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Indígenas del Amazonas, población en alto riesgo

Por: Redacción Pares


La agencia de la ONU para la salud en las Américas informa de que los casos en las Américas sobrepasan los dos millones mientras reitera su petición de visitar Nicaragua, país que sigue sin ofrecer datos sobre la situación de la pandemia. Además, muestra su preocupación sobre la fragilidad de las poblaciones indígenas, añadiendo su voz a la agencia para los refugiados y expertos en derechos humanos.


Tras sobrepasar los dos millones de casos y más de 141.000 muertos hasta el 18 de mayo, la Organización Panamericana de la Salud resaltó este martes la importancia de proteger a las personas más vulnerables de la región, especialmente las poblaciones indígenas que habitan en la cuenca del Amazonas.


Hoy, 90 de cada 10 mil habitantes del departamento del Amazonas en Colombia están diagnosticados con covid-19, según se desprende de los datos Pero en Leticia, la capital de Amazonas, la situación es crítica. El primer caso detectado allí se conoció el pasado 17 de abril. Y hoy, menos de un mes después, en este departamento del sur del país hay 924 casos.más reciente publicados este lunes por el Instituto Nacional de Salud (INS).


Durante la rueda de prensa semanal sobre el estado de la pandemia de coronavirus en la región, la directora general de la Organización Panamericana de la Salud mostró su preocupación por el tamaño, y en especial por el impacto, de la pandemia en los más pobres y en los grupos más vulnerables de la región como las poblaciones indígenas, especialmente en los grupos que viven en la cuenca del Amazonas y que albergan a más de 2400 territorios en ocho países.


«Estos grupos viven tanto en aldeas aisladas con acceso mínimo a servicios sanitarios como en ciudades densamente pobladas como Manaos (en Brasil), Iquitos (en Perú) o Leticia (en Colombia)» detalló Carissa Etienne quien confirmó que los casos de COVID-19 en la cuenca del Amazonas ya ascienden a 20.000, «donde la repercusión tiende a ser el doble de alta, en comparación con otras Estados en los mismos países».


Etienne destacó que de no actuar de inmediato estas comunidades sufrirán un impacto desproporcionado y que para desacelerar la propagación de la pandemia y colocar a la región en la senda de la recuperación se ha de proteger a los grupos vulnerables de la enfermedad.


Poco antes, la Agencia de la ONU para los Refugiados llamó a las autoridades de todos los países de América Latina a brindar protección a estas poblaciones frente al avance del COVID-19 en sus territorios. Días atrás, esta petición fue hecha también por expertos de la ONU en derechos humanos.


La crisis hospitalaria en Leticia


Tal y como lo denunció Pares el 20 de abril en el artículo LETICIA Y LA FRONTERA: ENTRE LA PANDEMIA Y EL ABANDONO, aunque su mayor riqueza es la biodiversidad y demografía pluricultural, de lo cual todo colombiano se enorgullece, la realidad de este departamento es más compleja. De acuerdo con datos oficiales, entre Leticia y Puerto Nariño se cuentan apenas 10 centros de atención de salud, de los cuales, solo hay un hospital -E.S.E. San Rafael- y una clínica -Leticia-.


El hospital que es de tercer nivel, es decir, puede atender casos complejos de salud pero no cuenta con los elementos y garantías para que el personal atienda a posibles enfermos por Covid-19. Tampoco cuenta siquiera con una Unidad de Cuidados Intensivos -UCI-.


Sin duda alguna, este departamento se encuentra tan desconectado del país que, por ejemplo, según la Superintendencia Delegada para Energía y Gas Combustible, además de contar con unas Necesidades Básicas Insatisfechas -NBI- por encima del 77%, todo el departamento hace parte de las Zonas No Interconectadas (ZNI) de energía del país.


Aunado a lo anterior, este departamento comparte la mayor proporción fronteriza con Brasil. Leticia y Tabatinga son municipios o entes territoriales siameses, lo que agrava la situación, pues, como bien se ha conocido, el país vecino no le ha dado un manejo coordinado a la crisis del Covid-19. En Tabatinga, según cifras oficiales, hay 11 casos confirmados y uno de estos falleció.


De hecho, el municipio fronterizo no cuenta con mayores garantías que Leticia. Al otro lado de la frontera, con 62.346 habitantes, Tabatinga cuenta con apenas dos centros de salud: la Unidad de Primeros Auxilios -UPA- y el Hospital militar. Insuficientes para toda la población que deben atender.


Por otro lado, cabe recordar que esta frontera es una conurbación, es decir, un mismo casco urbano dividido por un semicaudal -quebrada contaminada-, que tiene como control para pasar de un territorio a otro un policía acostado.


Otros grupos vulnerables especialmente afectados


Aparte de los indígenas señaló que otros grupos en riesgo que requieren políticas específicas de protección son los afrodescendientes, los migrantes y refugiados, las personas encarceladas y las mujeres.


«Las mujeres en nuestra región se enfrentan a disparidad de ingresos, falta de acceso adecuado a servicios sanitarios y a menudo se las somete a violencia de género. Además de ello, constituyen el 70% de la fuerza de trabajo sanitaria en las Américas. Eso significa que están en el frente de batalla de la COVID-19 y se encuentran afectadas desproporcionadamente por esta», destacó.

Etienne propuso tres vías para afrontar los problemas sanitarios, sociales y económicos de los grupos vulnerables contra la COVID-19.

  1. Mejorar el acceso a las medidas de salud púbicas eficaces y aplicarlas de forma agresiva, especialmente en las áreas de mayor riesgo de transmisión

  2. Todos los países han de reforzar las capacidades de los sistemas de salud para servir de manera más eficiente a las comunidades más vulnerables

  3. Establecer unos fuertes mecanismos de protección económica y social para proteger a las personas más vulnerables 

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