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Verdades del petróleo y el reto de sacarlo de la guerra

Por: Luis Eduardo Celis. Columnista Pares.


Esta semana fue presentado, por parte de la Fundación Ideas para la Paz y Codhes ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, en cabeza de su presidente, el Padre Francisco De Roux, el informe titulado: “Verdad y afectaciones a la infraestructura petrolera en Colombia en el marco del conflicto armado”.


Petróleo y conflicto han ido de la mano en la historia de la humanidad y Colombia no ha sido la excepción. El montaje de la industria petrolera se ha hecho desplazando indígenas y campesinos, a las buenas o a las malas, y muchas veces más por las malas. La explotación petrolera llegó al Catatumbo, al Magdalena Medio, al Putumayo entre los años veinte y los años cincuenta del siglo XX. Allí hay muchas historias de despojo y violencia contra las comunidades. la nueva explotación petrolera, la de Arauca, en los años 80, Casanare en los 90 y el Meta en los 2000, también ha venido con sus conflictos, sus tiros y sus voladuras.


El primer ataque del ELN, contra la infraestructura petrolera fue el 17 de agosto de 1965, cuando atacó con explosivos las instalaciones de la Texas Petroleum Company, cerca de Bucaramanga. De allí hasta nuestros días los ataques contra trabajadores, directivos, ingenieros, contra los oleoductos, plataformas, infraestructura petrolera, han sido parte de este largo y doloroso conflicto, y no solamente en remotos lugares. En 1988, el ELN puso un carro bomba a la sede central de la OXI en Bogotá al norte de la ciudad, la cual afortunadamente no causa pérdidas humanas, pero sí destruyó la fachada.


El Informe presentado por Fundación Ideas para la Paz y por Codhes, trae las siguientes cifras: entre 1986 y el año 2006, se han presentado 4.455 acciones de ataque a la infraestructura petrolera, las regiones más golpeadas han sido el Putumayo con el 24.4% de las acciones seguida de Arauca, donde se han dado el 23.1% -hay que tener presente que este informe va hasta 2016. Y hay una sorpresa en este informe: el mayor responsable de ataques a la industria petrolera son las FARC, con un 33% de las acciones, seguido del ELN, con un 28%, lo cual ratifica que siempre hay algo por aprender, luego de décadas de escuchar y repetir que el principal responsable de esta práctica era el ELN.


Este sabotaje, ha representado el derrame de 4.1 millones de barriles, que han afectado el 4% del territorio nacional, con unas estragos ambientales y sociales, de enormes dimensiones. Estas prácticas de sabotaje, ha dejado igualmente trabajadores muertos, mutilados, al igual que campesinos, soldados y guerrilleros.


Hay otras dimensiones violentas en la industria del petróleo. Ha sufrido secuestro, asesinatos, desplazamientos de comunidades y líderes sindicales y comunitarios, de esto también hay reportes, que nos han mostrado la sistemática vulneración de derechos en este largo conflicto que aún no logramos cerrar.Este informe es un buen aporte, para un tema que sigue estando presente.Desafortunadamente este es un tema no superado, en las últimas semanas, se han dado ataques a plataformas petroleras en Arauca y Putumayo, las dos regiones que más han soportado esta violencia.


El petróleo es un bien público que debe servir para el desarrollo del país y las afectaciones a la industria petrolera deben ser superadas. Sabemos que tenemos muchos debates y discrepancias sobre las políticas petroleras, pero tenemos igualmente muchas identidades, una de ellas es que el sabotaje a la industria petrolera no trae nada bueno para las comunidades que las sufren, para el medio ambiente, para la misma industria y para las finanzas públicas. El sabotaje solo deja daños y mayores heridas y afectaciones.


Son décadas de sabotaje, son enormes las afectaciones al medio ambiente, a todas las formas de vida, cientos los mutilados y muertos. Esta aguda realidad debe parar y ser superada. Hay que convocar a una reflexión y un intercambio entre la mayor diversidad social, política y gremial posible, para buscar salidas a una situación que no debe continuar, hay que sacar el petróleo de la guerra. Actualmente, hay una negociación de paz pendiente con el ELN, y sacar el petróleo de la guerra, como un acuerdo de sociedad, puede ser un primer paso. ¿quien asumirá este reto?

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