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Los botes del río Meta ¿otro tropiezo con la misma piedra?

Por: Laura Cano, periodista Pares.


Lo que ha estado pasando en las últimas semanas en las zonas fronterizas con Venezuela debería estar, por lo menos, en conocimiento del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quien ha salido a decir que no conocía las operaciones militares contra Venezuela y los planes en los que se involucra el país.


En este contexto, en el que llama la atención el silencio del presidente Iván Duque, el pasado sábado se registró un nuevo hecho. Se trató, como lo informó la Armada de Colombia el pasado 09 de mayo, de tres botes de la Institución que se encontraban en un Puesto de Control Fluvial amarrados a la orilla del río Meta, en el departamento del Vichada, en la frontera Colombo-Venezolana, y que en el momento se encontraban sin tripulación y fueron arrastrados por la corriente en la madrugada.


Estas embarcaciones Boston Wheeler, con motores 175 HP, marca Evinrude en las que iban ametralladoras calibre 50 y M60, fueron detectadas sin tripulantes por la Guardia Nacional Bolivariana, adscrita a la Estación de Vigilancia Fluvial El Burro, en el sector Chorro El Mono, Río Orinoco, en el municipio Cedeño del estado Bolívar.


“Todo este material se encuentra en resguardo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. El Ministerio Público y las demás instituciones del Estado venezolano llevan a cabo las investigaciones correspondientes. Se continúan las labores de patrullaje y escudriñamiento en todo el territorio nacional, como parte de la operación “Escudo Bolivariano”, a fin de garantizar la libertad, soberanía e independencia de la Nación”, informó el pasado sábado a través de un comunicado la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.


La respuesta de Maduro


Entre tanto el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tras los hechos afirmó que le corresponde al presidente de Colombia solicitarme a mí el regreso de este equipo militar y si así fuere sería regresado de manera inmediata. Esto, mientras por los funcionarios de la Armada de Colombia han confirmado que estos botes estaban a cargo del batallón de infantería Marina fluvial número 51, el cual depende de la Fuerza Naval de Oriente y tiene su puesto de mando en Puerto Carreño, Vichada.

Asimismo, que se abrirán investigaciones para establecer qué sucedió, pues, aunque se ha dicho que las embarcaciones se desamarraron y por eso quedaron a la deriva, todavía esta versión no cuenta con todos los sustentos para confirmarse si en efecto eso fue lo ocurrido.


Esa investigación va avanzando desde el mismo momento que se conocieron los hechos. Se inició una investigación para establecer las circunstancias que llevaron a que esos botes terminaran en aguas del Orinoco venezolano. Sin embargo, tengo que abstenerme de revelar los detalles de lo que hemos encontrado hasta que esta culmine para que no se afecte esa debida diligencia, afirmó el comandante de la Armada Nacional, almirante Evelio Ramírez, en entrevista con El Espectador.


Por este hecho fueron retirados de sus cargos tres suboficiales y nueve infantes de marina, además de un Teniente Coronel de la Infantería de Marina Comandante del Batallón No. 51, y al Capitán de Infantería de Marina Jefe de la Sección de Operaciones y Comandante de las Unidades Fluviales de ese Batallón, esto por ser los posibles responsables de los hechos, acusación que también los relaciona con el incumplimiento de protocolos y de las medidas de seguridad.


Son muchos los cuestionamientos que quedan, los cuales podrían ser esclarecidos con una investigación juiciosa y responsable. Sin embargo, cabe resaltar como lo dijo recientemente León Valencia, director de Pares que antes de que se le ocurra a Duque o a su canciller el ‘oso’ de pedirle a Guaidó la devolución de las tres lanchas colombianas que incautó la Guardia Nacional de Venezuela en el Orinoco, quiero decirles que este impase se resolvería rápidamente pidiéndole a Maduro la entrega de estas embarcaciones.


El contexto


Es necesario hacer un panorama de la situación anterior con los hechos que han involucrado a Venezuela y Colombia, por lo menos en las últimas semanas, pues si bien podría haber, o no, una relación directa entre estos hechos, lo cierto es que éstos no se pueden evaluar como situaciones aisladas, teniendo en cuenta, a su vez, las relaciones exteriores que han resaltado en los últimos años.


Por una parte, el fin de semana anterior a lo ocurrido con los botes, se lanzó la alerta sobre una incursión marítima en lanchas rápidas por la costa centro-norte de Venezuela, más exactamente por Macuto, en el estado La Guaira. Estas fueron interceptadas por miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y de la Unidad de Operaciones Tácticas Especiales (UOTE) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).


Tras esto, fueron ocho personas murieron, trece fueron detenidas, dentro de ellas dos exmilitares norteamericanos. Uno de ellos, Luke Alexander Denman, según se informó, confesó las tareas realizadas en Colombia previas a la operación, en donde, según lo relatado por Denman, se entrenaba a 60 personas en tres campamentos en Riohacha.


Ante las declaraciones, la Cancillería de Colombia hizo un llamado “a la comunidad internacional para que rechace este tipo de acusaciones y tenga conciencia frente a los intentos reiterativos del dictador Maduro por comprometernos en versiones falsas sobre supuestos hechos de fuerza”. Por su parte, Donald Trump negó la participación de Estados Unidos en la operación contra el país vecino, afirmación, en la que vino otra: Yo no enviaría un grupito de personas. Lo llamarían ejército”, “(…) sería ligeramente diferente. Lo llamarían invasión.


“El escándalo de la incursión en la Guaira fue desestimado en un principio por los medios de prensa y por los gobiernos, pero con el paso de los días ha ido creciendo por las declaraciones de los propios capturados y las grabaciones y fotografías difundidas que involucran al gobierno de los Estados Unidos y a la oposición venezolana en cabeza de Juan Guaidó, y señalan también al territorio colombiano como el lugar donde se gestan y preparan estas acciones con la complacencia de las autoridades del país”, afirmó León Valencia en su más reciente columna en Pares.


A esto se agrega las acusaciones que los dirigentes de Estados Unidos han hecho contra Maduro, acusándolo de narcotraficante, situación que desencadenó en la militarización del mar Caribe, pues se afirmó que por esta vía salía la mayor cantidad de droga hacia el país norteamericano.


Discusión que fue retomada en Pares luego de la publicación del informe El tráfico de cocaína de Colombia hacia el mundo, en el que se indica que solo el 30% de la droga que sale del país se mueve por este sector marítimo, pues es el Pacífico la ruta del narcotráfico más fortalecida, por donde se moviliza el 70%.


Esto demuestra que el presidente Iván Duque y Ministro de Defensa, quien ha señalado que no conocía las acciones contra Venezuela, deben explicaciones sobre las implicaciones que ha tenido Colombia en estos hechos, los cuales se han dado tanto por aprobación como por omisión de decisiones y pronunciamientos. “Las llamas de un conflicto internacional nos quemarán tanto, o más, que lo que nos ha quemado nuestro conflicto interno”, concluyó León Valencia.

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