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  • Petro elegirá la paz grande con el ELN

    Por: Germán Valencia Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia En Colombia, según el artículo 22 de la Constitución Política de 1991, el inicio, continuidad o finalización de un proceso de paz, con las estructuras armadas ilegales, le corresponde a la Presidencia de la República. Es el presidente, como Jefe de Estado, quien determina si se sienta o no a negociar, y además, si firma o no un acuerdo de paz. También, la normatividad le permite al presidente delegar o entregar a otras organizaciones o agencias la ejecución de las diversas tareas que exige la construcción de la paz —como las asociadas al acercamiento, negociación o implementación—. Como ejemplo tenemos a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) o las distintas comisiones de negociación que hoy buscan la paz en variados procesos. En este sentido, es la Presidencia de la República y no las agencias u organizaciones que se les ha delegado las tareas de la paz —como la OACP o las mesas de negociación— la que tiene la última palabra en materia de paz en el país. Por eso, fue correcto que Vera Grave, la Jefa de la Delegación del Gobierno Nacional, le enviara un comunicado, este 27 de abril de 2004, al presidente Gustavo Petro para solicitarle: “tomar la decisión que considere en torno a continuar desarrollando los trabajos de la mesa nacional de diálogos con el ELN, o adelantar una mesa de diálogo con la estructura de Nariño, o determinar que dicha estructura ha dejado de ser parte de la organización con la que se está negociando a nivel nacional, para desarrollar con ella un proceso autónomo” (punto 3 del comunicado). Este comunicado tiene de positivo que lo firma la Jefa de la Delegación del Gobierno en la Mesa con el ELN. Lo que significa que la misma representante del Estado está reconociendo la dificultad que se tiene en el proceso por culpa de que Petro haya permitido abrir dos frentes de trabajo con la misma agrupación. Lo cual está poniendo en riesgo la continuidad del proceso que se viene adelantando con el Comando Central (COCE) del ELN y, por tanto, el cumplimiento de la tarea que se le ha encomendado a Grave como agente del Gobierno. Igualmente, es muy significativo el comunicado porque también lo firma Iván Cepeda, otro miembro delegado del Gobierno ante la Mesa de Negociación y uno de los artífices de la política pública de Paz Total. Quien, con esta carta, le está diciendo al presidente que dé respuesta a la solicitud de aclaración que le realizó la Delegación del ELN sobre los diálogos regionales que se tienen en el departamento de Nariño y donde una disidencia de ellos participa. Finalmente, llama la atención que se deje por fuera del comunicado a Otty Patiño, el Alto Comisionado para la Paz, quien fuera, hasta hace varios meses, el Jefe Negociador del Gobierno en la Mesa de Diálogos con el ELN. Y a quien se le veía poniendo todo su esfuerzo para que este proceso de paz saliera adelante, incluso olvidando los demás frentes de trabajo de la Paz Total, como los diálogos socio-jurídicos con las estructuras armadas criminales. Ante este comunicado el presidente Petro tendrá que responder. Pues, como le dicen Vera Grave e Iván Cepeda en el comunicado: “es claro que el Gobierno no puede adelantar un proceso de negociación en dos instancias con una misma organización: en este caso, una mesa nacional de diálogos como la que hoy existe con el ELN, y otra en un proceso con un frente guerrillero”. En este sentido Petro está obligado a sentar posición, pero está tomándose su tiempo y además podrá sorprender con la respuesta. Él sabe muy bien que debe tomar un camino: o negociar con el Comando Central del ELN, quien representa a la mayoría de la organización armada subversiva —actualmente cuenta con más de cinco mil miembros— y tiene la Mesa de Negociación parada. O negociar con una fracción al sur del país, que, aunque ha ido creciendo, su accionar está focalizado en un pequeño territorio y sus integrantes son relativamente pocos —se habla de 200 combatientes—. En su balanza pondrá todo lo negativo y positivo de ambos procesos. Reconocerá que el proceso con el COCE avanza lento y tiene riesgos de no llegar a un acuerdo final durante su período presidencial. Pero también es consciente que los beneficios totales de la negociación con el COCE son mayores, además, es un proceso que cuenta con mayor legitimidad, tanto entre la comunidad internacional como entre la sociedad. Ante este balance, lo más probable es que la opción de continuar con los diálogos la gane la Mesa con el COCE. A este proceso el Gobierno le ha invertido muchos recursos —sobre todo políticos—: desde el primer día de gobierno Petro le apostó a negociar con ELN en pleno, lo puso como prioridad en la agenda de la Paz Total y le ha entregado sus mejores fichas o al menos las más cercanas ideológicamente —los excamaradas del M-19 Otty y Vera—. Frente a otra dinámica que —aunque está considerado como otro pilar de la Paz Total— la ha explorado poco. La iniciativa y desarrollo de los diálogos regionales la ponen los mandatarios locales, además es un proceso con pocas claridades operativas y bajos desarrollos legales. En breve, a pesar de la disposición a negociar la desmovilización como lo sostiene Gabriel Yepes, alias “HH”, el jefe del Frente Comuneros del Sur del ELN, es el proceso más incierto tanto política como jurídicamente. En conclusión, Petro le apostará a la paz grande con el Comando Central. Pero no renunciará a los otros componentes de la Paz Total. A regañadientes, el presidente decidirá continuar con el COCE, pero le hará exigencias; además, no olvidará la puerta medio cerrada con los Comuneros del Sur. Petro mantendrá el tono de presionar a la Mesa para exigir mayor celeridad en el proceso de paz, en especial, en un mandato que cruza por la mitad. Y recordará los esfuerzos que el mismo Gobierno está realizando para invertir en las transformaciones de los territorios, como parte de los acuerdos parciales de Mesa. Por último, Petro aprovechará la coyuntura para, por un lado, activar los otros componentes olvidados de la Paz Total —como la paz con estructuras criminales y los diálogos regionales—. Y, por el otro, presionar la discusión de los puntos 2 y 3 de la agenda de negociación con el ELN: Democracia para la paz y Transformaciones para la paz, luego del proceso que se ha vivido en el últimos meses donde las organizaciones de la sociedad civil han construido una metodología para su participación en este proceso de paz. *Esta columna es resultado de las dinámicas académicas del Grupo de Investigación Hegemonía, Guerras y Conflicto del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. ** Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

  • Incertidumbre en las negociaciones de paz con el ELN: delegación del gobierno exige a Petro decisiones ante proceso paralelo en Nariño

