La desesperada estrategia de los abogados de Uribe

El pasado 9 de julio se acabó el juicio al expresidente Álvaro Uribe, quien debe responder por la acusación de la Fiscalía que lo señala a él y a uno de sus abogados, del delito de manipulación de testigos. Se estima que para este 28 de julio ya habrá un fallo. Tanto los abogados de Uribe como los que respaldan al senador Iván Cepeda creen que el fallo corresponderá a lo que cada uno cree que es la justicia.

La táctica de la defensa de Uribe, encabezada por Jaime Granados, fue, al principio, la de llenar de tutelas a la juez Sandra Liliana Heredia, quien se ha mostrado inflexible y determinada a la hora de impartir justicia en un juicio que tiene acusado a un expresidente, que llegó a gozar hace menos de dos décadas de un 75% de favorabilidad.

Granados y Lombana, los abogados estrella y de confianza del expresidente, afirmaban que Heredia no era imparcial. En dos ocasiones se tuvo que detener el juicio, lo que llevaba a creer que la táctica era una sola: lograr la preclusión del caso. La fecha de caducidad del caso en este juicio era del 8 de octubre, pero gracias a la celeridad de la juez Heredia, el fallo se dará en dos semanas.
 
En su última intervención en el juicio, donde dejó sus descargos, Uribe pidió ser absuelto y se declaró víctima de una persecución política.

Jaime Granados afirmó que los testigos contra Uribe no pararon de mentir y que se destacaron justamente por eso. En entrevista con Semana, el abogado habló de un entrampamiento. Sobre el tema de la preclusión, Granados afirmó: “Siempre hubo de parte de nuestros contradictores la intención de acusarnos de dilatar los procedimientos. Presentar un recurso de apelación o recurrir a una acción extraordinaria de tutela, dos de ellas que además ganamos, no puede verse como una maniobra dilatoria, sino como la defensa de los derechos. Además, nos comprometimos y cumplimos para que no hubiera ninguna posibilidad de que prescribiera. También, aunque la defensa no está obligada a probar la inocencia, sino que la carga, la prueba, la tiene el Estado a través de la Fiscalía, probamos, en contra de la hipótesis de la Fiscalía, que Álvaro Uribe Vélez era inocente, que era víctima de un entrampamiento. Nunca vulneró la ley, nunca se separó de un estándar de conducta adecuado, nunca hizo algo que no estuviese a la altura de la figura de un expresidente y senador líder de la oposición en la época de los hechos”.
 
Granados criticó entre líneas los intereses políticos que, según él, han rodeado el caso, lanzó pullas contra Iván Cepeda y se quejó de una presunta “celeridad” por parte de la justicia para lanzar un fallo: “Creo que la celeridad nunca es criticable porque hay un derecho constitucional a un juicio rápido, pero debería aplicarse en todos los casos. Nuestro reclamo es que ese juicio rápido no podía ser en contra del respeto del derecho de defensa, de preparar adecuadamente el caso. Ustedes recordarán que reclamamos y el tribunal nos dio la razón de que teníamos derecho a examinar unas evidencias, que por ser de carácter técnico no se pudieran hacer en el término de pocas horas. La juez no estuvo de acuerdo, tuvimos que ir a tutela, ganamos, y se vieron los resultados. Se nos negó el 40 % de las pruebas y el tribunal nos dio la razón y nos permitió traer esas pruebas, que fueron muy importantes”.
 
Especialistas en derecho afirman que, por estas declaraciones, se puede pensar que Granados y el resto del equipo jurídico de Uribe ya sienten que el resultado podría ser adverso. En caso de que así sea, Granados y su equipo apelarían y entonces sí recurrirían a lo que se ha especulado desde un primer momento: jugar la carta de la prescripción.
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Iván Gallo

Es guionista de dos películas estrenadas en circuito nacional y autor de libros, historiador, escritor y periodista, fue durante ocho años editor de Las 2 orillas. Jefe de redes en la revista Semana, sus artículos han sido publicados en El Tiempo, El Espectador, el Mundo de Madrid y Courriere international de París.