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Cuba le apuesta a la paz

Por: Germán Valencia. Instituto de Estudios Políticos, Universidad de Antioquia. Columnista Pares.

Al gobierno cubano le está constando mucho apoyar las negociaciones de paz de Colombia. Así quedó evidenciado esta semana, luego de que Donald Trump tomara decisión de incluir nuevamente a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo de Estados Unidos. Esta es una decisión que se basa en la negativa que dió Cuba a Colombia de no entregar en extradición a los miembros de la comisión negociadora de paz del Ejército de Liberación Nacional -ELN-, que se encuentra anclada en la isla desde abril de 2018.


Cuba es un país amigo comprometido con la paz en Colombia desde hace cuatro décadas. Su apuesta ha sido siempre por una salida negociada al conflicto armado interno. Así lo hizo con el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -Farc-ep- entre 2010 y 2016, y así lo viene haciendo con el ELN desde 2014. A partir de este último año, cuando se iniciaron las conversaciones exploratorias confidenciales y luego del inicio de las negociaciones que duraron hasta agosto de 2018, Cuba ha estado dentro de los países garantes del proceso de paz con el ELN; por eso, una vez se tuvo problemas con la estadía de la Mesa de Negociaciones en Quito, Ecuador, el mismo gobierno cubano decidió ofrecerse como país anfitrión para recibir a las delegaciones.


Negociaciones de paz que no han podido avanzar desde agosto de 2018, a pesar de la insistencia del ELN de continuar en la Mesa. Cuando se posesionó el presidente Iván Duque las negociaciones de paz quedaron en el limbo; y luego del atentado con el carro bomba el 17 de enero de 2019 a la Escuela de Cadetes General Santander de Bogotá, se rompieron completamente. De allí que el gobierno Duque haya decidido pedir en extradición a los 10 miembros de la comisión de paz que están en La Habana. Petición que Cuba considera improcedente, pues como país garante ha insistido en la necesidad de respetar los protocolos firmados al inicio de los diálogos. Y espera que el gobierno colombiano ofrezca garantías para el retorno de los rebeldes a su país.


Sin embargo el gobierno Duque, en lugar de permitir el retorno de los negociadores, lo que ha hecho es suspender las órdenes de captura y solicitar a los miembros de la guerrilla en extradición a la Interpol. Desde el principio del gobierno Duque, la Cancillería ha dicho que Cuba se ha comportando como un “refugio a terroristas colombianos” y que no reconoce los protocolos firmados con el ELN y los países garantes (Ecuador, Venezuela, Brasil, Chile, Cuba y Noruega).

Cuba ha estado dentro de los países garantes del proceso de paz con el ELN; por eso, una vez se tuvo problemas con la estadía de la Mesa de Negociaciones en Quito, Ecuador, el mismo gobierno cubano decidió ofrecerse como país anfitrión para recibir a las delegaciones. Imagen: Cortesía.

Precisamente, basado en esta petición de extradición es que el gobierno Trump tomó la decisión de incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Decisión que tiene consecuencias económicas negativas para el país caribeño. El estar en esta lista conlleva sanciones para personas y países que realicen actividades de comercio con Cuba. Medidas que harán que en 2021 se incremente el escrutinio sobre las operaciones comerciales; se reduzcan las exportaciones, importaciones y suministro de servicios; se genere una cuasi parálisis de las inversiones extranjeras en la isla, creando escasez de divisas; y finalmente, se provoque un incremento en los precios de muchos bienes y servicios básicos, en especial, los alimentos.


De allí que Cuba reconozca que la decisión del moribundo gobierno Trump los afectará. Esta es una decisión desafortunada, que se da en un momento clave de reformas económica para la isla y en medio de la grave situación que viene dejando la pandemia. Desde hace dos décadas y después del colapso de la Unión Soviética el gobierno cubano viene realizando una serie de reformas, entre ellas un nuevo ordenamiento monetario, que se implementa desde el 1 de enero de 2021, relacionado con la la circulación del peso cubano convertible en dólar estadounidense. Reformas que se verán en apuros debido a esta decisión del gobierno norteamericano.


A pesar de estas graves sanciones de Estados Unidos y a las reclamaciones hechas por el gobierno de Iván Duque, Cuba está dispuesto a asumir los costos políticos, económicos y sociales de apoyar la paz. Considera que su apuesta por el bien público de la paz es más importante que mantener la amistad con Estados Unidos. Apuesta que la hace sustentado en dos razones: la primera, es debido a que la isla está acostumbrada a sortear este tipo de situaciones: desde la década de 1960 sufrió un largo embargo económico; luego, desde 1982 hasta 2015, la pusieron en la lista donde nuevamente la ponen hoy. Siendo los últimos seis años el único período de normalización en las relaciones con Washington, debido a la decisión del presidente Barack Obama de suprimir este tipo de violencia económica contra la isla.


Y la segunda, es que Cuba sigue firme en su decisión de apoyar la paz, de hacer respetar la palabra de cumplir lo pactado. Sabe que su decisión de cumplir bien su papel de garante con el protocolo de ruptura del diálogo con el ELN tiene costos, pero está dispuesto a asumirlos. No quiere perder la confianza que le tiene la comunidad internacional de ser un protagonista respetado de la construcción de paz. Quiere seguir siendo reconocido como un país que no extradita a ninguna persona de grupos armados que están intentando una salida negociada a los conflictos, y además que trabaja incansablemente por la implementación de lo pactado.

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