    Por: Katerin Erazo, Periodista Foto tomada de: Caracol Radio Colombia, un país marcado por décadas de conflicto armado interno, ha enfrentado numerosos desafíos en su búsqueda constante de la paz. Sin embargo, uno de los capítulos más recientes y complejos en este camino hacia la reconciliación ha sido la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN Después de más de dos meses de intensas negociaciones, la mesa de diálogos con el ELN ha sido sacudida por una profunda crisis. La jefatura de la delegación del Gobierno Nacional en estas conversaciones ha solicitado al presidente Gustavo Petro que tome una decisión crucial sobre la continuidad del proceso con el Frente Comuneros del Sur, un componente clave que ha sido el detonante de las tensiones en la mesa de negociaciones. En un comunicado conjunto emitido por Vera Grabe, jefa negociadora, e Iván Cepeda, delegado del Ejecutivo, se expresa la necesidad urgente de que el Gobierno defina su postura respecto a este frente particular del ELN. La solicitud plantea tres posibles caminos: continuar desarrollando los trabajos de la mesa nacional de diálogos con el ELN, establecer una mesa de diálogo con la estructura de Nariño, o determinar la autonomía de esta última para llevar a cabo un proceso independiente. Este llamado se produce luego de que la delegación de diálogos del ELN solicitara al Gobierno la suspensión de las conversaciones con el Frente Comuneros del Sur. La situación actual es compleja: el proceso de paz está estancado, con el ELN negándose a continuar dialogando hasta que el Gobierno suspenda los diálogos regionales con este frente específico del departamento de Nariño, los cuales se iniciaron en 2023 y han sido identificados como los presuntos culpables del estancamiento de los avances en la Mesa Nacional. El comandante del Frente Comuneros del Sur, conocido como 'HH', ha expresado en una entrevista reciente su posición de autonomía y su desvinculación con la mesa de diálogo nacional. 'HH' afirma que su estructura es capaz de plantear un proceso de paz desde su territorio, y que no se siente representado en las negociaciones a nivel nacional. Esta postura revela una compleja dinámica dentro del ELN, donde diferentes frentes de guerra mantienen un alto grado de autonomía. La situación en el departamento de Nariño es especialmente delicada. 'HH' ha logrado acumular suficiente poder en su zona de influencia en el centro del departamento, lo que le ha permitido romper las comunicaciones con el Comando Central (COCE), la máxima autoridad del ELN. Esta división interna ha creado un escenario en el que el Frente Comuneros del Sur busca establecer un proceso de paz independiente, al margen de la mesa de diálogo nacional. Desde febrero de este año, cuando se reveló que el Gobierno adelantaba un proceso paralelo con este frente sin el consentimiento de la comandancia del ELN, la mesa de diálogos de paz ha enfrentado una grave crisis. El séptimo ciclo de diálogos se ha visto interrumpido, con reuniones extraordinarias entre las delegaciones de ambas partes en un intento por encontrar soluciones a las crecientes tensiones. Es importante destacar que el ELN ha sido firme en su postura respecto a los diálogos con el Frente Comuneros del Sur. A través de un comunicado emitido el pasado 19 de abril, la delegación de diálogos del ELN insistió en la exigencia de poner fin a este proceso regional. Según el ELN, la salida de la crisis del proceso de paz pasa por el retorno del Gobierno al cumplimiento de los Acuerdos de la Mesa con el ELN, en lugar de continuar con negociaciones paralelas con un frente disidente. La situación en la mesa de diálogos entre el Gobierno colombiano y el ELN es crítica y altamente compleja. La crisis desencadenada por los diálogos con el Frente Comuneros del Sur representa un desafío significativo para la estabilidad y la continuación del proceso de paz en Colombia. En un momento crucial para el país, la capacidad de las partes para encontrar soluciones consensuadas y reanudar el camino hacia la reconciliación será determinante para el futuro de Colombia y su búsqueda de una paz duradera.

  • Los seis tiros que no mataron a Pepe Mujica

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: La Nación Creíamos que iba a ser eterno. Nadie ha tenido su grandeza, su desprendimiento, su honestidad. Toda la gloria se resume en su libertad para cultivar flores en su granja en las afueras de Montevideo donde convive con su compañera Lucía Topolanski, tomando mate, cantando una y otra vez los tangos que aprendió en sus derrotas. “Sólo un hombre que ha perdido sabe de la belleza del tango” Le dijo alguna vez al cineasta Emir Kusturica. Este lunes 29 de abril, el Movimiento de Participación Popular, el MPP, al que pertenece, anunció una rueda de prensa. Las noticias no eran las mejores. Pepe, a sus 88 años, tiene un cáncer de esófago difícil de tratar. Inmediatamente nos sentimos huérfanos en toda Latinoamérica. Pocos dirigentes en este maltratado continente han tenido su honestidad. Mientras fue presidente Mujica donó el 70% de su sueldo mensual para ayudar a construir las casas para los  que no tenían nada. Cuando Tabaré Vásquez, su discípulo y de quien fue su ministro de ganadería, agricultura y pesca y además el hombre que le hablaba al oído, llegó a la presidencia del Uruguay, el 39% de sus habitantes vivía en la pobreza. La cifra se bajó, diez años después, al 9%. Pero a Pepe le preocupaban más que los indicadores económicos los problemas morales que tenía el mundo. Uno de ellos, la avaricia de los ricos. Alguna vez le preguntaron ¿Qué haría si tuviera los 85 mil millones de dólares que tiene Carlos Slim? Y él respondió, mordaz, “haría lo que hace él, averiguar quién me está robando”. Después de las risas obligadas de la respuesta, con mayor seriedad, afirmó que se preocuparía por salvar el mundo, por llevar agua salada a la mitad del Sahara, crear ríos en la seca Mongolia aprovechando el deshielo en África, volver habitable el agreste paisaje de La Patagonia. No importa la ideología, Pepe es respetado hasta por los más encarnizados políticos de la derecha. Es tal ese respeto que hasta Milei, siempre dado a la reacción, se quedó callado cuando Mujica expresó, después de su incongruente y peligroso discurso en Davos, que era un “Ideólogo fanático”. Pepe fue guerrillero. Perteneció desde 1965 se unió al movimiento guerrillero de Los Tupamaros y cuenta, con su habitual desparpajo, que participó en acciones militares como asaltar bancos. “La única forma de que te respeten en un banco es entrando con una nueve milímetros en la mano” dice con su habitual humor negro. Nunca mató a nadie, pero en un enfrentamiento con la fuerza pública recibió seis tiros. Desde hace cincuenta años le extirparon medio pulmón por esos disparos. Los otros tiros fueron en las piernas, en los brazos. Lo atraparon y lo metieron a la cárcel. Decir a la cárcel es poco. La dictadura civico-militar del Uruguay tuvo el descaro de llamar rehenes a los presos políticos que metía en ese centro de tortura que fue Punta Carretas, hoy convertido en un elegante centro comercial. Duró preso 13 años, desde 1972 hasta 1985. Allí fue sometido a torturas indecibles. Cuando lo liberaron no odio a nadie. Fue senador, ministro y después un presidente ejemplar, famoso por manejar su propio auto, un escarabajo azul clarito que se convirtió en todo un símbolo. Cuando era presidente de su país salía a tomar vino a cualquier bar y allí se encontraba con contradictores a los que le discutía con apasionamiento, como si fuera un vecino más. “Vos no podés mandar como si fueras un rey, la democracia en estos países parece una monarquía, todo se hace con alfombras rojas, con elegancia. Hay que vivir como una persona normal y dar ejemplo”. Lejos de cualquier tipo de resentimientos, de venganzas, Mujica gobernó para todos y se fue cuando se tuvo que ir, cuando se cumplió su periodo de gobierno de cinco años, en el 2015. Una de las pocas cosas que se arrepiente fue no haber tenido hijos. Por eso, su granja en las afueras de Montevideo se las dejará a una asociación de campesinos que se acostumbraron a trabajar su tierra. Siempre fue el mismo, desparpajado, único, lejos de los excesos, de la megalomanía de tantos presidentes de izquierda. Con su habitual naturalidad, como si estuviera hablando de cultivar flores, avisó lo siguiente: El viernes pasado concurrí al Casmu (Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay) a hacerme un chequeo, a resulta de lo cual se descubrió que tengo un tumor en el esófago” y con realismo no le dio mucha esperanza a sus seguidores: “Es algo obviamente muy comprometido. Es doblemente complejo en mi caso porque padezco una enfermedad inmunológica hace más de 20 años que me afectó, entre otras cosas, los riñones”. La tristeza que debe tener su compañera, Lucia Topolanski, es la misma que tiene los millones de seguidores que deja desparramados por el mundo. Se apaga Pepe. La vida debe continuar.

