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“Detrás de las aspersiones con glifosato deben existir intereses poderosos”

Por: Sergio Saavedra y Laura Cano


Esta es la primera entrega de ‘Ecos ante el regreso del glifosato’, un especial de Pares para escuchar las voces de quienes se verán afectados tras la firma del Decreto 380 del 2021, mediante el cual se adopta el marco normativo para la aspersión aérea con glifosato. Así como también, las posturas de expertos y líderes que por años han venido haciendo seguimiento a este tema. Antes de leer este texto, le invitamos a ver el siguiente.

La Costa Pacífica Nariñense es una de las subregiones en la que las comunidades han sido insistentes en el reclamo por la protección de sus territorios, ante las distintas acciones que se han adelantado en los últimos años por permitir que el glifosato vuelva, acciones en la mayoría de ocasiones promovidas y avaladas por el Gobierno Nacional.


Dicha resistencia ante este tipo de políticas esta evidenciada, por ejemplo, en la acción de tutela interpuesta el pasado 12 de enero con solicitud de MEDIDA PROVISIONAL URGENTE Y PRIORITARIA para la protección de los derechos fundamentales a la CONSULTA PREVIA; CONSENTIMIENTO LIBRE, PREVIO E INFORMADO; SALUD; VIDA DIGNA; MÍNIMO VITAL; DEBIDO PROCESO y DERECHO A LA PAZ, los cuales resultarían gravemente afectados con el regreso del Programa de Erradicación de cultivos de uso ilícito mediante Aspersiones Áreas con el Herbicida Glifosato (PECIG).


Hay que señalar que dicho recurso había logrado “la suspensión de la resolución 001 de 2020 emitida por la dirección de consulta previa del Ministerio del Interior, hasta tanto se resuelva de manera definitiva la acción constitucional”. Por su parte,  esta resolución establecía, como una de sus medidas, que para la fumigación en 104 municipios la consulta no era procedente, anunciando a su vez en ese momento que las aspersiones regresarían en abril.


Adicional, y nombrando solo algunas  acciones recientes, en todo este contexto la comunidad también convocó a marchas el pasado 18 de marzo en contra de la insistencia del Gobierno Nacional por la aspersión de glifosato en Colombia, las cuales se llevaron a cabo en las 10 cabeceras de los municipios que conforman la Costa Pacífica Nariñense y tenían como finalidad: rechazar la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito.


Hoy, luego de años de reivindicaciones y organización de las comunidades, de nuevo, la amenaza del glifosato regresó. Por eso, desde Pares hablamos con Ivonne Quiñonez, lideresa de la Costa Pacífica Nariñense, quien dialogó acerca del decreto recientemente firmado por el presidente Iván Duque y las consecuencias de éste para los habitantes de la subregión.


Pares: El decreto plantea que cuando la aspersión pueda afectar a las comunidades étnicas habrá consulta previa… a propósito de esto como lideresa del territorio, ¿considera que se están garantizando los derechos de las comunidades étnicas con la decisión del retorno de la aspersión del glifosato?


Ivonne Quiñónez (I.Q.): Todo lo contrario, el gobierno del Sr. Iván Duque está obrando de manera temeraria, arbitraria, irrespetuosa, inconsulta y violatoria de nuestros derechos como pueblos étnicos.  Finalmente, lo que este gobierno aspira, es acabar con la naturaleza misma de lo que es la consulta previa y convertirla en tan solo un acto administrativo más. En todo caso lo único que percibimos es que, detrás de las aspersiones con glifosato, deben existir intereses poderosos, para intentar por todos los medios posibles, volver a esta costosa, criminal e inútil estrategia para la lucha contra el narcotráfico.


Y estamos ahora más que siempre preguntándonos:¿Cuántos moriremos de cáncer o de otras enfermedades asociadas con el glifosato? ¿Cuántas comunidades tendrán que dejar el territorio debido a la hambruna que llegará? ¿Cuántas situaciones adversas nos llegarán, cuando arrasen con el medio de sustento de miles de familias, sin políticas sociales y económicas que les permita sobrevivir? ¿De qué tamaño y cuánto durarán las afectaciones ambientales, la contaminación de la tierra, las fuentes hídricas y el mar, si las de años atrás aún no las hemos superado y es posible que nunca se superen? Es justo y necesario levantar nuestra voz de rechazo ante tanta infamia


Pares: Según el decreto, la Agencia Nacional de Licencia Ambiental y el Instituto Nacional Salud, será las encargadas de realizar seguimiento sobre los efectos del programa y deberán entregar informes de evaluación al Consejo Nacional de Estupefacientes. ¿Las comunidades consideran que estas son instancias garantistas para sus derechos fundamentales?


