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Operación Guaidó: una alianza entre el poder y el crimen

Por: Redacción Pares


Juan Guaidó, el autoproclamado presidente de Venezuela, y ahora proclamado por Iván Duque como ‘titán’ y ‘héroe de la democracia’, aparece en seis fotografías junto a miembros de la organización narcoparamilitar ‘Los Rastrojos’ que operan en la frontera colombo-venezolana, más exactamente en Norte de Santander. Las fotografías y videos corresponden al día 22 de febrero de 2019, en el municipio de Puerto Santander, día en que se organizó un concierto internacional para presionar al gobierno de Nicolás Maduro a aceptar unos paquetes con ayudas humanitarias. Ese día, Guaidó cruzó de manera clandestina la frontera y, como lo señala el analista y director de la Fundación Paz y Reconciliación León Valencia en su última columna de opinión, quedan entre el tintero las siguientes preguntas: ¿Fue Guaidó quien organizó su paso a Colombia el 22 de febrero? ¿O fue el gobierno colombiano quién se encargó o sugirió los acompañantes y la manera de pasar hacia nuestro país?


En las fotografías reveladas por el investigador Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, Guaidó aparece ese 22 de febrero -día del gran ‘Concierto por la libertad de Venezuela’ como lo denominó el presidente de Colombia, Iván Duque- abrazado y sonriendo junto a Albeiro Lobo Quintero, alias ‘Brother’ quién recientemente se entregó a las autoridades. En la siguiente imagen aparece junto a Jhon Jairo Durán Contreras, alias ‘El Menor’ otro reconocido mienbro de esa organización narcoparamilitar. En una tercera fotografía aparece Guaidó, otra vez sonriente, junto a Argenys Vaca, encargado de las finanzas de ‘Los Rastrojos’.


Ese mismo día, en Puerto Santander, también posó junto a Hernando Iván Posso, alias ‘Nandito’. Además, el autoproclamado presidente de Venezuela también aparece en otra imagen junto a Jonhatan Orlando Zambrano García, el principal contrabandista de gasolina de ‘Los Rastrojos’, quien al parecer fue quien lo condujo en su camioneta hasta territorio colombiano.


En entrevista con el periodista Julián F. Martínez, el director de la Fundación Progresar -organismo no gubernamental que ha denunciado la violencia en la frontera con Venezuela- Wilfredo Cañizares, revela los detalles sobre cómo descubrió que el autoproclamado presidente de Venezuela tiene nexos con grupos paramilitares colombianos que buscan desestabilizar a la región.

Ese 22 de febrero, ‘Los Rastrojos’ impusieron a la población un toque de queda de 24 horas en el municipio de Puerto Santander, en el que ejercen un control total y absoluto. Las familias de la zona no pudieron salir de sus casas, ni siquiera a conseguir alimentos, ya que los delincuentes estaban llevando a cabo la operación coordinada y planeada con anticipación con el fin de trasladar a Juan Guaidó a la frontera. Según Cañizares, esta operación de traslado de Guaidó desde territorio colombiano hasta la frontera con Venezuela es una prueba irrefutable de la connivencia de la fuerza pública y las autoridades locales con actores ilegales de todo tipo, en este caso concreto con ‘Los Rastrojos’.

Por su parte, este lunes la Fiscalía de Venezuela ordenó la detención de cuatro funcionarios del estado de Táchira a los que acusa de haber ayudado al jefe del Parlamento, Juan Guaidó a burlar una prohibición de salida del país el pasado febrero. La medida recae sobre la asistente de la Gobernación del Táchira, Loris Silva, y los prefectos de los municipios tachirenses Boca de Grita y La Fría, Luz Marina Pernía y Camilo Roso, respectivamente.


También sobre el chofer Jonathan Orlando Zambrano García, alias «Patrón pobre», y a quien el Gobierno de Nicolás Maduro relacionó la semana pasada con la banda criminal colombiana ‘Los Rastrojos’, que operan en la frontera.


La ruta de Guaidó


Según Cañizares, en Puerto Santander no se mueve una hoja sin la autorización de ‘Los Rastrojos’, y no es fortuito que este haya sido el sitio escogido para llevar a cabo la operación que, al parecer y todo así lo indica, se desarrolló con la planeación y coordinación entre los narcoparamilitares y el gobierno colombiano.