  • La lucha del papá de Nicolás Neira, el joven que mató el Esmad un 1 de mayo

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: El Espectador El 1 de octubre del 2023 Nicolás Neira hubiera cumplido 34 años. Todos los sueños se truncaron cuando el agente del ESMAD Néstor Julio Rodríguez Rúa encabezó la golpiza que le propinaron él y siete de sus compañeros. Fue en la carrera séptima con calle 18. Contra la manifestación del 1 de mayo del 2005 el ESMAD desplegó toda su barbarie. A punta de gases lacrimógenos y perdigones hicieron retroceder la manifestación. Una bala disparada por el ESMAD entró en Nicolás quien tropezó y calló sobre el pavimento. Los agentes hicieron lo que suelen hacer con los que protestan: lo aplastó. Nicolás fue linchado. Cuando lo llevaron al CAMI de la Perseverancia ya no había mucho que hacer. Duró seis días en coma hasta que murió. En todo momento Yuri, su papá, lo acompañó en su calvario. Lo acompañó hasta que murió. Entonces, más que venganza, quiso justicia. Nicolás ni siquiera estaba protestando. Estaba en el lugar y el momento equivocado. Tenía 17 años y le gustaba leer. Se había encontrado con sus amigos para comprar libros usados en el centro cuando estalló la clásica protesta que acompaña los 1 de mayo, buscando la reivindicación laboral en un país que no entiende de derechos. El Colectivo José Alvear lo asesoró. Tenían que dejar claro que a su hijo lo había matado el ESMAD. El caso era tan contundente que al agente Rodríguez Rúa, por lo salvaje de la acción, lo condenaron dos veces. También fueron declarados culpables los agentes Nicolás Neira, Fabián Mauricio Infante y Julio César Torrijos que intentaron encubrir el asesinato asegurando que el joven se había golpeado después de tropezarse con un bolardo. Torrijos fue apresado en el 2017 por un caso que no tenía que ver con la muerte del joven, lo detuvieron por llevar un número considerable de droga. Para Yuri nada fue fácil. Desde el momento en el que emprendió la demanda contra el ESMAD fue apresado varias veces, perseguido, allanado. Incluso fue acusado de agredir un funcionario público cuando estos hechos nunca ocurrieron. Fue tanta la presión que no le quedó de otra que seguir el camino al que son obligados tantos hombres que quieren defender sus derechos: el exilio. Desde el 2011 vive en España. En ese año un Juzgado de Bogotá lo indemnizó con 160 millones de pesos por el asesinato de su hijo. Pero las condenas de los agentes del ESMAD son demasiado poco para hacer justicia. Yuri quiere más. Yuri, por ejemplo, quiere que se procese y se condene a los agentes que participaron en la golpiza, estos son, hasta el momento, los que han identificado, Humberto Daza y Edgar Fontalvo. En noviembre del 2023 Yuri llegó a Colombia desde España. Los malos recuerdos permanecen intactos. Se ha propuesto no olvidar, igual ¿Quién puede olvidar el asesinato de un hijo? Está buscando algo histórico, pedir que la Fiscalía declare el asesinato de Nicolás Neira como un crimen de lesa humanidad. La Asociación Red de Defensores de Derechos Humanos presentó a finales del año pasado la solicitud al fiscal especializado en Derechos Humanos Samir Jiménez para clasificar el suceso no como algo aislado sino como un crimen de lesa humanidad, una práctica que se volvió común en el ESMAD y en la que morirían, durante el estallido social del 2021, 18 personas mientras se manifestaban. Durante las manifestaciones de ese 2021 murieron más de 40 personas por culpa del ESMAD La lucha de Yuri representa a cientos de familia que esperan, desde hace años, justicia.

  • ¡Más libros para la energía!

