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Partidos Cristianos, no más un plato de segunda mesa

Por: Sebastián Mora  Investigador Pares – Línea de Democracia y Gobernabilidad 


La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) conversó con Ricardo Arias, copresidente del partido Colombia Justa Libres, sobre las expectativas electorales del partido para las elecciones a Congreso en el 2022 y sobre la gran consulta de sectores cristianos para las elecciones presidenciales.


“Pretendemos tener un marco de influencia superior. Nos hemos propuesto llegar a la docena de congresistas en Senado y Cámara”

¿Cómo se encuentra hoy el partido?


El partido sigue siendo un partido en formación por la historia reciente. Apenas vamos dos años de constituidos, por lo que cada certamen electoral es un reto gigantesco.


Contamos en este momento con presencia activa en 447 municipios de Colombia. Eso es prácticamente la mitad de los municipios del país, y por eso presentaremos lista al Senado y a la Cámara en no menos de 25 departamentos, incluida una candidatura en la curul de colombianos en el exterior.


¿Cómo les fue en las elecciones del 2019?


Siento que nos fue bien. En el 2018 alcanzamos el mínimo para el umbral y en el 2019, cuando llegamos a las regiones por primera vez, pasamos a tener 4.417 candidatos en asambleas, concejos, edilatos y gobernaciones.


¿Cómo se ven en comparación con el Partido MIRA?


Ellos vienen participando en política desde hace muchos años, más de 18 años. Pero después de 2018, en el alcance democrático diría que estamos empatados.


¿Cuáles son sus aspiraciones para las elecciones a Congreso del 2022?

Pretendemos tener un marco de influencia superior: nos hemos propuesto llegar a la docena de congresistas en Senado y Cámara.


Anteriormente, representantes políticos de las comunidades cristianas se presentaban al certamen electoral bajo otros partidos que les acogían, en el sentido pragmático, por la cantidad de votos que representaban, ¿cree que esa lógica ha cambiado con el fortalecimiento de partidos como el MIRA y Colombia Justa Libres?


Hoy en las democracias los debates no se dan, como en anteriores años, por medio de una lucha de ideologías. La lucha actual es de cosmovisiones, de formas de ver la sociedad. Nosotros tenemos un proyecto que defiende la vida, la familia y la sociedad. Esa es una visión muy diferente a como se hacían los acuerdos políticos anteriormente. El debate del 2022 va a ser muy diferente y, si le añadimos la pandemia, sí que va a contribuir a un cambio en ese aspecto. Confiamos en que seremos una sorpresa para las elecciones.


En las elecciones a Congreso del 2018 ustedes fueron víctimas de fraude electoral, ¿cómo se están blindado para evitar que esto suceda en el 2022?


En 2018 nosotros fuimos víctimas de fraude electoral, pero con una labor de vigilancia logramos aperturar más de 5.000 mesas en el proceso de escrutinio, donde demostramos que hubo fraude y recuperamos más de 35.000 votos. Esto solo demuestra que el sistema electoral colombiano adolece de muchas inseguridades.


Para el próximo debate tendremos toda una organización general y en todas las mesas nuestro partido tendrá el conteo que se merece. Nosotros no pedimos que se nos dé nada, pero tampoco que se nos quite.


¿Considera que el nuevo Código Electoral brinda garantías contra el fraude?


Yo —esta es una opinión personal— acompañé la calificación de monstruosidad al nuevo Código Electoral. Ese nuevo código no corresponde a las garantías que debe tener un certamen electoral. Prueba de eso es el desconocimiento de la figura del testigo electoral. El testigo electoral hoy es la compra de votos de organizaciones rodeadas de dinero que confunden al sistema electoral colombiano. Es el colmo que el nuevo Código no tome en cuenta esta figura.

Puede que nos cuidemos en los momentos del conteo y del escrutinio, pero antes de las 4 de la tarde, durante las 8 horas de la jornada de votación, allí no hay ninguna garantía.


¿Sintieron receptividad por parte del registrador nacional, Alexander Vega, para atender los reclamos de mayores garantías electorales?


No hemos tenido ninguna comunicación con el Registrador ni él con nosotros. Y para la presentación de este Código Electoral los partidos no fueron consultados.


¿Qué cambió con respecto a las elecciones del 2018 para buscar ahora una candidatura presidencial propia?


En 2018 no lo hicimos por ser un grupo significativo de ciudadanos. Esta será la primera vez que vamos a salir al ruedo y no queremos entregar los beneficios que nos otorga nuestra personería jurídica a ningún partido. Vamos a llegar con plena independencia y autonomía.


El 26 de junio elegiremos ante la Convención Nacional a nuestros precandidatos a la Presidencia y tenemos la opción de realizar una nueva convención en octubre o una gran consulta en el mes de marzo de 2022.


¿Cuáles precandidatos y/o precandidatas presidenciales suenan en su partido?


Al momento tenemos 4 precandidaturas oficiales: la del exsenador Edgar Espíndola, el exconcejal de Bogotá Marco Fidel Suárez, la del actual senador John Milton Rodríguez y la mía.

Además, le hemos presentado la propuesta de una gran convergencia al partido MIRA, al ex senador y líder del C4, Jimmy Chamorro, quien esperamos nos confirme su participación la primera semana de mayo. Y también hemos conversado con los seguidores de la doctora Viviane Morales para que ella analice la propuesta de participar.


¿Con quién buscarían una alianza en un escenario de segunda vuelta?


Nosotros consideramos que nuestro partido tiene muy buenas relaciones con todos los partidos políticos en Colombia y que gozamos de la aceptación de gran parte de los sectores. Si llegamos a segunda vuelta, no cerramos la puerta a alianzas con ningún sector. Nosotros no somos de izquierda, ni de derecha, ni de centro. Nosotros no tenemos una ideología, sino un método que ya está escrito. Y, como ya está escrito, lo que queremos hacer es llevarlo a la política pública.


En las encuestas publicadas hasta el momento no aparece ningún precandidato que represente a los sectores cristianos, ¿por qué piensa que ha pasado eso?


Nosotros siempre hemos sido muy discriminados. En el marco electoral se nos cuenta como pocos, pero, en mi caso, cuando se conocen las dimensiones del proyecto político que estamos preparando para el 2022, estamos seguros de que vamos a dar una grata sorpresa para los colombianos.


Normalmente nadie se toma el trabajo de preguntarnos en qué estamos. Así me pasó cuando fui candidato a la Alcaldía de Bogotá: nos negaron espacios en foros y debates. Sin embargo, donde tuvimos oportunidad de participar siempre estuvimos en el mejor lugar y nos consideraron una de las propuestas más originales.


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