Por: Redacción Pares
Aunque la relación de crimen organizado entre Colombia y México viene de décadas anteriores, protagonizada por los grandes carteles del narcotráfico, en la actualidad la relación se ha dinamizado debido al importante flujo de capital y de armas traído desde el país norteamericano, lo cual ha impulsado el fortalecimiento de grupos armados como Clan del Golfo, Caparrapos, Los Pachenca, Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, Grupos Armados Postfarc, especialmente del suroccidente colombiano, entre otros. De esta manera, la Fundación Paz y Reconciliación -Pares, presenta su último informe de investigación: Radiografía de la presencia de los carteles mexicanos en Colombia.
El fortalecimiento del crimen organizado colombiano se asocia también con el aprovechamiento de las estructuras armadas ilegales del vacío de poder generado por el fin de las Farc-Ep como guerrilla y la imposibilidad del Estado por hacerse al control de estos territorios. Durante las últimas dos décadas los carteles mexicanos se han fortalecido expandiendo su accionar a lo largo del triángulo del norte (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Por ejemplo, han infiltrado estructuras de seguridad pública, han subcontratado organizaciones criminales para sicariato y también subcontrataron a la Mara Salvatrucha para brindarle protección a sus cargamentos de cocaína. En este sentido, la empresa transnacional continúa su expansión y fortalecimiento.
La fuerza de los carteles mexicanos y de sus vínculos con el crimen organizado centroamericano puede observarse también en Colombia a través de capturas de personas de los países de Centroamérica por porte y fabricación de estupefacientes y también por lavado de activos. Es decir, la captura de ciudadanos de nacionalidades centroamericanas también es un indicio de la relación fluida entre el crimen organizado de México, Centroamérica y Colombia.
Así se relacionan carteles mexicanos y colombianos
Se identifican dos formas de relacionamiento entre carteles mexicanos y grupos armados colombianos tras el fin de las Farc-Ep como guerrilla: financiación y articulación. La financiación se da a través de la inyección de grandes capitales y armas, este es el caso de Los Caparrapos o Caparros en la subregión del Nudo de Paramillo. La articulación se da a través de la búsqueda del trabajo conjunto en función de la regulación de la cadena de producción y comercialización de la cocaína, este es el caso de la relación construida entre el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo en el Bajo Cauca antioqueño y en Magdalena.
Todo indicaría que el miedo a una gran anarquía en el mercado del narcotráfico luego de la dejación de armas de las FARC provocó la mayor penetración de estas estructuras mexicanas. Básicamente, se produjeron tres fenómenos. Por un lado, los carteles mexicanos recordaban lo que ocurrió con la desmovilización paramilitar entre 2003 y 2006, donde se generó un proceso de reorganización criminal que llevó al nacimiento de al menos 101 estructuras ilegales. En la medida que las FARC controlaban los cultivos y la primera parte de la cadena del narcotráfico, se quería evitar un escenario similar. En fin, se sabía que las FARC se iban, pero el negocio debía continuar, lo que se quería era evitar un baño de sangre.
En segundo lugar, en Colombia había cierta paridad entre organizaciones criminales y ninguna estaba en la capacidad de copar masivamente, por ende, las posibilidades de una guerra con empates negativos era muy alta, por ello, la intervención inicial de estos carteles mexicanos es para asegurar una repartición más o menos pacífica del territorio. Por último, para copar muchas de esas zonas las organizaciones criminales necesitaban inyección de dinero, entonces, tener padrinos era importante.
La información recolectada para construir este documento buscó abrir el debate de las intrincadas relaciones entre grupos armados de México y Colombia más allá de la violencia.
Si bien las manifestaciones violentas son importantes, no pueden ser un indicador exclusivo en cuanto a relaciones de narcotráfico se refieren; por tanto, debe incluirse en el análisis otros tipos de relacionamientos que aquí se llamaron: financiación, articulación y expansión. Los elementos analíticos propuestos permitieron ofrecer mayor complejidad en la lectura de la realidad, a través de la recolección de información de fuentes primarias y secundarias.
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