    Por: Álvaro Martínez ¿Cómo circula la información sobre energía en Colombia? ¿Es un tema reservado para unos pocos expertos o es un tema que debe ser ampliamente conocido por toda la ciudadanía? Hace unos meses, en medio de los debates sobre energías renovables y políticas de transición energética, comencé una búsqueda de información para saber qué bibliografía disponible había en Colombia al respecto. La idea, no sólo era investigar fuentes de información, sino saber qué tanto acceso tiene un ciudadano colombiano a buenos contenidos que le permitan conocer los principios del campo de conocimiento y mantenerse bien informado sobre Transición Energética en el país y a nivel global. Hace aproximadamente un año (en esto coinciden varios investigadores), la literatura especializada y en otros idiomas era amplia, pero el material de divulgación para el público general, con información relevante y actualizada, era muy limitado o sesgado. Se publica periódicamente en prensa escrita, hay algunas revistas virtuales especializadas (asociadas a gremios o de carácter independiente), hay portales de divulgación, pero no había más que tres títulos disponibles en librerías sobre transición energética y tan sólo uno de ellos habla sobre transición energética en Colombia. El libro era El Cambio Climático y el Sector Energético (2022) de Diego Otero Prada. Una compilación de 14 columnas escritas al final de la pandemia, en las que se analiza la composición de la matriz energética colombiana y su huella ambiental. Allí explica la relación de la energía con otros sectores económicos e incluye muy fuertes críticas al gobierno de Iván Duque, a la vez que aporta sus opiniones a los debates del momento: ENEL y el GEB, Ecopetrol e ISA, las subastas de energías renovables y la dependencia de ciertas multinacionales. Los otros dos títulos son: La hora de la Transición Energética (2021) de Ramón Carlos Torres Flores, que habla sobre el nuevo paradigma energético mundial, a la luz de las dificultades institucionales y relativas a la pandemia en el caso mexicano. Y, El Imperativo Energético (2010), un texto en clave kantiana (concepto basado en el imperativo categórico), del exdiputado alemán y expresidente de IRENA Herman Scheer, quien desde hace más de 14 años no sólo alertaba sobre la necesidad de dar el paso de los combustibles fósiles a las energías renovables, sino que pedía un cambio de sistema: uno más democrático y menos centralizado, en el que el ciudadano y los pequeños municipios fueran actores esenciales de la generación, la distribución y la comercialización de la energía. En un país cuyo Sistema Interconectado Nacional (SIN) no cubre sino apenas la mitad del territorio[1] y en el que la conectividad a internet es apenas del 60%[2], ¿cuáles son las opciones para informarse ampliamente y con fuentes de calidad, no sólo sobre transición energética, sino sobre cualquier tema? La presencia de Irene Vallejo en la Feria del Libro de Bogotá, y la cobertura de la Red Nacional de Bibliotecas y de Bibliotecas Escolares me lleva a decir que el libro impreso, los libreros, los bibliotecarios y los promotores de lectura deben ser invitados de primer orden al proceso de cambio económico, social y cultural que implica la transición energética. Sobre todo, si la intención es hacer una Transición Energética intensiva en conocimiento. Las bases de datos de las bibliotecas universitarias ofrecen una gran cantidad de literatura especializada. A pesar de que, por múltiples factores, no toda la ciudadanía puede acceder a esta información, no es menor el potencial formativo (más allá de la educación universitaria) que tienen las universidades en región. Los documentos de la biblioteca Luis Ángel Arango, asociados a la amplia Red de Bibliotecas del Banco de la República, ofrecen un gran número de entradas, útiles sobre todo para explorar con mayor profundidad la historia de la energía y los cambios energéticos en el país. En el caso bogotano, hay que decir que la colección de Biblored podría ampliar mucho más su colección en este campo. Y no son pocos los retos que tendrá la Red Nacional de Bibliotecas para, no sólo fomentar la lectura como una actividad placentera, sino como un ejercicio para obtener información certera, cultivar el conocimiento y aplicarlo a los problemas de cada municipio. Hay que hacer una mención especial a la presencia de la Fundación Heinrich Böll en la Feria del Libro de Bogotá con sus publicaciones, a las cartillas que imprime la Fundación Polen, sobre transición energética y reemplazo progresivo de carbón, y a las cartillas virtuales sobre impactos ambientales de WWF, en todos los casos para circulación gratuita. Es decir, es amplio el material especializado, pero aún hay que hacer esfuerzos enormes para la formación ciudadana en este campo y para que circulen cada vez más publicaciones con información verídica, verificada, y adaptada a los territorios. Entonces, ¿qué material de divulgación general existe sobre Transición Energética en Colombia? En el marco de esta investigación (gracias al apoyo de amigos, expertos, bibliotecarios y libreros) he hecho mi lista de libros directa o indirectamente relacionados con el tema, que es posible encontrar en librerías y que cualquier ciudadano en Colombia puede adquirir. Hasta ahora, asciende a más de sesenta títulos disponibles, los cuales abordan una amplia cantidad de temas, desde diversos enfoques. En el campo del activismo ambiental y de las energías renovables, el sueco Andreas Malm es probablemente el autor más reconocido por los libreros y uno de los campeones en ventas, con títulos como Capital Fósil y Cómo Dinamitar un Óleoducto. Otra opción interesante de lectura en este campo es Client Earth: abogados en defensa de la tierra de James Thorton y Martin Goodman, un viaje alrededor del mundo en el que el derecho, más que un obstáculo, es un facilitador para dirigir recursos a la defensa de los ecosistemas y para mejorar la formación de las comunidades en materia ambiental; o La Maldición de la Nuez Moscada, de Amitav Gosh, en el que se cuestionan las decisiones geopolíticas guiadas desde el colonialismo occidental y se les responsabiliza en gran medida de las crisis climáticas y humanitarias actuales y por venir. Por otra parte, en materia de divulgación científica y filosofía de la ciencia es posible encontrar textos como: Aprender a vivir y morir en el Antropoceno, de Roy Scranton; El Cambio Climático: la ciencia ante el Calentamiento Global de Lawrence Krauss; La Terraformación de Benjamin Bratton; La Política del Cambio Climático de Anthony Giddens; o Nuestro desafío Ambiental de Nicolás Wild Botero, muy pertinente para familiarizarse con algunas problemáticas ambientales contemporáneas en Colombia. Desde una orilla diferente o, tal vez con una visión heterodoxa respecto a problemáticas sociales y ambientales, se encuentran: Confesiones de un ecologista en rehabilitación de Paul Kingsnorth, en el que se cuestionan más los métodos de divulgación de información que las problemáticas ambientales de las últimas décadas. El Clima: no toda la culpa es nuestra de Steven E. Koonin, en el que también se cuestionan las formas de divulgar información técnica y científica. Y, Un Futuro Fósil de Alex Epstein que, en una perspectiva contraria al control de la explotación de hidrocarburos, plantea la necesidad de explotar más combustibles fósiles en el largo plazo, para poder transitar hacia otras alternativas posteriormente. De igual forma, se encuentran los libros de exfuncionarios del sector minero energético y expresidentes de empresa, como El Poder de las Energías Renovables de Gerardo Cañas, que presenta sus perspectivas a futuro sobre cómo implementar energías renovables en el país, y Salvar a Ecopetrol de Juan Carlos Echeverry, en el que se hace un recuento de su paso por la empresa en medio de la crisis de precios internacionales del petróleo en 2015. Los libros técnicos y los manuales de implementación también tienen una presencia importante, especialmente en librerías universitarias y especializadas. Entre estos cabe destacar: el libro del argentino Pedro Chévez, Energías Renovables y Eficiencia Energética (análisis de medidas orientadas al sector residencial), útil para comprender todas las aplicaciones domésticas de la energía y algunas tecnologías de autogeneración y ahorro energético implementadas en América Latina; Hidrógeno Pila de Combustible del español Rogelio González Pérez, cuyo formato didáctico permite asimilar gran cantidad de información sobre el hidrógeno y trece gases más, así como algunas aplicaciones industriales de estos; y Pequeñas Centrales Hidroeléctricas de Ramiro Ortiz Flórez, que ofrece un panorama interesante de esta fuente de generación energética adaptada a pequeños municipios o comunidades. En medio del auge de la instalación de paneles solares, especialmente en sectores rurales, Energía Solar Fotovoltaica de Manuel Carlos Tobajas ofrece una introducción al tema para quien está explorando la posibilidad de instalar o apoyar la instalación de tecnologías de generación solar, mientras que Energía Solar en Casa y Jardín de editorial Tikal puede aportar elementos más prácticos de instalación en unidades residenciales. Una novela que cabe incluir en la lista es Mengele Zoo del noruego Gert Nygårdshaug. Un libro conmovedor, cuya historia transcurre en las selvas amazónicas suramericanas a la par que en algunos barrios de París y Estambul. En el corazón de su trama están las tensiones entre empresa, estado y comunidades, vistas a través de los ojos de un niño cazador de mariposas. Una editorial colombiana independiente, Poklonka, hizo la traducción del noruego y la publicó en 2017. Mientras en el mundo la Transición Energética avanza a pasos acelerados, en Colombia apenas nos estamos enterando de sus beneficios y de sus amenazas. Es necesario formar ciudadanos conscientes de los cambios energéticos globales y de sus impactos a nivel local. Es preciso contar con líderes conocedores de las afectaciones de la energía en la vida doméstica y productiva de las comunidades, personas que puedan tomar decisiones informadas en este campo. Un sujeto político con agencia, consciente de las ventajas y desventajas (económicas, sociales, ambientales, climáticas, laborales, fiscales, académicas, técnicas, culturales y en todas las dimensiones de la vida humana) que trae la transición sólo será posible si se forma desde una visión curiosa y multidisciplinar, utilizando el conocimiento y la imaginación para la solución de problemas. Y, por supuesto, leyendo muchos libros sobre el tema. Durante esta semana y casi en paralelo, se inauguraron el Centro de Pensamiento para la Transición energética, la Gobernanza y la Paz de la Fundación Pares en la Ciudad de Santa Marta y la Feria del Libro de Bogotá 2024. En este contexto y, teniendo en cuenta que los textos escritos siempre podrán expandir nuestra visión para comprender mejor los problemas de la vida humana, pregunto a los lectores y las lectoras de Pares: ¿Qué libros recomiendan para entender mejor la Transición Energética en Colombia y en el mundo? [1] https://mutante.org/contenidos/territorios-interconectados-a-la-red-nacional-de-energia/ [2] https://www.radionacional.co/actualidad/tecnologia/que-cobertura-de-internet-tiene-colombia-ocde /https://www.infobae.com/colombia/2023/03/27/colombia-es-el-pais-de-la-ocde-con-menor-cobertura-de-internet/

