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«El Gobierno es responsable de esta crisis económica»

Por: Laura Cano. Periodista Pares.


El panorama económico del país ha estado en la lupa de muchos sectores, pues desde iniciadas las medidas para mitigar el contagio de Covid-19 se alertaron sobre los impactos que la emergencia sanitaria podría llegar a tener en el desenvolvimiento económico del país. Hoy todas esas advertencias se ven reflejadas en los análisis sobre cómo le fue al país en esta materia durante el 2020.


De nuevo, no son alentadoras las cifras. Esta vez fue el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE-, el encargado de presentar una radiografía sobre cómo cayó en Producto Interno Bruto –PIB- durante el año pasado, el cual fue contrastado con el crecimiento del 3.3% reportado para 2019.


Así las cosas, se informó que la contracción fue histórica, incluso se asevera que es la mayor caída del PIB desde 1975, año en el que comenzaron a haber series de crecimiento. Siguiendo esto, la cifra de este desplome del PIB en Colombia fue de 6,8% en 2020; lo que sería el resultado de las afectaciones de la pandemia, los confinamientos y las restricciones a la actividad económica del país. Situación acentuada, además, con políticas de reactivación que se han quedado cortas. Esta cifra incluso es peor que la crisis económica de 1999, a la que se hizo constante referencia desde el año pasado. En dicha crisis el descenso del PIB fue del 4,5 %.


Hay que mencionar que hubo un grupo de sectores que se vieron mayormente afectados. Estos fueron los de explotación de minas y canteras, que tuvieron un decrecimiento del 15.7%; el de industrias manufactureras con el 7,7%; los dedicados a la construcción donde la contracción fue del 27,7%, el comercio con el 15,1% y las actividades artísticas que registraron una caída del 11,7%. Por el contrario, según la entidad, las actividades con mayor crecimiento fueron las de agricultura (2,8%), financieras (2,1%), inmobiliarias (1,9%) y administración pública y defensa, educación y salud (1%).


Por otra parte, desde el DANE se señaló que la demanda final interna cayó un 7,6% en 2020 (en 2019 fue de un 4.1%), igualmente el consumo final cayó 4,1%, la formación bruta de capital se redujo 21,2%, frente al 3,6% del año pasado, y, además, las exportaciones tuvieron una afectación negativa del 17,4% y las importaciones cayeron un 18%.


De esta forma, y trayéndolo a otros términos, el PIB en pesos corrientes bajó de $1.061 billones a $1.002 billones. Y el PIB per cápita anual pasó de $21,4 millones a $19,9 millones. Además, hay un aspecto importante que resaltar: el consumo de los hogares decreció un 5,8 %.


Para entender este panorama de manera más aterrizada desde Pares se habló con la economista Cecilia López, quien además ha sido directora del Departamento Nacional de Planeación, Embajadora de Colombia en Holanda, ministra de agricultura, ministra de medio ambiente y senadora.


Pares: ¿Qué significa que el Producto Interior Bruto (PIB) de Colombia haya registrado una contracción del 6,8% en el año 2020?


Cecilia López: El descenso fue supremamente duro, y están tratando de decir que la recuperación de diciembre impidió que esto fuera mayor. Eso es cierto. Pero la recuperación de diciembre venía precedida de un descenso mucho más acentuado durante los primeros meses de la pandemia.


Si el PIB no cayó tanto, o incluso más, como se tenía previsto, fue porque en diciembre se reactivó la economía. Pero hay un costo, y es que no se hizo de una manera más organizada. Y eso se va a ver en que en el 2021 haya unos meses críticos. En este momento el Gobierno debe ser claro asumiendo la crisis en la que estamos y actuando al respecto, partiendo, desde algo que se está ignorando, y es que las consecuencias que no están siendo iguales para toda la población.


Pares: Justamente con lo que termina diciendo. ¿Cuáles son esos sectores que más se ven afectados con esta contracción?


C.L: Debemos entender lo que significa estar en una crisis. Hay que empezar por decir que más de la mitad de la población está en niveles de vulnerabilidad; para algunos está población es cercana al 60%, pero ¿qué pasa con esto? Que a ellos/as el Gobierno no los está atendiendo con apoyos reales. El desempleo es tal que los índices de informalidad son los que han venido creciendo, lo que muestra una crisis social de unas dimensiones que no se han querido reconocer.


Si a más del 50% de la población le están llegando muy pocos recursos, y además el Gobierno incentiva la entrega de subsidios que no llegan a la cantidad de familias que lo requieren, y que a las que les llega realmente representa una miseria; $160.000 no alcanza a cubrir ni una pequeña parte de los gastos de un núcleo familiar, esto lo que lleva es que la gente tenga que salir a buscar informalmente cómo solventar estos vacíos.


