortalecieron su capacidad de incidencia.
Se posicionaron y se colocaron en el radar de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.
Incidieron para que un instrumento jurídico protegiera sus derechos.
Actualmente, y pese al esfuerzo garantista de la Medida Cautelar, la respuesta del Estado ha sido débil. Por el momento solo existe la presencia de fuerza pública y redes insuficientes de servicios públicos domiciliarios.
Este incumplimiento expone mucho más a la comunidad, que se encuentra en constante vigilancia de la fuerza pública y los grupos delicuenciales que operan en la zona de La Playita.
Un estado ausente
El “Master Plan Distrito Especial de Buenaventura” se ha convertido en una problemática para la comunidad porque deben desalojar la zona para su desarrollo. De esa forma, se puede interpretar que son un obstáculo que mantiene vivas las causas de los conflictos en la zona.
La comunidad del sector, organizaciones sociales, étnico-territoriales y de derechos humanos en Buenaventura están convencidas de que parte de la presencia de los actores armados en Puente Nayero es una estrategia para desplazar y desterrar territorialmente a la comunidad, y de esa forma permitir el ingreso de un megaproyecto: en definitiva, toda la violencia era una estrategia para generar desplazamientos masivos y ‘vaciar’ el sector.
Fotografía: Calle principal y obras inconclusas de alcantarillado, Andrea Aldana, Periodista 2019.
Puente Nayero carece de infraestructura, saneamiento básico, déficit habitacional, acueductos, guarderías, alumbrado, pavimentación de la calle, entre otros elementos básicos para vivir.
En definitiva, la ausencia de las instituciones estatales locales y nacionales, también son un motivo para que los pobladores abandonaran el sector, siendo, en palabras de uno de los líderes del espacio, “la máxima expresión del racismo institucionalizado”.
Hoy en día, es una hipótesis que parece comprobarse. Las dificultades para poder vivir dignamente al generar ingresos, contar con la prestación eficiente y completa de servicios básicos como agua y alcantarillado, energía, gas, y garantizar la libre movilidad, son una realidad en esta zona de Buenaventura.
La Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y CORHAPEP siguen alertando sobre ingresos continuos de grupos de neoparamilitares, intimidando y amenazando al interior de la comunidad, pese a las Medidas Cautelares tomadas por la CIDH y la presencia permanente de Fuerza Pública en cinco (5) puntos estratégicos en Puente Nayero.
Hoy, la situación para líderes y lideresas de Puente Nayero sigue siendo vulnerable.