  • La voluntad de paz del Frente Comuneros Sur que le ha hecho falta el ELN

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: Semana El ELN ha tenido que soportar una serie de traiciones de diferentes gobiernos colombianos desde el año 1975 cuando por primera vez decidieron sentarse en una mesa de negociación después de que esta guerrilla sufriera la peor de las derrotas en Anorí donde el Ejército estuvo a punto de arrasarlos. Sin embargo el ELN también se ha estrellado contra el bloque de su terquedad que ha impedido llegar a soluciones concretas. Pero más allá de cualquier tipo de bloqueo ideológico lo que sufre el COCE es de una falta de cohesión entre sus tropas en terreno. Es imposible manejar, desde hace por lo menos 30 años, la Domingo Laín quien tiene vida y finanzas propias en Arauca. Con el gobierno, durante el primer trimestre de este año, se llegó a cerrar el VI ciclo de negociación con el gobierno. Pero la mesa se congeló debido a los acercamientos que ha tenido el jefe de la delegación colombiana Otty Patiño quien se acerco y se reunió en la población de Samaniego con el jefe del Frente Comuneros Sur y pudieron constatar la verdadera voluntad de paz de su líder Gabriel Yépez Mejía, alias H.H. Incluso en un video divulgado este fin de semana, H.H se compromete a desmovilizarse con fecha límite incluido: dejarán las armas antes de que Gustavo Petro deje de ser presidente, el 7 de agosto del 2026. Blu Radio alcanzó a entrevistarlo y a HH no le tembló la voz para decir que ellos no reciben órdenes de nadie y cuestionó supuestas actividades delictivas por parte de los máximos comandantes del COCE, Pablo Beltrán y Antonio García. Además dijo que la decisión del COCE de romper diálogos con el gobierno usaron al Frente Comuneros Sur de excusas. La clave para poder agilizar los diálogos con el gobierno es que él tiene la autoridad absoluta sobre el grupo, por eso han podido avanzar en estos aspectos en la negociación. Por ejemplo, en la reunión en marzo en una casa en Samaniego llegaron a compromisos inmediatos como el desminado humanitario. Era tan problemático para la comunidad que no se podía salir a caminar con el riesgo de pisar una mina. Los guerrilleros incluso querían empezar a desminar ellos mismos pero esto es imposible según los convenios internacionales, por eso tuvieron que conformar el Equipo Mixto AICMA, Acción Integral Contra Minas Antipersonales. Desde el COCE han respondido ante lo que ellos han considerado una provocación del Frente Comuneros Sur. Antonio García señaló a HH de ser un infiltrado de la inteligencia militar colombiana puesto allí para sabotear una vez más los diálogos con el ELN. Pero a HH le ha quedado fácil negar estas acusaciones. En el año 2022, en mayo, en un lugar indeterminado de Venezuela, se reunió el COCE y jamás lo llamaron para hacerle juicio o cuestionamiento alguno. En noviembre del 2023 HH fortaleció aun más su liderazgo en este grupo cuando puso de acuerdo a sus hombres e incluso a algunos delegados del ELN y anunció que los diálogos con el gobierno no tendrían reversa. La reunión contó con miembros del gobierno y delegados internacionales. Mientras tanto la mesa con el ELN está en crisis permanente. Hay dudas por parte del gobierno desde el principio, esta guerrilla por ejemplo no tiene claro en qué consiste un cese al fuego. Hasta el secuestro de Mané Díaz, padre del futbolista Luis Eduardo Díaz, seguían secuestrando personas ya que ellos creían que esto no afectaba el cese al fuego. Es tal la situación de orden público en Nariño que el gobernador de este departamento Luis Alfonso Escobar, ha aceptado la voluntad del Frente Comuneros del Sur en emprender una rápida desmovilización, algo que el ELN estaría lejos de hacer.

  • Lecciones aprendidas de Chile: un líder regional en la Transición Energética

    Por: Isabela Puyana En medio del proyecto de Comunidades Energéticas propuesto por el Ministerio de Minas y Energía en el que se busca democratizar la conexión llevándola a cerca de 20.000 comunidades aisladas del país y del borrador de la nueva Ley minera, llega a Colombia la organización Paralelo 7 desde Chile, quienes  prestan una asesoría a diferentes fondos internacionales, checoslovacos, españoles, chinos y a fondos de desarrollo de distintos proyectos, principalmente de telecomunicaciones en 15 regiones del país. Llegaron con el propósito de conversar sobre sus experiencias y avances evidenciados a partir de la política de Estado de la descarbonización de la materia energética. Después de una entrevista realizada por Pares a sus directores Claudio Rosas y Barbara Antillanca, resultaron varias lecciones sobre las nuevas inversiones de energías renovables y no convencionales en Chile y el manejo y acercamiento que se le da a las comunidades que están interesadas en la conectividad. Isabela Puyana Pares: Frente al proyecto de las comunidades energéticas en Colombia propuesto por el Ministerio de Minas y Energía, uno de los principales retos es el de tener en cuenta las diferencias entre las comunidades, que no están solo en los temas geográficos, sino también en sus creencias. Así que la elección de la energía que los conecte debe tener también un modelo diferencial étnico. ¿Cómo han llevado esto en Chile respecto al acompañamiento que ustedes hacen desde Paralelo 7 a las comunidades? Claudio Rosas Paralelo 7: En Chile hay ciertos casos similares a las comunidades energéticas, se trata de una estrategia nacional de la descarbonización de la materia energética que implica básicamente en reducir al máximo la cantidad de combustibles en todos los procesos, por lo tanto no es el gobierno quien está comprometido con esto, sino que hay una política de Estado y en ese contexto, hay mucha inversión nacional en el desarrollo de energías renovables, no convencionales y en todo tipo de desarrollo energético que implique la disminución de carbono. Nosotros como empresa lo que hacemos es establecer nexos y diálogos o puentes entre las comunidades, indígenas o no indígenas, para ver si es posible el desarrollo de un proyecto. Todo esto teniendo en cuenta la extensión de nuestro territorio, dado que tenemos 10 pueblos originarios reconocidos y que se van fragmentando de acuerdo a la ubicación geográfica, por lo tanto son completamente distintos entre sí y no responden a una significación originaria, entonces no tenemos un único pueblo, Es así que nosotros tenemos que desarrollar estrategias de relacionamiento comunitario a la medida, que sirvan de a cuerdo a las necesidades de los territorios. IP: Uno de los mayores retos que se identifican entre las empresas o entre las organizaciones y las comunidades son los tiempos. Mientras que los empresarios quisieran en su gran mayoría que los proyectos se cerrarán pronto, los procesos de negociación con las comunidades por lo general suelen tomar más tiempo por el modo en que se negocia. Esto entre muchas cosas más que suelen estropear procesos para que se concreten vínculos o puentes de negociación. Para ustedes ¿Cuál es el mayor reto que han identificado? CR: Establecer puentes es quizás lo más difícil a lo que nos estamos enfrentando hoy en día y estamos acá para poder compatibilizar las cosmovisiones de los pueblos originarios con los desarrollos energéticos que nos exige el mundo. Lo que suele suceder es que para nosotros, desde nuestra visión occidental, el desarrollo necesario para el pueblo originario puede que sea uno, sin embargo para ellos puede que signifique un abuso a sus tradiciones socioculturales, a sus tierras y esa es una dinámica que desde la humildad, como agencia estamos haciendo el esfuerzo de entender. Es importante entender la contribución al desarrollo de la energía no necesariamente tiene que estar de la mano con el ingreso económico, sino que con una armonía con el entorno y si esa armonía significa no desarrollar un proyecto, nosotros también tenemos la autonomía suficiente como para decirlo al cliente que no trabaje en una zona o con una comunidad que no quiere hacer parte de esa conectividad. Nosotros trabajamos con un pueblo en el norte de Chile donde el sol es absolutamente importante y un eje fundamental, para ellos el sol modifica todos los comportamientos de los seres humanos, no solo de los animales y de la vegetación. Entonces, suministrar energía solar a través de la captación fignificaba una violación a su entorno. IP: Entiendo que llegan a Colombia a compartir su experiencia , pero también a aprender de nuestras metodologías de acompañamiento en procesos psicosociales y acercamiento a las comunidades ¿Por qué eligieron a Colombia como un destino para compartir esta experiencia? CR: Queremos que nos conozcan y nos puedan ayudar desde su experiencia, para nosotros poder aportar desde la nuestra. Tenemos peso desde el acercamiento hacia las comunidades que ya han podido concretarse, y aunque no tengamos una receta para lo que hacemos porque nos hemos equivocado muchas veces, pero creo que en el error hay mucho aprendizaje, también creo que como equipo estamos seguros de que la territorialidad es un elemento clave en cualquier ejercicio o proyecto que tenga que ver con comunidades. Que las personas que trabajen y estén involucradas lo hagan desde la ciudad, pueblo o región en donde se esté ejecutando. No puede pasar como fue hasta la década del 90 en donde parte de la operación se desarrollaba en América Latina con una compañía omnipresente, habitualmente con oficina en Europa o en Nueva York, con una oficina filial en la capital que podía ser Bogotá, Santiago, Buenos Aires, Lima, Montevideo y con dos personas en el territorio que solo responden a una línea de mando que terminaba en Europa, con otra zona horario. Creo que ese modelo no funcionó, ya no funciona para las comunicaciones y el relacionamiento que ya hemos notado que  tiene que ser presencial. Barbara Antillanca Paralelo 7: Ustedes tienen mucho que enseñarnos también y en ese sentido creo que no nos hemos equivocado. No hace falta mirar tan allá, hay que comunicarse con los vecinos, ustedes tienen condiciones geográficas y una historia detrás también que es muy parecido la nuestra, por lo tanto todo lo que compartamos por parte de las experiencias, metodologías, por parte de la Fundación Pares, de su acompañamiento y conocimiento sobre los conflictos y su trabajo con las comunidades, todo también lo podemos aterrizar en nuestros contextos. Alguien tiene que preguntar y buscar puntos de acuerdo o puntos de desacuerdo, puntos de éxito y fracaso sobre acercamientos y proyectos que conllevan la Transición Energética Justa y esa conversación en muchos casos queda en el aire. Nosotros como Paralelo 7 venimos para hacer esas relaciones comunitarias y que ojalá también se concreten en Colombia junto a la Fundación Pares. IP: Sobre casos de éxito y fracaso en medio de tantos planes que se han propuesto por parte de este gobierno para lograr una democratización de la energía y la conexión de las comunidades, ¿qué recomendación haría para que esta propuesta sea una posibilidad? BA: La claridad sobre las propuestas y la transparencia son elementos claves que determinan el éxito o el fracaso de cualquier proyecto, más si se involucra la multiculturalidad. No tiene tanto que ver con las inversiones, si hay claridad, el paso a seguir es que una comunidad o que la misma sociedad esté dispuesta a aceptar las reglas.