I.Q.: De ninguna manera estas deben ser las instancias encargadas de realizar este tipo de seguimientos; anticipamos que no habrá objetividad, no habrá verdad, puesto que son instituciones orientadas por el mismo gobierno que a toda costa, nos impone enfermarnos, morir y generar gravísimas afectaciones al medioambiente


Pares: Justamente, ¿Cuáles son los derechos que se violan a las comunidades con el retorno de la aspersión del glifosato?


I.Q.: Violan la Consulta Previa, el derecho fundamental que tienen todos los pueblos étnicos, de ser consultados ante cualquier intervención en su territorio; el Principio de Precaución, mediante el cual el Estado Colombiano debe abstenerse de poner en riesgo la salud de sus ciudadanos y de causar graves daños al medio ambiente como en este caso significan las aspersiones aéreas con glifosato.


Cuando al respeto la principal autoridad mundial en materia de salud, la OMS, se ha manifestado sobre los efectos cancerígenos del glifosato, entre otras muchas enfermedades relacionadas con este agrotóxico.


Por otro lado se están violando el punto 4 de los Acuerdos de la Habana, donde se prioriza en todo caso la sustitución de cultivos de uso ilícito, frente a la erradicación forzada y en el caso de la Costa Pacífica Nariñense, más grave aún, puesto que nuestras comunidades habían firmado cartas de intención de vinculación al PNIS.


Pares: Algunos sectores han desestimado las implicaciones del glifosato en la salud, ¿Qué ha venido sucediendo en la Costa Pacífica Nariñense después de los años en los que se utilizó glifosato?


I.Q.: Toda la Costa Pacífica Nariñense lo ha vivido, más el pueblo tumaqueño ha sido la gran víctimas y testigo por excelencia de las graves afectaciones a la salud relacionadas con el glifosato. Durante década y media nuestro territorio fue asperjado con este agrotóxico y el cáncer se convirtió en una verdadera epidemia. Así mismo, hubo hombres y niños que murieron a causa del glifosato en zona rural, pues cuando llegaban de las faenas del campo, tomaban agua directamente de algunas quebradas como solían hacerlo antes y enfermaban algunos morían.


Las enfermedades respiratorias, la conjuntivitis, los problemas dérmicos eran comunes y los casos de Alzheimer, Mal de Párkinson, abortos espontáneos, partos prematuros, malformaciones congénitas, así como problemas renales, entre otros, se incrementaron de manera alarmante.


Pares: ¿Por qué resulta importante insistir en la implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos?


I.Q.: Es importante insistir porque sin lugar a dudas el PNIS, no es sólo una herramienta eficaz para la lucha contra el narcotráfico, sino también una estrategia vital para el logro de la paz en nuestro territorio.


El PNIS, es una estrategia verdaderamente eficaz en la lucha contra el narcotráfico; esto debido a que es un programa concertado con las comunidades y que además brinda condiciones y alternativas para que estas accedan a economías legales; las comunidades se sienten comprometidas y actúan de manera consecuente; todo lo contrario con lo que ocurre con la erradicación forzada, donde los erradicadores cortan las matas de coca en la mañana y por la tarde hay resiembra, convirtiéndose esto, en un círculo de nunca acabar.


Esto lo hacen porque nuestras comunidades no tienen otros medios de sustento.  El PNIS por otra parte, es un instrumento para la paz, nuestros jóvenes mueren todos los días en los campos de batalla, porque los grupos armados ilegales dedicados al narcotráfico, son los únicos empleadores que hay en la zona rural y la guerra mirada desde aquí, es uno de los grandes flagelos producto de la pobreza, de las condiciones de precariedad e indignidad en la que el Estado colombiano históricamente ha sometido a nuestra gente. El PNIS, es decirle no al narcotráfico, sí a la paz y a la vida digna.

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