A Guaidó lo esperaron en la cancha de fútbol del corregimiento de Aguaclara, luego lo esperan un kilómetro antes en el puente sobre el río Pamplonita, y de ese puente a la frontera, a la orilla del río Guaramito la distancia es de 5 kilómetros, señala Cañizares. Ningún agente del gobierno, ninguna autoridad se interpuso. Todo estaba pactado.


Además, Cañizares revela que hay más fotos en las que aparece Guaidó con otros miembros de esa banda narcoparamilitar; y que al parecer los asesinatos que se han presentado en los últimos días en la región tienen que ver con el hecho de desaparecer e intimidar personas que estuvieron relacionadas e involucradas en la operación de trasladar a Guaidó a la frontera ese día de febrero.


Según versiones recogidas por el investigador, los propios paramilitares intentaron asesinar a alias ‘Nandito’ y aunque este logró escapar, mataron a cuatro de sus familiares hace una semana, incluidos sus padres. Por este motivo el director de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, se pregunta: «¿Están eliminando testigos del cruce ilegal del señor Guaidó a Colombia?»


«La única declaración oficial que se conoce sobre estos acontecimientos es una expresión de Guaidó diciendo que no conocía a estas personas. Pero la secuencia de las fotografías y de los videos dice lo contrario. Muestra claramente que no era un encuentro casual. Dicen que fue algo organizado. Lo que hasta el momento no aparece con claridad es quien estuvo al frente de la conducción de todo el periplo.» señala León Valencia.


Diplomacia Ciudadana, una salida a la crisis


«Pudo ser Guaidó y su grupo, y en ese caso tendríamos que el líder de la oposición, quién recibió el apoyo de 50 países -que incluso le dieron la categoría de gobernante interino- ha estado en relaciones con un grupo ilegal compuesto por tenebrosos criminales. O también pudo ocurrir que funcionarios colombianos le recomendaron a Guaidó estos acompañantes, y esto lo que señalaría es que es el gobierno colombiano el que tiene esa relación con ilegales, como lo indica León Valencia.


Lo cierto es que la crisis que vive Venezuela ha golpeado tres frentes: el económico, el migratorio y el institucional. La crisis migratoria se propagó en Venezuela desde el 2018; en un principio cientos de venezolanos y colombo-venezolanos empezaron a llegar a territorio colombiano, pero ante la incertidumbre económica y política se desató una oleada más grande de migrantes. Tanto así que, según cifras de Migración Colombia, en Colombia hay un poco más de un millón de venezolanos que huyeron de la esta crisis.


Además, hoy se vive en la frontera el aumento de las tensiones con los ejercicios militares y la convocatoria para activar el TIAR. Esos sucesos amplían los riesgos de confrontaciones armadas de imprevisibles consecuencias, riesgos que deben disiparse para no afectar el bien de las poblaciones de los dos países y la región.


Socorro Ramírez, doctora en ciencia política, indicó que lo que sucede en ambas fronteras es necesario analizarlo debido a que “cada uno comparte la frontera más larga, más compleja, más articulada, por lo tanto todas las posibles implicaciones de esa crisis repercuten inmediatamente en esa frontera”.


En vista de esta crítica situación, cerca de 100 Organizaciones Sociales de Colombia, Venezuela, Estados Unidos y más de 200 personalidades, crearon la Convergencia Colombia-Venezuela (CCCV) para impulsar una solución negociada desde la diplomacia ciudadana.


Esta Convergencia Ciudadana Colombia-Venezuela es una apuesta plural y diversa a favor de una diplomacia ciudadana binacional y regional, que busca articular y multiplicar iniciativas para apoyar los diálogos y acuerdos entre los distintos sectores sociales y políticos en favor de una salida política y pacífica en Venezuela, así como para tender puentes entre las dos naciones.

La Convergencia Ciudadana destaca los siguientes puntos:

  1. La Convergencia se inscribe en el modelo de Diplomacia Ciudadana, en el que la comunidad participa, incide y discute la política exterior por los impactos que tiene sobre la comunidad.

  2. Considera que se debe evitar el uso de la fuerza para solucionar la crisis y promueve un verdadero diálogo entre todas las fuerzas de oposición y el gobierno venezolano, invitando a los países que promueven la transición a estimularlo.

  3. Invita a retomar diálogos para encontrar la solución negociada, que alivie la crisis interna y desactive las tensiones regionales, y anuncia la realización de una serie de diálogos a partir de noviembre.

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