  • Autoridades militares alertan sobre posible secuestro de diputados en el Valle y el Cauca por grupo armado

    Por: Katerin Erazo, Periodista Foto tomada de: El Espectador Las tensiones se elevan en los departamentos del Valle y el Cauca ante la reciente alerta emitida por las Fuerzas Militares del país sobre un posible secuestro de diputados por parte del grupo armado GAOr Carlos Patiño, del Estado Mayor Central. Este comunicado, firmado por el Mayor General Erik Rodríguez Aparicio, comandante del comando conjunto N.2 Sur Occidente, ha generado preocupación en la región y ha puesto en marcha medidas de seguridad extraordinarias. La misiva, dirigida al coronel Giovanni Cristancho Zambrano, comandante de la Policía del departamento del Valle, insta a estar alerta ante una potencial incursión guerrillera contra los funcionarios electos de ambos departamentos. En un contexto donde la seguridad y la estabilidad son primordiales, las autoridades han intensificado los esfuerzos para prevenir cualquier eventualidad que ponga en riesgo la integridad de los líderes políticos locales. El recuerdo del trágico secuestro de 12 diputados del Valle en 2002 aún está fresco en la memoria colectiva. Aquel oscuro episodio, donde los funcionarios fueron raptados de la misma Asamblea del Valle del Cauca, sigue siendo una herida abierta en la historia reciente de la región. Ante este precedente, las autoridades se han comprometido a garantizar la seguridad y protección de cada uno de los actores políticos, implementando estrategias preventivas y fortaleciendo los dispositivos de seguridad en las áreas vulnerables. El coronel Cristancho, al frente de la Policía del Valle, ha afirmado estar verificando la información proporcionada por las Fuerzas Militares y activando fuentes de inteligencia humana para recabar más detalles sobre esta amenaza potencial. "Estamos con todos los protocolos de seguridad", enfatizó el oficial, subrayando la importancia de la prevención y la protección ante posibles riesgos. La incertidumbre se agrava en medio de los enfrentamientos constantes entre las disidencias y el Ejército en la región. La tarde del pasado jueves, las Fuerzas Militares confirmaron un significativo golpe contra la estructura Carlos Patiño, con el abatimiento de 15 guerrilleros en el corregimiento de El Plateado, en el sur del Cauca. Este operativo, resultado de una colaboración entre el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana, es un ejemplo de la determinación del Estado en combatir las actividades delictivas de estos grupos armados. Sin embargo, la violencia persiste en la región del Cañón del Micay, donde las disidencias de las FARC continúan perpetrando operaciones ilegales, incluyendo el control del narcotráfico, extorsiones y el reclutamiento forzado de menores. La zona de El Plateado ha sido testigo de ataques terroristas y asesinatos, lo que subraya la urgencia de una acción coordinada por parte de las autoridades para restaurar la paz y el orden en la región. Ver: (El conflicto en el Cauca y el desafío de la paz perdida) El enfrentamiento entre las fuerzas del Estado y los grupos armados ilegales ha desencadenado una respuesta contundente por parte de las autoridades, que han desplegado más tropas hacia la zona para reforzar la ofensiva contra estas estructuras criminales. Con la precisión milimétrica de las armas empleadas, se busca minimizar los daños colaterales y proteger a la población civil de posibles afectaciones durante los operativos militares. El brigadier general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca, ha destacado la importancia de esta operación militar, señalando que fue ejecutada con blancos perfectamente establecidos. El uso de artillería pesada, como cañones obús y morteros de largo alcance, evidencia la determinación del Estado en neutralizar a aquellos que amenazan la seguridad y la estabilidad en la región. La presencia y el accionar del Estado Mayor Central en la región ha sido un foco de violencia y desestabilización, lo que ha justificado una respuesta contundente por parte de las autoridades. Con la movilización de más tropas hacia la zona, se espera consolidar los avances en la lucha contra las estructuras criminales que operan en el territorio, marcando un compromiso firme por restaurar la paz y el orden en uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado en Colombia. La alerta emitida por las Fuerzas Militares sobre el posible secuestro de diputados en el Valle y el Cauca ha puesto de manifiesto los desafíos en materia de seguridad que enfrenta la región. Ante esta amenaza latente, las autoridades han reforzado sus medidas de protección y han intensificado los esfuerzos para prevenir cualquier acción que ponga en riesgo la vida de los líderes políticos locales. En un contexto marcado por la violencia y la incertidumbre, el compromiso del Estado en garantizar la seguridad y la estabilidad en la región sigue siendo fundamental para el bienestar de todos los ciudadanos.

