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«No comparto una intervención militar en Venezuela»

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares


La expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunió este jueves con algunos líderes políticos de Colombia con los que dialogó sobre el Acuerdo de Paz firmado con la exguerrilla de las Farc, las movidas de las fuerzas de izquierda, y la democracia en la región.


“La democracia caza con la paz, la democracia caza sobre todo con el desarrollo económico. Los desafíos colocados hoy: construir el camino de la región”, aseguró Rousseff en la rueda de prensa realizada en Bogotá junto con el expresidente Ernesto Samper.


Previo a la conferencia de prensa, Rousseff se reunió con otros líderes políticos como María José Pizarro, del partido Decente; Antonio Naverro Wolff, del Partido Verde; entre otras personalidades.


Los motivos de la visita


De acuerdo con el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación-Pares, Ariel Ávila, Rousseff podría estar motivada a visitar varios países en la región, incluido Colombia, con dos propósitos. El primero, escudriñar cómo está funcionando la izquierda en Colombia; y el segundo, exponer el último escándalo de unos jueces que supuestamente influenciaron en la decisión de la fiscalía que envió a la cárcel al líder de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.


Desde el 2016, la derecha tomó ventaja en la región. La izquierda perdió varias elecciones, y en el caso de Brasil un fallo histórico en el Senado brasileño le dio fin a 13 años de gobierno de izquierda tras la gobernanza de Lula (2003-2010) y Rousseff (2010-2016).


La heredera de Lula da Silva fue destituida del cargo el 31 de agosto de ese año con una vasta mayoría de 61 senadores que se pronunciaron en favor del sí, luego de ser acusada por maquillar las cuentas públicas, pero a lo último no fue acusada.


Así las cosas, en un momento en el que la derecha predomina en los países suramericanos, Rousseff está haciendo un recorrido, un poco intentando ver cómo están las fuerzas de izquierda en la región.

“En Colombia han crecido las fuerzas de izquierda, pero aún falta mucho para que lleguen al poder. A la derecha aún le quedan ocho (8) años más en la región”, expresó Ávila.


En el caso colombiano, la derecha radical llegó al poder el pasado 7 de agosto de 2018 en cabeza de Iván Duque, discípulo del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, la gobernabilidad va en picada, tanto así que, la última encuesta de Gallup Poll arrojó que el 71% de las personas creen que las cosas van empeorando en el país.


La democracia en la región


En la rueda de prensa, la expresidenta señaló que Unasur, Unión de Naciones Suramericanas, tiene el compromiso con la democracia. “Hay un desafío de la democracia, es la democracia por la que tenemos que luchar”, recalcó, sin embargo, Brasil fue uno de los países que suspendió su participación en el bloque desde el año pasado.


En días anteriores, Samper, exsecretario General de la Unasur, también lamentó que en este gobierno se sobreponga una posición ideológica sobre el interés de la región, puesto que, Duque ha estado impulsando una nueva instancia de integración regional llamada Prosur.


En ese sentido, Rousseff se preguntó a dónde se quiere llevar a América Latina, a dónde se quiere que camine la democracia.


Y, por consiguiente, indicó que no comparte un cerco a Venezuela, “y eso no significa ninguna valoración del Gobierno Maduro. Se trata de asuntos democráticos. No injerencia en los asuntos internos de otro país”, agregó, cuando fue cuestionada sobre la crisis económica, humanitaria y política que vive el país vecino.


“Yo no comparto una intervención militar”, apuntó.


Por consiguiente, Rousseff fue cuestionada si Venezuela aún estaba en democracia y respondió con un ejemplo: “el mío es visto como un país democrático, más yo me pregunto: ¿es un país democrático un país que es capaz de aprehender un presidente inocente para que no se elija presidente de la república?


Desde el 1 de enero de este año Brasil ha estado al mando del político de derecha radical Jair Bolsonaro. Su llegada al poder fue sorpresiva debido a la serie de polémicas racistas, xenófobas y misóginas que desató a lo largo de su campaña y por las cuales se esperaba que no llegara al poder.

Sin embargo, su popularidad ha venido disminuyendo y en marzo cayó 16%. Los medios de comunicaciones registraron que ese mismo mes, el 34% consideró que su administración era buena, en comparación con el 49% de enero.


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