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La afrenta de Montoya contra las víctimas del Ejército

Por: Sergio Saavedra.

Periodista Pares.

“Yo no exigí bajas, exigí operaciones. Nadie puede decir que el general Montoya mandó a matar ni que me enteré que habían matado. Nunca. Para mí los que cometieron eso (falsos positivos) son unos cobardes. (…) Fue terrible. ¿Cómo así que se tenía que reportar un número determinado de bajas para dar una condecoración? Eso fue una equivocación” fueron algunas de las palabras dichas por general en retiro Mario Montoya, excomandante del Ejército Nacional ante 41 víctimas a quienes sus familiares —hijos, hermanos, sobrinos— los asesinó el Ejército Nacional para ser pasados como bajas en combate.


Montoya se exculpó de su papel y señaló que los soldados que cometieron estos crímenes lo hicieron “por falta de capacitación”. Insistió en que la determinación provino del entonces presidente Álvaro Uribe y el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.


Tanto Montoya, como Uribe y Santos son señalados por las victimas por su papel determinador en los crímenes. La ausencia de verdad por parte de excomandantes del Ejército, ministros(as) —también como Marta Lucía Ramírez— y el expresidente Uribe; configuran la afrenta en contra de las familias de por lo menos 6.402 personas que fueron asesinadas por el Ejército Nacional.


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Jacqueline Castillo, representante legal de las Madres de Víctimas de Falsos Positivos (MAFAPO), desde el pasado 26 febrero de 2020 ya había denunciado a través de la Fundación Paz y Reconciliación— PARES que en la audiencia de Mario Montoya en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP); “lo único que recibimos fue maltrato hacia las víctimas… no podemos permitir que nos sigan revictimizando.”


Desde ese momento Jacqueline ha insistido en que la JEP “no se permita que estos militares que no están aportando a la verdad de los hechos no sean admitidos en la JEP. Nosotras queremos saber la verdad y hay militares que nos han aportado verdad (…) pero como esta de la audiencia de Mario Montoya recibimos maltrato”.


Luz Ángela Garzón también se había referido a Montoya tras esa audiencia de al general en retiro. “Para Mario Montoya… el cinismo de usted es tan grande que ni siquiera cuando se acercó a hablar con nosotras como víctimas para ocultar y querer dar lástima; no lo logró conmigo. Sigo pensando que usted tiene mucho que ver con la muerte de estos muchachos (…) No me voy a quedar callada, si buscando la verdad busco la muerte; no me interesa. Ya me arrancaron a mi hermano —Eduardo Garzón— que era lo más importante. No nos vamos a quedar calladas.”


Beatriz Méndez, madre de Weimar Armando Castro y tía de Eduard Benjamín Rincón asesinados y pasados como bajas en combate, también ha extendido su mensaje días después de la audiencia de Montoya. “Queremos justicia en estos casos de nuestros hijos que fueron asesinados y presentados ilegítimamente como combatientes. Nuestros hijos no eran ni combatientes ni delincuentes. Queremos justicia y que quienes se acojan a la JEP digan la verdad y si no, ¿para qué se acogen? Expulsarlos a la justicia ordinaria y que paguen como criminales que son.”


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Apartes sin escrúpulos


Me duele decirlo, pero los muchachos que van al Ejército son los de abajo, estrato uno. Ya no va el estrato 2 ni 3 ni 4. Nos toca, voy a hablar con el corazón aquí como comandante, nos toca enseñarles a ver cómo se utiliza el baño, cómo se utilizan los cubiertos, esa es la calidad” fue uno de los apartes que conoció el país sobre la audiencia de Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en la que habló el general en retiro Mario Montoya, excomandante del Ejército Nacional, el pasado 13 de febrero de 2020.

Visos del tenebroso prontuario de Montoya


Un martes 4 de noviembre de 2008 el General (r) Mario Montoya dejaba la comandancia de las Fuerzas Militares luego de que el país conociera sobre la trágica desaparición de jóvenes en Soacha que, posteriormente, fueron asesinados y presentados por el Ejército Nacional como guerrilleros muertos en combate en Ocaña, Norte de Santander.


Más tarde, se sabría que esta práctica, denominada por los medios como ‘falsos positivos’, fue recurrente entre el 2002 y 2008, y que fueron más de cuatro mil los jóvenes asesinados por la fuerza pública. Al General (r) lo señalan de ser el verdugo que ordenó miles de muertes. Desde ese momento ya se estimaba que entre febrero de 2006 y noviembre de 2008 —tiempo en que el Montoya comandó las fuerzas militares— una (1) de cada tres (3) muertes en combate fue una ejecución extrajudicial.


A pesar de lo que ya se conocía en Colombia sobre el papel de Mario Montoya y su puesta en marcha de la Seguridad Democrática del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez; el General (r) recibió en seis (6) ocasiones, la máxima distinción que se entrega en la República de Colombia a los militares: la Orden de los Libertadores ‘Cruz de Boyacá’.


Detrás del General Montoya no sólo reposan las investigaciones sobre los homicidios extrajudiciales. Fue mencionado en las versiones libres del exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, quien confesó la complicidad que existió entre los ‘paras’ y la IV Brigada del Ejército Nacional mientras Montoya fue su comandante entre 2001 y 2003.


Según ‘Don Berna’, entre el 16 y 19 de octubre de 2002, tropas de la IV Brigada, en compañía de paramilitares, realizaron el operativo militar urbano más grande de la historia: ‘La Operación Orión’, en donde hubo 88 homicidios y más de 600 víctimas.


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