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Efecto de los carteles mexicanos en grupos armados colombianos

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


El más reciente informe de la Fundación Paz y Reconciliación sobre la presencia de carteles mexicanos revela, entre otras cosas, el fracaso en materia de seguridad y de política antidrogas por parte del Gobierno Nacional. La injerencia de estos grupos permite observar que en las subregiones el Estado colombiano no ha logrado hacer frente a la ilegalidad.


El informe de Pares tomó tres carteles mexicanos que ostentan la mayor relación con grupos armados colombianos. Estos son: Cartel del Golfo, Cartel de Sinaloa y Cartel Jalisco Nueva Generación. Dichos grupos han impulsado el fortalecimiento de grupos armados como Clan del Golfo, Caparrapos, Los Pachenca, Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, Grupos Armados Postfarc, especialmente del suroccidente colombiano, entre otros.

Además, como nunca en la historia, Colombia alcanza la cifra de 212.000 hectáreas de coca. Frente a esta situación, el Gobierno Nacional ha insistido por adelantar acciones de erradicación forzada que está cobrando la vida de campesinos. Como si fuera poco, ante un ambiente caldeado, decidió traer tropas estadounidenses de la Brigada SFAB, que—por ejemplo— prendieron la guerra en Irak y Afganistán.


Ahora bien, el siguiente mapa de carteles mexicanos en Colombia muestra la distribución y coincidencia geográfica entre la financiación y articulación de los carteles mexicanos con grupos armados colombianos, según el informe Pares.

Algunas características de estas zonas


Efectivamente, estas zonas son donde hay mayor presencia de grupos armados colombianos y es donde se ha generado un recrudecimiento de la violencia. Fundamentalmente, como lo advierte este y otros informes de Pares, estas nuevas conflictividades se dan producto de la disputa territorial por el control del mercado de la producción de cocaína; financiadas, en este caso, por carteles mexicanos.


Resulta importante señalar que la ausencia de voluntad política del Gobierno Nacional en materia de la implementación del Acuerdo de Paz ha desatado efectos negativos. Ya que, como bien lo señala el informe, varias de estas zonas corresponden a territorios donde las FARC-EP hicieron presencia a lo largo de la guerra, y donde luego de la desmovilización se configuraron vacíos de poder que no fueron copados por el Estado, pero sí por grupos del narcotráfico.


Relatos mexicanos: un secreto a voces


Toman más fuerza historias que parecen inverosímiles pero que se tornan como una voz a voz, en las regiones colombianas frente a la enigmática presencia de mexicanos en el negocio de los cultivos de uso ilícito. Estas historias advierten, cuando menos, una realidad a nivel local que el Gobierno Nacional se ha negado a atender.


En el Cauca, por ejemplo, se escuchan historias —que no se han comprobado pero que circulan como un secreto a voces— sobre pagos de alianzas entre grupos de narcos mexicanos con colombianos. De hecho, estas historias cuentan que en pueblos inhóspitos como en una vereda conocida como ‘La Playa’ se envió —como suerte de ofrenda— un concierto de la banda de música Norteña, ‘los Internacionales Rayos de México’.


A su vez, en el Pacífico nariñense, en lugares como Bocas de Satinga o Llorente, cuentan las personas que se ha proliferado la venta de tequila o mezcal a precios exorbitantes, que el común de la población no puede comprar. En el Bajo Putumayo se popularizó la historia de que, en el marco de una cabalgata, aparecieron cerca de ocho hombres en caballos con banderas mexicanas, tomando tequila y disparando.


Regiones y la presencia de carteles mexicanos


En Tumaco, el informe identificó presencia y consolidación del Cartel de Sinaloa. Allí alias como el de “Contador” hacen cada vez más mella, como también en los corregimientos de Llorente y el municipio de Olaya Herrera.


En la subregión del Catatumbo, el informe señala, presencia del Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa. La relación de estos dos carteles en esta subregión es con EPL, ELN y GAPF Frente 33. La relación, por tanto, es netamente comercial, comprando cocaína y pagando por protección y movilización.


Ante la dificultad de desenmarañar la situación del caso antioqueño, el informe empieza a develar que la presencia de carteles mexicanos tendría que ver con que les garanticen a ellos la venta de droga. Para ello, financian estructuras ilegales, es decir, armas y dinero. A su vez, en la región conocida como Nudo de Paramillo — compuesta por Bajo Cauca, Norte y Nordeste Antioqueño y Sur de Córdoba— se dice que producto del poderío económico; los carteles podrían llegar a regular precios de la pasta base de coca.

