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Nuevo contrato social: una propuesta frente al COVID-19

Por: Juan Manuel Torres Erazo. Coordinador oficina Pares-Pacífico.


Pares-Pacífico habló con el reconocido médico y cardiólogo Juan José Arango sobre su propuesta de un nuevo contrato social a propósito de la pandemia del COVID-19 y de los cambios profundos que tenemos que asumir como sociedad para continuar la existencia social de la humanidad; sin que terminemos por destruir el débil sistema productivo nacional y, por ende, destruir millones de puestos de trabajo al continuar aplicando el tratamiento de dosis de ataque que significa la cuarentena total en Colombia, que por los hechos recientes luce insostenible en el mediano plazo.


En el video que publicó Arango en YouTube dice que había mantenido en el último mes una actitud de silencio en sus redes sociales, donde se ha ganado un espacio importante como influenciador y divulgador científico. Esto, mientras, preparaba una “propuesta de solución, una “exit strategy”, como dicen los angloparlantes” que sirva de ruta para superar esta crisis y, en especial, que permita la continuidad de la vida social, porque por la ruta que estamos caminando, creo que hay peligros potenciales que debemos considerar muy en serio” y además, porque “la multitud de ideas y propuestas que veo en la red oscurecen más de lo que aclaran.


El médico es una voz autorizada dentro del gremio científico del país con más de 30 años de experiencia y en su retiro, además de su hobby como pajarero, se dedica a analizar el comportamiento social y opinar sobre diversos temas. En esta contingencia, por supuesto se ha empeñado en estudiar y monitorear la epidemia desde que comenzó realizando diferentes modelos matemáticos, manteniendo diálogo constante con académicos y expertos de varios países.


Es desde esas posibilidades que Juan José Arango hace un llamado al Gobierno nacional y la sociedad en general para que implementemos su propuesta de contrato social como la alternativa para “caminar hacia la salida de este problema, sin duda ninguna, el más grande que mi generación ha enfrentado”.


“El presidente Duque es el llamado a liderar el barco”


En julio del año pasado Juan Manuel Torres, coordinador de la oficina de Pares-Pacífico en Buenaventura entrevistó a Juan José Arango y en ese momento dijo que “Iván Duque es inferior al cargo que está desempeñando”.


Pares: ¿Por qué ahora considera que es Duque quién debe dirigir las estrategias en esta emergencia por la pandemia del COVID-19?


Juan José Arango: Quienes me conocen saben que he sido un ferviente crítico del uribismo como forma de pensamiento y no coincido con las políticas ni con el modo de pensar del presidente Duque. Pero en Colombia estamos al principio de la pandemia, es el día 20 y en esta etapa de crisis compleja el presidente Duque es quien debe coordinar la dirección del barco y conducir la nación a través de esta tormenta, es el presidente que tenemos, no es momento para diferencias políticas: hay que unir esfuerzos y no podemos permitir que desde su propia esquina cada mandatario local tome sus decisiones sin una coordinación clara y general.


Pares: ¿Estamos tomando las medidas adecuadas?


JJA: Tenemos que evitar la tendencia de asignarle causalidades a los fenómenos que observamos. Por ahora no podemos asumir como cierta la alta mortalidad del virus en Italia ni la muy baja mortalidad que reporta Alemania. Creo que el mejor estudio de prevalencia y mortalidad que tenemos hasta ahora es el crucero Diamond Princess, donde viajaban 3.711 personas y, a pesar de una respuesta tardía con las medidas básicas de higiene y distanciamiento, se infectaron solo 712 personas (el 19.1% de la población del barco) y la mortalidad global hasta ahora es del 1.1%.


Hay unos hechos que se han convertido en las medidas más importantes para combatir el virus: lavado de manos, asilarse y el distanciamiento social. El confinamiento obligatorio o cuarentena es una ‘dosis de ataque’, el tratamiento real implica mejorar los niveles de atención en salud implementando estrategias para aumentar el número de pruebas aleatorias en la población para detectar el mayor número de casos y poder hacer estudios de prevalencia, pero mientras tanto, no debemos permitir que sea el pánico el que destruya la sociedad.


Pares. ¿Usted ha sido un crítico de la Ministra de la Ciencia Mábel Torres, la ciencia tiene las respuestas para enfrentar esta emergencia?


JJA: Yo siento a veces que algunos sectores de Colombia no valoran la ciencia como se debería y tendemos a acoger métodos por fuera del método científico. En esta crisis hay que ceñirnos al método científico porque es el mejor método conocido. Se tiene el reto de comunicar correctamente porque la gente entiende de una manera más adecuada que si apelamos a la coerción y no podemos culpar a la falta de educación cuando no se cumplen las medidas que se adoptan.


