La caída de Uribe también es un triunfo para Daniel Coronell

Seguí la transmisión de la lectura de sentencia de la juez Sandra Heredia por el canal de YouTube de Daniel Coronell. Llegamos a estar conectados, en vivo, 77.000 personas al mismo tiempo. Su cuenta superó el medio millón de suscripciones. Cuando estuve trabajando en Semana, antes de 2020, Daniel Coronell era considerado un medio aparte. La manera como se trataba su columna requería otro nivel de cuidado. Bajo la mirada de su correctora de siempre, María del Rosario Laverde, ahora colaboradora de Pares.

 

Eran cientos de miles las personas que esperaban, cada mañana de domingo, leer antes que nadie la revelación, el suceso, el nuevo escándalo. Coronell, el pasado 28 de julio, arrancó su transmisión sobre la sentencia contra Uribe a las 8:30 de la mañana y terminó más de12 horas después. Es difícil determinar a qué hora almorzó o cómo se hidrató. Siempre estuvo en un recuadro, tan imperturbable como su némesis, Álvaro Uribe Vélez. A pesar de esa imperturbabilidad, al periodista se le cortó la voz cuando le avisó a Colombia que Uribe había sido encontrado culpable del delito de soborno. Esto sucedió sobre las 3:30 de la tarde. Parte de esa sentencia, de que Uribe fuera el primer presidente colombiano en ser encontrado culpable en un delito, se le debe a Coronell.

 

En el año 2007, el presidente Uribe tenía más del 70 % de aprobación, pero se encontraba en el momento más álgido de su pelea con la Corte Suprema de Justicia. Buscaba, a como diera lugar, obtener una tercera posibilidad de reelegirse por medio del voto. El 8 de octubre de ese año, la FM —emisora que en ese momento era conducida por Julio Sánchez Cristo— llamó al presidente y, en el calor de la conversación, le nombraron la última columna de Coronell, que iba dedicada a él. Uribe, impulsivo, le pidió a Sánchez Cristo que pusiera al aire al columnista para confrontarlo. El tema no podía ser más pesado: en el libro que acababa de publicar Virginia Vallejo, Amando a Pablo, odiando a Escobar, la exdiva contaba una posible relación entre el capo de la mafia y Uribe. El entonces presidente se refirió en este tono a Coronell: “Falso de toda falsedad. Para que de una vez le quede claro, como lo he dicho en tantas ocasiones de mi vida, ninguna relación tuve con Pablo Escobar. No fui amigo de Escobar ni cuando estaba de moda”.

 

En la columna, Coronell afirmaba algo que terminó convertido en una verdad histórica: en el momento en el que asesinaron a su padre, Alberto Uribe Sierra, Álvaro Uribe era el joven alcalde de Medellín. Para llegar hasta San Roque, lugar en donde estaba construida la hacienda Guacharacas, había que llegar en helicóptero. El que usó Uribe y con el que no pudo llegar a la zona, fue uno que resultó siendo propiedad de Escobar. En ese momento, Escobar era una figura pública reconocida, incluso era suplente de Jairo Ortega, político liberal, en la Cámara de Representantes.

Uribe siguió con su monólogo contra Coronell: “Usted, lo único que hace es escudarse en sus derechos como periodista para que, en mi caso, pueda herirme con mentiras. Deje ese cinismo que usted mantiene detrás de su, entrecomillas, ética periodística. En medio del dolor del desespero, si a uno le dicen que se está montando en un helicóptero de Pablo Escobar, no se monta”.

 

En ese momento, Coronell también era director de Noticias Uno y era una de las pocas voces periodísticas capaces de controvertir a quien era considerado “el presidente eterno”. Pero lo hizo de esta forma en esa intervención: “estoy mostrando una información del periódico El Mundo del 15 de junio de 1983, en la que indica que, en un helicóptero de Pablo Escobar, en el que él se encontraba, fue a la región donde habían asesinado a su padre y a su hermano, pero el aterrizaje no tuvo éxito”. Efectivamente se comprobó que Uribe no pudo bajar a recoger a su padre y a atender a su hermano que había resultado herido.

 

Lejos de recular, Coronell lo confrontó por las visitas que había hecho a la Modelo para entrevistarse con uno de los condenados por el Proceso 8000, César Villegas, alias el Bandi, además, Coronell lo confrontó por su relación con el narcotraficante Carlos Nader. Así reaccionó Uribe: “Para que usted deje de buscar calumnia, yo conocí a Carlos Nader Simons en las campañas del presidente López Michelsen, antes de haber estado preso por narcotráfico”.

 

El nivel de agresividad que usó el presidente fue tan alto que otros periodistas, como Juan Gossain, reaccionaron de esta forma: “El presidente, independientemente de lo que sea, no puede reaccionar así ante sus críticos en una sola semana. No puede llamar miserable a un periodista, ni a cualquier ciudadano”.

 

Han pasado veinte años y las heridas siguen abiertas. El 28 de septiembre de 2023, Álvaro Uribe, entre tantas de sus diligencias judiciales, fue imputado por calumnia agravada por acusaciones contra Daniel Coronell. El 7 de abril de 2017, el periodista había radicado la denuncia al entonces senador del Centro Democrático. Uribe señaló al periodista de ser un narcotraficante a través de su cuenta en X: “Entonces Daniel Coronel debe someterse a la JEP para que confiese su delito de narcotráfico”. Seis años duró el fallo judicial, a pesar de que Coronell presentó 168 pruebas. Uribe tuvo que disculparse con Coronell pero, por la manera como lo hizo, sus disculpas no fueron aceptadas. Por esta razón, el proceso continúa abierto, y el expresidente está imputado y acusado por injuria y calumnia agravada, y se encuentra próximo a enfrentar un nuevo juicio por eso.

 

Un día antes de que se emitiera el fallo, después de que el periodista publicara una columna llamada “Veredicto”, miembros del Centro Democrático tildaron de “pobre lora envejecida” al periodista. Como colectividad, este partido le respondió con virulencia al columnista: “Señor Daniel Coronell, sobre el caso Uribe han escrito abogados muy importantes. Se esperaba, ante el anuncio de su veredicto, que vendría un gran ensayo jurídico y lo que trajo fue una suma de insultos y refritos propios de una pobre lora envejecida y embrutecida que no aprende nada nuevo”.

 

La columna hace referencia al último fallo sobre el caso de las chuzadas de Uribe cuando el expresidente, en pleno reinado, decidió chuzar las líneas telefónicas de sus más inmediatos opositores, entre los que se contaban Daniel  Coronell y el entonces senador Gustavo Petro.

 

Claro que entiendo perfectamente que a Coronell se le parta la voz. Para él, también llegó la justicia.

Picture of Iván Gallo

Iván Gallo

Es guionista de dos películas estrenadas en circuito nacional y autor de libros, historiador, escritor y periodista, fue durante ocho años editor de Las 2 orillas. Jefe de redes en la revista Semana, sus artículos han sido publicados en El Tiempo, El Espectador, el Mundo de Madrid y Courriere international de París.