  • Los grupos armados se expanden en Colombia

    Por: Redacción Pares No cabe ninguna duda el compromiso que ha asumido desde agosto del 2022 la Coordinadora Humanitaria con la Paz Total. Conformada por más de 700 organizaciones sociales, desde que arrancó el gobierno de Gustavo Petro les hacen seguimiento a los casi 10 millones de colombianos que viven en territorios afectados por el conflicto. En estos dos años le han entregado cinco informes que se han convertido en una bitácora que constata el día a día en territorios. La Coordinadora acaba de entregar su sexto informe evaluando el primer trimestre del año 2024. Los datos no fueron los esperados. Se constata un aumento de un 70% de las acciones hostiles y, lo más preocupante, comprobar que los grupos armados se están expandiendo en Colombia al menos en los territorios que está monitoreando la coordinadora: Antioquia, Arauca, Buenaventura, Caquetá, Caribe, Catatumbo, Cauca, Córdoba, Chocó, Magdalena Medio, Meta y Guaviare, Nariño, Santander y Tolima Putumayo (región Andino Amazónica, Sucumbíos y Piamonte). En este momento hay lugares de Colombia que presentan cuadros críticos como Nariño en donde se habla del surgimiento de un nuevo grupo, las Autodefensas Unidas de Nariño, y la fragmentación del ELN en pequeños grupos producto de los desacuerdos que ha traído internamente las negociaciones con el gobierno. La posibilidad de alianzas entre la Segunda Marquetalia y el ELN para enfrentar al EMC, podría traer nuevos riesgos de desplazamiento en departamentos como Cauca y Nariño. Esta zona ha sido afectada históricamente por la guerra debido a que es uno de los corredores más estratégicos para llevar droga y armas. Ante esta situación, denunciada en alertas tempranas por la Defensoría del Pueblo, la Coordinadora Humanitaria arroja un dato preocupante: la expansión territorial de los actores armados en Colombia ha aumentado un 36%. Los municipios más afectados son Buenaventura, Tame, Segovia, Orito, Toribío, San Antero, Morales, Barrancabermeja, Caldono, Montelibano, Corinto, Turbo, Solano, Saravena y Remedios. Otro dato que genera preocupación es ver que el grupo que más presencia territorial tiene son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia con influencia en 60 zonas, seguido del EMC con 29 zonas y posteriormente el ELN con 3 de 8 26 zonas. Para el año 2023-2024 el grupo y/o estructura armada predominante y enexpansión correspondió en primer lugar a las AGC (23 zonas), seguido del EMC (21 zonas). Uno de los pocos aspectos alentadores que muestra el informe es la reducción de hechos armados que quebrante el cese al fuego. Este informe, que a continuación adjuntamos, acaba de ser entregado a Carlos Ruiz Massieu, jefe adjunto de la ONU en Colombia, la Conferencia Episcopal, y la Comunidad Internacional.

  • Con la aparición de las autodefensas Unidas de Nariño se enciende más la guerra en el sur del país

    Por: Redacción Pares Con el paso de los días la situación de orden público en Nariño se hace aún más compleja. Las denuncias de la comunidad sobre los enfrentamientos entre grupos armados por mantener la supremacía en corredores complejos como los que tiene este departamento, para el transporte de coca hacia el pacífico, han hecho que el gobierno intente encontrar soluciones que le han traído problemas por ejemplo con el Comando Central del ELN. La decisión de establecer un diálogo directo con el Frente Comuneros Sur y la necesidad de dejar claro que los diálogos deben hacerse en un contexto regional, han resultado un verdadero dolor de cabeza para la mesa de negociación. Las noticias sobre Cauca y Nariño en los últimos meses no han sido las mejores. Hostigamientos, desplazamientos, atentados en zonas como el Plateado, de alta influencia del EMC, en donde incluso esta semana hubo un atentado con una moto cargada de explosivos, complejiza aún más la situación. La respuesta del gobierno ante la poca voluntad fue recrudecer la guerra. En el Plateado, zona de alta influencia para Iván Mordisco, cañones obús y morteros de largo alcance lo propinaron al EMC uno de los golpes más sonados en los últimos 17 meses. 15 de los hombres de Iván Mordisco después de que estallaran misiles inteligentes llamados Spike contra ellos. El presidente afirmó horas después de que se confirmaran las bajas dentro de la guerrilla que si no tenían voluntad de paz entonces el gobierno les responderá con guerra. Pero ésta, al fin de cuentas, nunca para por esta zona del país. En las últimas horas se han presentado denuncias sobre presencia y hostigamiento de un Nuevo GANE en Nariño, específicamente en el municipio de Villagarzón. Se están presentando como Autodefensas Unidas de Nariño. Hasta el momento no se han presentado hostigamientos contra la población sino sólo la presencia del grupo. Para el enlace de Paz y Reconciliación en Nariño, Katia Rosero, definir este grupo es bastante complejo. Se tienen noticias de que desde septiembre del año pasado se han aparecido en los municipios de la cordillera que limitan con el Cauca. La última alerta temprana de la defensoría de hace dos semanas hay un párrafo sobre estas autodefensas advirtiendo que no conocen bien su origen y sus intenciones, no se sabe si son gaitanistas o un grupo fantasma del ELN. Sobre esa Autodefensa Rosero afirma “Ellos han enarbolado la lucha antiguerrillera y esto es curioso en el momento en el que el conflicto ha dejado de tener este tinte ideológico. En la cordillera están aliados con el ELN y la Segunda Marquetalia para hacerle frente al Estado Mayor Central. Según la alerta temprana de la Defensoría del Pueblo los municipios que estarían afectados por esta situación son Cumbitara, Leyva, El Rosario, Policarpa y Taminango. Los bloques que están en disputa en la zona son el frente Franco Benavides, del EMC, el Frente Comuneros del Sur, que es el frente con el que se reunió el gobierno en Samaniego y que le causó el disgustó del Comando Central del ELN, la Segunda Marquetalia y estas Autodefensas Unidas de Nariño. Esta información ha sido puesta en entredicho ya que si hay datos entre la Segunda Marquetalia y el ELN, ya que las Autodefensas tienen un discurso político contra los grupos guerrilleros. El ELN podría tener un relacionamiento no es tan violento como lo han venido haciendo como sucede con estas autodefensas quienes están intentando entrar al territorio a través de una violencia exacerbada. Históricamente esta zona ha sido un corredor estratégico ha sido disputado por los grupos que comandan las economías ilícitas. El río Patía, y el sector montañoso de su cuenta han sido el escenario de largos combates. El 3 de agosto del 2023 llegó a la vereda El Cucho del municipio de Leiva, la columna móvil Jaime Martínez, perteneciente al EMC quienes le advirtieron a la comunidad que estaban ahí en una acción de “recuperación” y que sacarían del lugar a las AGC. Según la alerta temprana de la Defensoría del Pueblo esto podría afectar aún más a la población. Las disputas entre el Comando Coordinador de Occidente y la estructuras Héroes de las AGC provocarán riesgos contra la población y se intensificarán aún más los desplazamientos forzados. La Defensoría del Pueblo ha anunciado que existe una alianza para derrotar al Frente Franco Benavides de las EMC. La alianza es entre la Segunda Marquetalia, el ELN y estas autodefensas, lo que cambiaría por completo el tablero del enfrentamiento en esta zona del país. Este es el mapa de cómo se mueve la guerra en Nariño y en Putumayo:

  • Las difíciles circunstancias personales en las que Irene Vallejo escribió el infinito en un junco

