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El mapa de una guerra que estalló en el Chocó

Por: Esteban A. Tello, Investigador Pares-Pacífico


En los últimos días, el sur del departamento del Chocó ha sido protagonista por causa de los combates que se presentan entre las estructuras armadas ilegales y acciones del Ejército Nacional en el territorio. La presencia de grupos armados ilegales ya hace parte del día a día del departamento, y aunque generaban múltiples afectaciones a la población, su poder territorial no generaba conflictos entre sí, ni con las Fuerzas Armadas.


Esta situación era producto de acuerdos que alcanzaron el ELN con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) desde el 2018; en ellos pactaban unos límites territoriales que en términos generales se venían respetando. Esto permitió mantener una especie de calma a pesar de la diferencia de intereses de cada una de esas organizaciones armadas ilegales, pues al respetar dichos límites evitaban enfrentarse entre ellos, un “status quo”.


Todo esto cambió con la irrupción del grupo postfarc del Frente 30 en el territorio, así como la avanzada del Ejército sobre ciertas zonas donde antes poca o ninguna presencia tenían.


¿Cómo se ha dado la disputa?


El Litoral del San Juan es el municipio que limita en el sur con el departamento del Valle del Cauca. Allí no llega ninguna carretera. Si se quiere visitar, se debe tomar una embarcación en Buenaventura y realizar un viaje de dos a tres horas de duración aproximadamente. El recorrido primero es por mar y después se debe remontar el río San Juan hasta llegar a Docordó, la cabecera municipal.


A pesar de ser parte del Chocó su dinámica económica y social se vincula más a Buenaventura y a Cali, lo que contrasta con el resto del departamento, el cual tiene una dinámica muy fuerte con Medellín y Antioquia en general.


En el Litoral del San Juan, el río desemboca en el Océano Pacífico, pero al contrario de los otros municipios que atraviesa en su descenso desde la cordillera Occidental, allí la economía principal no es la minería sino la madera y la agricultura.


En ese municipio es donde más incidentes se han presentado con el ELN en los últimos años. La población allí recuerda el bombardeo de enero de 2018 en el Resguardo de “Chagpien Tordó”, donde fallecieron guerrilleros del ELN y varios menores de edad de la zona reclutados ilegalmente por la insurgencia.


Esta guerrilla hoy domina el río San Juan desde La Unión, -una población de Medio San Juan-, hasta el sur, incluyendo en su control gran parte de Istmina, el Litoral del San Juan e incluso las zonas que cubren varios de sus afluentes en otros municipios como Condoto, Río Iró, Nóvita y Sipí.


En este lugar, el río funciona como un corredor de movilidad clave para el control territorial desde múltiples zonas estratégicas, y es por esto que la amenaza al control de las economías ilegales y la movilidad explican que un nuevo actor armado ilegal sea un factor de inestabilidad y violencia en el municipio, sucediendo así con la presencia de las disidencias de las FARC-EP desde comienzos de junio.


Cabe aclarar que las autoridades aún no confirman la presencia de ese grupo, refiriéndose a ellos sin señalarlos específicamente.


Una silueta de la violencia en el sur del Chocó


Las disidencias se ubicaron en uno de los corredores de movilidad hacia el Océano Pacífico, motivando a los enfrentamientos con el ELN en Pichimá Quebrada, -asentamiento humano del Resguardo indígena waunaan- y obligando a que 417 personas que conforman 97 familias aproximadamente se desplazaran a la cabecera municipal Docordó, huyendo de nuevos conflictos que puedan acaecer (OCHA).


Sin embargo, otros asentamientos humanos cercanos siguen siendo afectados debido a que el accionar de estos grupos armados ilegales continúa; incluso los diferentes organismos que se encargan de atenderlos les reconocen su situación de confinamiento a las poblaciones de Pichimá Playa (wounaan), Tiveria (wounaan), Togoromá Quebrada (wounaan), Togoromá Playa (afrodescendiente) y Loma Alta (wounaan).


El municipio de Nóvita se encuentra en la margen oriental del río San Juan, para llegar hasta su cabecera municipal se debe atravesar una carretera destapada desde Condoto; este municipio cuenta desde hace unos años con una base militar, permitiéndole vivir tranquilamente a sus habitantes, pues anteriormente, hizo presencia el Frente 34 de las FARC-EP y el Che Guevara del Frente Occidental del ELN.


Sin embargo, la salida del primero le permitió a los “elenos” generar una hegemonía que dura hasta hoy, sobretodo en las zonas rurales, donde se evidencia con mayor frecuencia el accionar de dicho grupo armado, sobre todo en la zona del Alto Tamaná.


El equilibrio roto


En el municipio de Tadó, la principal preocupación de su población son las dificultades que tienen para llevar adelante la minería, -base de su economía desde hace varias generaciones- incluso el pasado mes de mayo se presentó una asonada que dejó como saldo un camión de la Fuerza Pública quemado producto de la presión que las autoridades ejercen contra la minería mecanizada.

La quema de un camión del Ejército se presentó como represalia por la intervención de la Fiscalía y la Fuerza Pública en una zona de extracción minera ubicada en las cercanías al pueblo. Foto: Pares Pacífico

Otro factor de inestabilidad constante en este municipio es la presencia del ELN, sobre todo en el corredor que vincula al municipio con Pueblo Rico, Risaralda, una de las vías más importantes del Departamento. En los límites entre los dos departamentos es muy activo este grupo insurgente, allí ejerce presión contra quienes se movilizan por la vía, sobre todo contra las empresas transportadoras a quienes les queman sus buses periódicamente.


Los incidentes en el sur del Chocó evidencian que en las últimas semanas las condiciones de orden público están en una etapa de cambio, ya que se amenaza lo que hoy es un poder ampliamente estructurado en las comunidades, sobre los territorios y ríos de la mayor parte de municipios que componen este lugar, abarcando zonas estratégicas, múltiples economías ilegales e influencia sobre buena parte de las comunidades rurales.


Hay por lo menos dos elementos generales que explican los cambios que señalamos anteriormente. El primero sería la actividad de los grupos armados ilegales que hacen presencia en esta región y los enfrentamientos entre ellos, -caso del Litoral del San Juan enfrentamiento entre el ELN y las disidencias de las FARC-EP-. Y el segundo, sería la aparición de la Fuerza Pública, la cual hoy hace presencia en zonas donde poca presión ejercía en meses anteriores.

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