Es muy grave porque esta situación está recayendo sobre los sectores más vulnerables, inclusive, tampoco se ha medido el impacto en las clases medias, que también puede ser muy fuerte. El costo social es el que ahora es necesario que el Gobierno voltee a mirar. Aquí es necesario señalar que una de las pocas medidas que pueden contribuir a una reactivación real son las vacunas, pero hoy hay casi doce países en la región donde ya se comenzó a vacunar, mientras que en Colombia apenas se va a empezar con una cobertura mínima.


Así que se puede decir que el Gobierno es uno de los principales responsables de que la crisis sea de esta profundidad, porque no se ha movido en este aspecto, tampoco hizo mucho para generar nominas a las empresas que estaban generando empleo para estos sectores de los que hemos venido hablando.


Pares: De esta forma, ¿este panorama cómo afecta puntualmente al colombiano/a promedio?


C.L: Esta contracción se ha traducido en que no hay empleo decente, y en que tampoco hay demanda. Hay un punto que me parece neurálgico; el país lo que produce es lo que demandan las poblaciones pobres y de clase media, este grupo es casi 2/3 del país, porque los ricos compran las cosas que se venden en el exterior, que son las cosas más de lujo, a través de plataformas como Amazon. Entonces lo que pasa es que tener 2/3 de la población en estas situaciones es generar que justamente en ellos recaigan las consecuencias más graves, además, esto también impide que se reactive la economía. Por ejemplo, si se vacuna a la gente, y se comienza a salir, queda el cuestionamiento sobre cómo se les va a compensar la pérdida de ingresos en este tiempo.

Aquí no hay que frenar la demanda, y sobre todo cuando esa demanda depende de estos sectores, porque como lo dije, lo que se produce aquí muy difícilmente es consumido por lo ricos, que son quienes sí han podido ahorrar durante la crisis, quienes en su mayoría no vieron afectados gravemente sus ingresos. De esta forma es urgente comenzar a pensar mecanismos más eficaces de protección del trabajo de las clases medias y más vulnerables, para que, entre otras cosas no se estanque la demanda. Imagen: Pares.

Pares: Con este contexto colombiano, ¿cómo pensar una reactivación efectiva?


C.L: Hemos insistido que el Gobierno se equivocó, pues creyó que la economía se iba a reactivar a través de la oferta. Pero no se dio cuenta que las empresas producen lo que demandan la gente de ingresos bajos y medios, y esa gente, que fue la que se vio más afectada, recibió apoyos del Gobierno muchísimos menores en comparación con el resto de países de América Latina. Es la tercera parte de lo que han dado países como Chile, Brasil y Argentina.


Así se puede decir que el Gobierno no se preocupó por mantener la demanda, y en este momento lo que hay que hacer es dar ingresos a la gente que los ha perdido para que demanden y eso se hace generando empleos de emergencia y fomentando ingresos de apoyo.


Aunque en lo anterior hemos sido insistentes, lo que pareciese querer hacer el Gobierno es financiarse con un IVA a la canasta familiar, cuando está probado que el Gobierno no está en la capacidad de devolver el IVA ni a los 2/3 de la población que es la que más ha perdido. Puede que se lo devuelva a los más pobres, pero al grueso de esos 2/3 no se los van a devolver, Mientras se insiste en incentivar la demanda lo que van hacer con esta reforma tributaria es frenar la economía porque además les quitan ingresos a los que pueden demandar.


Pares: Uno de los sectores que según el DANE creció fue el agrario, sin embargo, en un artículo de La República Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), afirmaba que más allá de tener un PIB positivo, los agricultores tuvieron pérdidas y poca rentabilidad. ¿Cómo analizar esto?


C.L: Lo que pasó con el agro fue una cosa que se venía advirtiendo al Ministro de Agricultura. Cuando la pandemia empezó los/as agricultores comenzaron a producir alimentos sin apoyo de nadie y por eso no hubo falta de alimento perecedero, pero el Gobierno no se dio cuenta que al contraerse la demanda urbana iba a comenzar a perderse parte de esos productos.


Entonces, sí, el sector agropecuario se mantuvo, como afortunadamente se mantuvo el sector financiero, pero lo que pasó fue que aquí no se dieron cuenta que la caída de la demanda; la caída de los restaurantes, de todos los que demandan alimentos, iba a caerle principalmente a los productores; ahora una de las muestras de eso es que a la fecha se han perdido y se siguen perdiendo cosechas. Lo que se acentúa en que el Gobierno no se ha preocupado por estimular la producción, sino, por el contrario, se estimuló fue la importación de productos agrarios.


Ahora, esto a lo que lleva es que la crisis vaya a afectar de manera diferencial a las poblaciones campesinas y de agricultores, pues si no estimulan la demanda interna se van a seguir perdiendo cosechas y la rentabilidad de ese sector va a seguir cayendo, mientras las cifras presentan otra cosa.


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