Por otro lado, lo ancestral puede ser un punto de partida, pero no podemos caer en la ignorancia por falta de rigurosidad científica. Estas crisis de enorme magnitud se solucionan con acuerdos entre ciudadanos con cambios en los comportamientos y para ello no tenemos mucho tiempo, además somos muchos: no va a ser el último de los virus que tengamos que enfrentar.


Pares: ¿Por qué considera que la cuarentena total es una medida difícil de sostener?


JJA: Cualquier país con un régimen totalitario, dueño de los medios de producción, transita más fácil una epidemia que un país que abrace la libertad. Nosotros somos un país inmerso en el neoliberalismo, pero somos de pocos recursos por lo que estamos en peores condiciones y es muy posible que se destruyan de manera grave los puestos de trabajo. La batalla al virus con este mecanismo requiere de una cuarentena superior a las tres semanas y el país no está preparado.


Por lo tanto, la cuarentena en Colombia hay que tomarla en su efecto pedagógico: un mensaje grande, un baldado de agua fría. El objetivo es aplanar la curva, pero es una medida difícil de sostener y se va a romper sola en un espiral de violencia como respuesta social a estos días de cuarentena si no se garantiza el mínimo vital para sobrevivir a los hogares que viven del diario y en la informalidad, en este propósito lo más seguro es que el Estado fallará.


En su video JJ Arango agrega que si la gente no tiene con qué comer la cuarentena se romperá sola con unas consecuencias inimaginables, pues el virus se propagará como Pedro por su casa entre una población que sale desesperada y descontrolada a buscar su mínimo vital, dejando de lado de forma brusca y desordenada las medidas de protección, y recurriendo incluso a métodos violentos para intentar sobrevivir. Por ello, lo ocurrido el martes 24 de marzo es una pésima señal, ese día se retrocedió mucho a pesar de los toques de queda y normas dictadas.


También, lo que pasó en la cárcel modelo es una señal de lo que podría pasar. En mi opinión, esa noche la epidemia mató 25 personas en Colombia: 2 usando al virus como arma y 23 usando la respuesta de un grupo de seres humanos al miedo de morir hacinados en condiciones aterradoras.


El nuevo contrato social ¿en qué consiste?


Juan José Arango dice en su video que “el nuevo contrato social que les propongo, esta nueva forma de vivir que adoptaríamos todos de común acuerdo, sin firmar nada, sin exigir nada, sin vigilancia especial del gobierno, consta de tres puntos fundamentales:”


1. Hay que aceptar que esta epidemia cambió nuestro modo de vida para siempre.

No solo nuestro modo de vida sino “la forma como nos vemos como individuos y como sociedad y la forma como interactuamos”. Hay que aceptarlo rápido, superar la etapa de negación del problema como si fuera algo pasajero. No volveremos a estar como antes, “este nuevo contrato social nos invita a desprendernos de la vida que conocemos y a abrazar un nuevo sistema, que, espero, podamos diseñar nosotros mismos, antes de que nos lo diseñe un virus”.

2. Entender que el lavado de manos y el aislamiento social (distanciamiento físico) son la mejor herramienta que tenemos para combatir este virus.

Es un aspecto conductual de mayor importancia en el que debemos asumir la responsabilidad de incorporar hábitos de higiene de manera permanente “porque nos volvimos conscientes de que, como individuos, somos usados por los virus para diseminarse y multiplicarse”, por lo que no nos volveremos a saludar de mano, ni besos, ni abrazos con todo conocido con el que nos encontremos.

“Quien crea que con tres semanas encerrados resolvemos este problema está en un error: o no ha entendido los datos, o no se los han explicado o no los ha querido ver. Lo que haremos es disminuir la velocidad de progresión de la pandemia para que nuestro sistema de salud se prepare mejor, concepto que se ha asumido en el lenguaje al uso como “aplanar la curva”, y eso está muy bien.”

3. Hay que asumir el cambio del punto 1 y las medidas sanitarias del punto 2, pero habrá que ir a trabajar.


Después del 13 de abril, de manera gradual, si el Gobierno así lo determina, tendremos que salir a trabajar y evitar que se pierdan más puestos de trabajo y no permitir que nuestra frágil economía se colapse, con consecuencias peores que las del virus, incluso, una crisis económica profunda podría matar más personas que el mismo virus y con consecuencias lamentables para el futuro.


“No se trata de abandonar las medidas básicas de lavado de manos y distanciamiento físico. La idea es mantener la maquinaria de la sociedad funcionando, asumiendo todas las medidas de higiene que se han descrito, pero sin dejar de trabajar… No se trata de abandonarnos a lo que el virus quiera hacer con nosotros y sacrificar la vida de nuestros mayores y de muchos ciudadanos en beneficio de los bancos, de la economía o de los grandes empresarios. No señor. Se trata de mantener las medidas básicas que disminuyen la propagación del virus, sin destruir la maquinaria productiva”.

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