En el Cauca, el departamento con mayor índice de asesinatos de líderes y lideresas en Colombia, las pesquisas sobre la presencia y el relacionamiento de carteles mexicanos con grupos armados colombianos se ha establecido, entre otras cosas, por medio de relatos. Asimismo, un hecho que llama la atención en el informe —que las autoridades no han podido establecer— es la circulación de panfletos amenazantes en nombre de carteles mexicano.


Por un lado, estos panfletos han amenazado a miembros de la guardia Indígena, como sucedió en octubre de 2019. También, se habrían atribuido la masacre de tres personas en Corinto, amenazando a quienes estén en acciones de erradicación o incentivando alternativas de cultivo. A su vez, también Pares ha tenido acceso a panfletos en los que, supuestamente, los carteles mexicanos informan buenos precios a la hoja de coca y a la marihuana, mientras que a la par realizan alianzas con el ELN, EPL y Grupos Armados Postfarc-GAPF.


El papel de lo carteles mexicanos en Colombia


De manera categórica el informe Pares advierte dos tipos de papel o rol que protagonizan la relación de carteles mexicanos en suelo colombiano con los grupos ilegales. De hecho, esa relación se da debido a la búsqueda de garantizar la producción de cocaína y el abastecimiento de droga a través de las rutas dispuestas en Centroamérica con rumbo al mercado norteamericano.


De esta forma, dicha relación ilegal entre mexicanos y colombianos está dispuesta por la financiación y, por el otro lado, por diversos niveles de articulación.

Según el informe, la Defensoría del Pueblo ha venido advirtiendo que ha habido injerencia de grupos mexicanos por medio de “inyección de recursos -dinero y armas para fortalecer el control de zonas que garanticen el flujo de droga hacia México.


Un claro ejemplo de ello, tiene que ver con el financiamiento de Jalisco Nueva Generación a los Caparrapos. Dicha financiación —de acuerdo con el informe— para conseguir mayor ganancia en la cadena de producción de coca en zonas como Urimita, Dadeiba o Cañas Gordas (Antiquia).


El control de las rutas del narcotráfico cambió, de manera definitiva, con el traslado de más de 13.000 firmantes de paz de la otrora guerrilla de las FARC-EP a lo que se conocieron como las 24 Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y que hoy son Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR).


En la denominada transición o posacuerdo, el Estado colombiano no logró hacer presencia en zonas neurálgicas como, por ejemplo, Bajo Cauca Antioqueño, Pacífico Nariñense, Caucano o Chocoano. Sí lo hizo la ilegalidad que, durante estos años, se ha disputado a fuego y sangre los territorios para hacerse al control de las rutas del narcotráfico. Allí, han estado alimentando los carteles mexicanos.


De hecho, actualmente el ELN tiene presencia 139 municipios cuando en 2018 —año en que Duque llega a la presidencia— esta guerrilla hacía presencia en 112 municipios. Por otra parte, según datos Pares, en la llegada de Duque a la Casa de Nariño había presencia de Grupos Armados Post- FARC (GAPF) en 54 municipios y, hoy por hoy, hacen presencia en 101 municipios. Asimismo, la presencia de Clan del Golfo, Caparrapos y ELP completa un total de 132 municipios a nivel nacional.

De esta forma , uno de los efectos más inmediatos de la presencia de carteles mexicanos en Colombia tiene que ver con flujo de capital y de armas traído desde el país norteamericano, lo cual ha impulsado el fortalecimiento de grupos armados como Clan del Golfo, Caparrapos, Los Pachenca, Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, Grupos Armados Postfarc, especialmente del suroccidente colombiano, entre otros.


Expansión de los carteles mexicanos en Colombia


Por otra parte, resulta importante señalar que hay unas características que acompañan a la expansión de los carteles mexicanos en el territorio:

1. Tienen influencia directa sobre los grupos armados colombianos a través de la financiación o articulación.

2. No cuentan con grandes ejércitos de “mexicanos”, pues desborda las lógicas de regulación y control territorial.

3. Han logrado constituir relaciones a través de la presencia de personas nacionales de México, pero también de otros países centroamericanos.

4. Participan en la regulación del mercado del narcotráfico para garantizar la provisión de droga hacia Estados Unidos.

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