
Este año, los leños prendidos de la guerra se han avivado aún más en regiones como el Catatumbo y el Cauca. Enfrentamientos entre el frente 33 de las FARC con el ELN y la arremetida de los hombres de Iván Mordisco en el Cauca han dejado cientos de miles de colombianos confinados, desplazados, amenazados y algunos de ellos asesinados. En el sur del país, el panorama no mejora. Al contrario, paraísos como Chiribiquete, que se habían descubierto gracias a que el brazo pesado del conflicto había dejado de ser tan aplastante, vuelven a ser controlados por los hombres de Iván Mordisco y alias Calarcá, dos traidores del proceso de paz con Juan Manuel Santos. Los hechos de violencia se repiten día a día. Incluso Iván Mordisco tiene la suficiente capacidad militar como para convocar un paro armado que confina a 30.000 personas en esta apartada zona del país.