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En Riosucio, un recado verbal construye comunidad

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


En las cuencas de Salaquí, Truandó y Cacarica del municipio de Riosucio en el departamento de Chocó, se ha desarrollado una iniciativa que le apuesta, desde la Escuela Interétnica de Liderazgo Juvenil, a renovar liderazgos que buscan la protección de las comunidades y la defensa del territorio, mientras se abren alternativas para la juventud de Riosucio. La intención es continuar contribuyendo a que se reconozcan los actores y se articulen para generar un goce efectivo de los derechos para las comunidades que, históricamente, han presenciado múltiples hechos victimizantes.


Decires para la paz


Un recado verbal es la forma con la que el mensaje de la Escuela Interétnica ha logrado vincular la cultura y el trabajo por el territorio, cuenta Yadith Palacios, quien hace parte de la iniciativa. De acuerdo con su relato, la idea es que a los distintos espacios confluya el sentir juvenil de las cuencas de Salaquí, Truandó y Cacarica y, que, en esa atmosfera, se fortalezcan los procesos culturales que durante años en el bajo Atrato se han desarrollado.


Dicha tradición con mensaje y palabra evoca a uno de los contadores más importantes del Chocó, Miguel Angel Caicedo, quien mantiene un legado de memoria en la oralidad que es tan importante para las comunidades que habitan en el municipio de Riosucio. Con historias, coplas, versos y decires construyó tradición.

Ahora, en la Escuela buscan el goce efectivo de los derechos como jóvenes afro, indígenas y mestizos. Además, como en el poema ‘El Perrito Rabón’ en el que Caicedo escribió que “Yo trampa no hacía pa cazá ratones, ni el horró ponía debajo del agua”; los jóvenes de Riosucio quieres desmarcarse de los escenarios de violencia que están latentes en el territorio y poder contar otro cuento.


Una apuesta distinta


“La Escuela Interétnica de Liderazgo Juvenil nace en el año 2013 a través de las organizaciones de base del municipio —Ascoba, Cavida, Camizba, Consejo Mayor del Cacarica, Consejo comunitario del Salaquí y el Consejo Comunitario del Truandó— debido a la difícil situación que atravesaban los y las jóvenes del municipio de Riosucio por presencia de economías ilegales, desplazamiento forzado, vinculación forzosa de grupos armados y las distintas violencias que confluyen en el territorio”, señala Yadith.


En este sentido, Yadith cuenta que sintieron la necesidad de crear un espacio para que los y las jóvenes del municipio tuvieran alternativas distintas a la violencia. Además, porque como lo señala Yadith, la idea es fortalecer los procesos juveniles de liderazgo; tanto en la parte urbana como en la rural. Así las cosas, con el tiempo se fueron creando espacios de compartimento de cultura, saberes y convivencia.

Jóvenes afro, indígenas y mestizos forman parte activa de la Escuela.

Esta iniciativa nació de la idea de los líderes mayores de las comunidades afrocolombianas e indígenas que pueblan la zona preocupados por el relevo generacional, para hacerse cargo de su territorio afectado por el conflicto armado. Foto: ACNUR

En ese trasegar, comenta Yadith, tocaron muchas puertas y fueron escuchados por ACNUR, pastoral social; que son los que mayúsculamente han apoyado durante estos años. La participación de los jóvenes fue cada vez más extensa y hoy convergen cerca de 200 jóvenes de la comunidad. Los espacios los integran las diferentes cuencas que tienen presencia de comunidades afro, indígenas y mestizas.


Los jóvenes son el corazón de la iniciativa


Los y las jóvenes son los auspiciadores de la iniciativa tal y como lo señala de forma categórica Yadith. Es más, ella señala que había que ampliar el espectro de posibilidades para que los y las jóvenes pudieran fortalecer sus habilidades y que ese proceso le contribuyera la a comunidad. De hecho, la premisa de la iniciativa es plantarle cara a la vinculación de jóvenes a los grupos armados y, reconoce Yadith, en esa tarea suscita una responsabilidad que decidieron tomar como jóvenes de Riosucio.


La Escuela Interétnica, “es una escuela de formación de jóvenes de los líderes y las lideresas del municipio en temas de empoderamiento, Ley 1622, en los procesos sociales en el territorio, derechos humanos, derechos sexuales y reproductivos.


Asimismo, nos enfocamos en los intercambios culturales porque reconocen una potencia transformadora en el carácter cultural que tienen las comunidades afro, indígenas y campesinas, señala Yadith. De esta forma, semanalmente se reúnen en Riosucio y cada 2 meses con las comunidades de las cuencas del Cacarica, Salaquí y Truandó.


La resiliencia de una comunidad


“Hay que partir de que la inmensa mayoría de los habitantes de Riosucio es población que sufrió desplazamiento forzado durante el conflicto armado. Así que han visto de muy buena manera la Escuela Interétnica y, teniendo en cuenta que los y las jóvenes hemos sido usados como carne de cañón de esta violencia”. Entonces, explica Yadith, que de alguna forma la Escuela Interétnica es una respuesta social ante el lastre histórico que han tenido que sufrir las comunidades afros, indígenas y mestizas.

“Este espacio ha llevado a que los jóvenes sean constructores de paz, porque son ellos mismos los que luchan para convertir escenarios y que estos sirvan de plataforma cultural con un fuerte enfoque de paz.» explica Yadith Palacios.

Además, las comunidades han hecho parte necesariamente debido a que las practicas culturales las han heredado de sus familiares, señala Yadith. De hecho, ya hay jóvenes que hacen parte de cabildos, hacen parte de los Consejos Comunitarios producto de los conocimientos de la Escuela Interétnica, cuenta con emoción Yadith.


Yadith considera que la iniciativa, entre otras cosas, ha permitido una desestigmatización de la violencia que recae sobre los jóvenes. Bajo des aspectos que nos resultan fundamentales, la ley de juventud y del concepto de resiliencia. Un caso de ello tiene que ver con que los jóvenes trabajan con la formulación de política pública, la discusión y pedagogía de derechos para que no sean vulnerados, precisa Yadith.


“La Escuela le ha aportado líderes y lideresas al territorio, porque generalmente en estos territorios dichos liderazgos eran ejercidos por personas mayores, porque siempre se le confirió, exclusivamente, a ellos el conocimiento. Pero, a raíz de la escuela Interétnica nos hemos reconocido como creadores de sentido, portadores de saberes y conocimientos”, cuenta Yadith. A su vez, el hecho de ir reconociéndose en el ejercicio de liderazgos para las realidades que viven como jóvenes. De esta forma, se han ido integrando a las instancias de construcción de tejido social en Riosucio.


“Le apostamos a la juventud del municipio de Riosucio, porque yo siempre he creído que nosotros no somos el futuro, nosotros somos el presente. La vinculación es desde el ahora. La expresión comunitaria se construye desde el hoy”, señala Yadith. De hecho, la idea de la Escuela es fortalecer los procesos de liderazgo de los y las jóvenes y, en este sentido, consolidar una construcción de paz a nivel local.

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