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Sucre y Tolima: los dos extremos de la impunidad en Colombia

Por: Redacción Pares


En Colombia, según el Índice Global de Impunidad 2019, son 16 departamentos los que se encuentran por encima de la media nacional, Sucre encabeza el listado con 75.93 puntos, y entre los 17 que están por debajo de la misma, Tolima es el departamento con menor impunidad con 36.39 puntos. La mayor responsabilidad de la presencia del fenómeno de la impunidad recae en las autoridades nacionales y no en las locales: la Policía nacional, la Fiscalía General de la Nación, el Poder Judicial a través de los tribunales y el sistema penitenciario, principalmente.


Los departamentos y territorios con muy alta impunidad según el IGI-COL son: 1) Sucre, 2) Norte de Santander, 3) Guaviare, 4) Meta, 5) Cundinamarca, 6) Huila y 7) Arauca. Los departamentos y territorios con alta impunidad según el IGI-COL son: 8) Magdalena, 9) Cauca, 10) Bolívar, 11) Nariño, 12) Guainía, 13) Vichada, 14) Putumayo, 15) Chocó, 16) San Andrés y Providencia, 17) Valle del Cauca, 18) Cesar y 19) Caquetá.


Los departamentos y territorios con impunidad media según el IGI-COL son: 20) La Guajira, 21) 8 índice global de impunidad de colombia (igi-col) 2019 Atlántico, 22) Boyacá, 23) Antioquia, 24) Casanare, 25) Amazonas, 26) Córdoba, 27) Bogotá, 28) Santander, 29) Quindío y 30) Risaralda. • Los únicos dos departamentos con bajo nivel de impunidad son: 31) Caldas y 32) Tolima. El territorio de 33) Vaupés es considerado como un caso atípico porque los datos estadísticos no reflejan la realidad debido, principalmente, a la ausencia de cifras en algunas de las variables y a la inexistencia de centros penitenciarios en su jurisdicción. Al igual que otros departamentos de su grupo, la impunidad en este departamento podría ser catalogada como impunidad estadística.


Sucre, medalla de oro de la impunidad nacional


Sucre es el departamento con mayor impunidad en el país, encabezando el ranking general y el de su grupo. El componente que más aporta a dicho desempeño es el funcional del sistema de seguridad, seguido muy de cerca del funcional de justicia. Frente a este último, Sucre es el tercer departamento con mayor número de encarcelados sin sentencia en primera instancia y el segundo en causas penales entre investigaciones. Asimismo, su porcentaje de encarcelados entre averiguaciones previas es muy bajo, al igual que el personal destinado a labores de seguridad pública.


Este departamento continúa con la tendencia de la recurrencia en crímenes como el hurto a personas y lesiones personales, las cuales representan un 26.7% de la totalidad de crímenes registrados y responden a los patrones de criminalidad común. No obstante, en este departamento la amenaza sigue muy de cerca y se ubica en la tercera posición de recurrencia con 1,131 registros que puede responder a la presencia de distintos actores armados, lo que igualmente indicaría un registro alto y negativo en la cifra negra por la cantidad de denuncias que no llegan a ser formuladas antes los entes investigativos.


Para 2018 se registraron 17,038 delitos y 12,812 (75.2%) se reportan en indagación, pero tan sólo 1,621 (9.5%) se encuentran activos y avanzando de manera efectiva. Sólo 148 casos llegaron a la etapa de investigación divididas en 103 activas y 45 inactivas. 464 delitos se encuentran en etapa de ejecución de penas y 1,195 personas se encuentran detenidas en las cárceles del departamento.

Tolima, campeón nacional contra la impunidad


Tolima es el departamento con menor impunidad en el país, seguido de Caldas. Los componentes funcionales de los sistemas de justicia y seguridad explican el resultado. Es uno de los departamentos con el menor porcentaje de encarcelados sin sentencia en primera instancia y uno de los que presenta mayor número de causas penales entre carpetas de investigación.


Según el Informe Global de Impunidad Colombia 20189 IGI, el porcentaje de encarcelados por homicidio entre homicidios en averiguaciones previas es atípico, estando muy por arriba del promedio nacional. Se encuentra entre los departamentos con mayor número de jueces y magistrados por habitantes, y el personal carcelario entre capacidad instalada es de los más bajos del país. Al igual que en otros departamentos con niveles aceptables de acceso a la justicia y confianza en sus instituciones, Tolima registra un número de delitos atípico, muy por encima del promedio nacional.


Para el departamento del Tolima, el hurto a personas y las lesiones personales son los dos principales delitos, esto corresponde al 27.7% de los 39,774 delitos que se registraron en el departamento. Posteriormente, y más relegados, se presentan los delitos de violencia familiar e inasistencia alimentaria y lesiones culposas por accidentes de tránsito.


Se presentaron 39,774 delitos. Del total de delitos, 27,194 (68.3%) se encuentran en indagación y tan sólo el 1.2% del total se está investigando. El porcentaje de estados activo, tanto de indagación como de investigación, se reduce aún más drásticamente alcanzando el 27.5% y el 0.8% respectivamente. Finalmente, del total de delitos llegaron a condena 1,694 delitos.


¿Qué es el Índice Global de Impunidad de Colombia?


El IGI-COL es un instrumento cuantitativo para medir la impunidad en el ámbito subnacional de los departamentos y territorios de Colombia. Tiene como base metodológica al Índice Global de Impunidad (IGI) elaborado por el Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia (CESIJ) de la Universidad de las Américas Puebla, México (que comenzó con este proyecto en 2014). Es la herramienta de interpretación cuantitativa de mayor reconocimiento académico internacional para medir el fenómeno multidimensional de la impunidad.


El IGI-COL utilizó como referencia para medir la impunidad subnacional el Índice Global de Impunidad de México (IGI-MEX) que pudo medir este problema para los 32 estados de la República mexicana; además , tomó en cuenta las particularidades del caso colombiano en términos de su organización administrativo-gubernamental y las condiciones propias de un país que vive, al mismo tiempo, un proceso de paz histórico, así como la permanencia de conflictos armados en buena parte de su territorio.

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