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«¿De qué vivo si no salgo?» una realidad de la cuarentena

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


Esa era la pregunta desesperada que esta mañana hacía una mujer desde su puesto de venta ambulante. Así como ella, miles de colombianos y colombianas, desde las calles de sus ciudades y municipios, lanzaron la misma súplica: «¿De qué vivo si no salgo?».


La medida oficial para detener la rápida expansión de COVID -19 en Colombia denominada #QuédateEnCasa, no resulta igual para todos y todas. Según El DANE, entre noviembre de 2019 y enero de 2020, hay un 47.7% de la población en la informalidad laboral en 24 ciudades y áreas metropolitanas a las que el DANE hace seguimiento. Ahora bien, resulta vital que se contenga el virus y una de las medidas más efectivas es quedarse en casa, de acuerdo con las experiencias de países europeos y asiáticos. En Colombia, en donde ya llegamos a más de 300 casos de contagio y tres (3) muertes en el momento de publicado este artículo, la medida resulta de urgencia.


Sin embargo, señalar el privilegio de clase que supone asumir la cuarentena como un acto de mera autodeterminación, en Colombia, ha resultado la bandera de sectores sociales para reclamar garantías en el marco del virus. Entre otras cosas, porque con dicho señalamiento se permite el reconocimiento de otras realidades y, de esta forma, se generan canales de presión ante el Gobierno Nacional, para que tome en cuenta a la población más vulnerable con acciones puntuales.


Las mujeres, las más afectadas


Según el informe del DANE, en el trimestre móvil noviembre 2019 – enero de 2020, en las 13 ciudades y áreas metropolitanas, la proporción de hombres ocupados que eran informales fue de 45,0%, mientras que esta proporción para las mujeres fue de 48,5%.

Un país con fuerza de trabajo informal


De acuerdo con las cifras del DANE, la situación de la población trabajadora infromal debería ser considerada por el Gobierno Nacional pues el éxito de #QuédateEnCasa requiere de garantíass para este grueso sector de la sociedad.


Desde horas de la mañana de este 24 de marzo, a contadas horas de que inicie una inédita jornada de aislamiento obligatorio que se extenderá hasta el 13 de abril —19 días—; se registraron imágenes de ciudadanos atiborrados en estaciones de Transmilenio. Y no demoraron las críticas desde las redes sociales. Sin embargo, sobre el caso de Soacha que representa el 13% de la fuerza laboral de Bogotá, ¿hay garantías de quedarse en casa, de alimentación y servicios públicos?


Tal como lo señaló la senadora Aída Avella en entrevista con Pares, en la que hizo un llamado al sector bancario para que sea solidario con la gente:


“Me han llamado trabajadores, por ejemplo del transmilenio, a decirme ¡hagan algo! los transmilenios casi que tienen el cupo que tienen normalmente por Dios estamos en una situación de expansión de un virus que sólamente puede ser controlable si la población se guarda y se guarda preventivamente.”


A la deriva


Por ejemplo, de acuerdo con la información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la sola cifra de desempleo en Colombia alcanza el 13%.

Es así como por ejemplo trabajos informales, del rebusque, empleados a los que no les han resuelto su situación laboral, el día de hoy manifestaron que tuvieron que salir a la calle con el riesgo que eso implicaba. Otro ejemplo del malestar y la incertidumbre que ha desatado la falta de implementación de acciones por parte de las autoridades se presenció en la alcaldía local de Santa Fe, en el centro de Bogotá, donde confluyeron vendedores ambulantes, trabajadoras sexuales, trabajadoras de servicios generales, arrendatarios pagadiario y población venezolana reclamando apoyo para poder sobrevivir a la cuarentena.

Protesta de vendedores ambulantes esta mañana en la Plaza de Bolívar. Bogotá. Foto: Cortesía.

Mientras el gobierno nacional, a través del decreto 444, develó su intención de quitarle recursos que podían ser focalizados en la salud para ser entregados a empresas y bancos, los sectores que tienen más precarizados sus derechos exigen alternativas a esta atípica jornada que se avecina.


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Nota: las ciudades y áreas metropolitanas tomadas por el DANE son: Bogotá D.C., Villavicencio, Medellín – Valle de Aburrá, Tunja, Cali – Yumbo Florencia, Barranquilla – Soledad, Popayán, Bucaramanga – Girón Piedecuesta, Floridablanca, Valledupar, Manizales – Villa María, Quibdó, Pasto, Neiva, Pereira – Dos Quebradas y la Virginia, Riohacha, Cúcuta, Villas del Rosario, Los Patios y El Zulia, Santa Marta, Ibagué, Armenia, Montería, Sincelejo, Cartagena y San Andrés.

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