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: Gaceta UNAM En la FILBO sólo se habla de un nombre: Irene Vallejo. Su viaje a Quibdó, días antes de la apertura de la feria, encendió aún más la popularidad de la escritora y filóloga. El libro, desde que se editó en el 2019 bajo el sello Siruela, ha tenido 30 ediciones y ha sido traducido a 25 idiomas. Nada más en su primer año El universo en un junco vendió 100 mil ejemplares. Una barbaridad teniendo en cuenta que no es un episodio más en la saga de Harry Potter y que no es un libro de autoayuda. Es la historia de los libros escrito por una filóloga que aprendió la técnica de seducir lectores gracias a haber trabajado como periodista. Por eso, las historia de como se construyó la biblioteca de Alejandría y su posterior destrucción no tiene el peso de los grandes ensayos filológicos. Antes de este libro Irene Vallejo creía que sus posibilidades de vivir de la literatura eran mínimas. Había publicado antes de los cuarenta años en editoriales pequeñas, muchas de ellas de Zaragoza, su ciudad, que estaba muy lejos del gran mundo editorial, concentrado en Madrid y Barcelona. El 2015 fue un año muy duro para Vallejo. Su hijo Pedro nació con una extraña enfermedad, el síndrome de Pierre Robin. Sin el tratamiento adecuado el niño podría morir. Desde que nació fue sometido a intervenciones quirúrgicas severas. Ahora, que todo pasó, Irene Vallejo afirma que en ese momento jamás pensó que su hijo, a los 9 años, podría estar tan bien, tan fuerte. En esas circunstancias, convaleciente aún por el parto, abrumada por la enfermedad de Pedro, empezó a escribir El universo en un junco. Lo hizo, en parte, para escapar. Si no se escapaba en algún momento de la realidad esta terminaría aplastándola. Volvía a refugiarse en los libros, como cuando en el colegio tenía que hacerlo para olvidar el matoneo constante de sus compañeros de clase quienes la llamaban “Empollona” y, sobre todo “Rarita”. “Niña rara”. Esta historia del libro como avance tecnológico, como bien supremo de una especie, reivindica un poco las absurdas teorías de principios de siglo que preconizaban el final de las bibliotecas porque aparatos como el Kindle los reemplazarían. Y nada de esto sucedió. En una de las imágenes maravillosas que deja este libro -uno de los más buscados en la FILBO- está la de un viajero en el tiempo, un hombre que viene desde el Renacimiento hasta nuestros días. Todo le parecerá extraño, todo en nuestra sala le parecerá ajeno, menos la biblioteca. Los libros son objetos que se inventaron hace siglos y que no han necesitado demasiados cambios, como las cucharas, los vasos, los tazones de sopa. Otra de las imágenes maravillosas de Vallejo en su libro cumbre fue describirnos cómo era el faro de Alejandría, una construcción mastodóntica que tenía en su cumbre un espejo. Esa era la luz por la que se guiaban los barcos. Al lado de ese faro había otro pero en la cumbre no había ningún tipo de destello, todo era oscuro. Era el faro con el que se guiaban las almas de los muertos en el mar. Irene fue la invitada de honor en la apertura de la FILBO. En su discurso nos llenó de esperanza sobre el futuro de los libros. Dijo, entre otras cosas, que acumular libros en nuestras casas, desbordas la estreches de un estante de una biblioteca no era más que una “esperanza de vida” porque todo no leído era una promesa a futuro. La primera editorial que se fijó en El infinito en un junco fue Siruela, fundada en su momento por el Conde de Siruela, hijo de la Duquesa de Alba que tenía un gusto desbordado por los libros de temas extraños, bellamente escritos pero, sobre todo, que fueran raros. Que Vallejo haya podido vender sus derechos a editoriales más grandes como Alfaguara y que se globalice su legado es un triunfo para la literatura. Sabemos que algunos intelectuales, celosos del conocimiento, desconfían de este tipo de masificación pero gracias a Vallejo es que la llama de la literatura continúa ardiendo. Es increíble que su nombre le dispute en presencia al propio García Márquez quien, desde la eternidad, nos envió un nuevo éxito de ventas. La versión en cómic de el Universo en un junco ha hecho que muchos niños y que gente que no tiene el hábito de la lectura, se acerca a uno de los tesoros más grandes que nos ha dejado esta FILBO.

  • El día más triste para María José Pizarro

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: Biblioteca virtual - Banrepcultural El 26 de abril de 1990 María José se levantó preocupada. No, no era ningún presentimiento sobre el peligro que podría correr su papá, Carlos Pizarro Leongómez, uno de los hombres más amenazados del país. Su preocupación era concreta: tenía un examen de matemáticas y no se sentía lo suficientemente preparada. Tenía al frente la hoja en blanco. No hay nada más angustiante -y vergonzoso-  para un alumno de 7 de bachillerato que no tener nada que responder ante un examen. Los minutos se pasan lentos, todo se pone pesado. ¿Y si estuviera en otro lugar? ¿Y si una mano la llevara a otros espacios? ¿Y si el tiempo se detuviera? El rector del colegio entra al salón de clases. “Estoy buscando a María José Pizarro”. La niña se estremeció al escuchar su nombre. Nadie sabía que llevaba ese apellido. En ese momento en Colombia pocas personas eran más famosas que Carlos Pizarro, su padre. Nació en el seno de una familia con firmes convicciones conservadores, cuando pertenecer a un partido político en Colombia era tan importante como el sexo. Pocos sabían que el consumado rebelde era hijo de un vicealmirante de la marina. Estudió derecho en la Universidad Nacional y ahí conoce a diferentes personajes de la política. Vale la pena aclarar que Pizarro era tan convincente que uno de sus primeros discípulos en su juventud fue José Obdulio Gaviria, el primero hermano de Pablo Escobar que se convertiría con los años en el más fervoroso de los uribistas a quien bien le valdría ese viejo dicho de ser más papista que el papa. Pero, cuando era joven, fue un fervoroso marxista y creía que Pizarro iba a liberarnos del yugo del imperialismo y toda esa jerga que usaban los universitarios en los setenta. Pizarro, con 21 años, ya era miembro de las Juventudes Comunistas y al poco tiempo se enrola en las FARC. No se había dado cuenta de lo aburrido que estaba entre el dogma stalinista del secretariado hasta que conoció al joven samario Jaime Bateman. Si uno se pone a ver los preceptos del Pacto Histórico tendría que encontrar un antecedente de lo que terminaría siendo el Pacto Histórico en la propuesta de Bateman de hacer un “Sancocho Nacional”. Esa idea para los viejos comandantes de las FARC sonaba a sacrilegio. El clima se volvió irrespirable para Bateman en esa guerrilla así que el 11 de septiembre de 1973, el fatídico día en el que las bombas de Pinochet hicieron estallar el palacio de la Moneda en Chile, Bateman deserta y lo acompaña una camada de muchachos que sienten que llevan puesta una camisa de hierro dentro de esa organización. Los muchachos que lo acompañan son, Álvaro Fayad, asesinado en 1986, Luis Otero Cifuentes, quien moriría el 7 de noviembre de 1985 después de dirigir la toma del palacio de Justicia, Iván Marino Ospina, abaleado inclementemente por el ejército en Cali el 28 de agosto de 1985. Su hijo, quien fuera con el tiempo alcalde de esa ciudad, lo vería morir. Vera Grave, quien aún sigue activa y viene cumpliendo un papel preponderante en este gobierno en la mesa de negociación con el ELN y Carlos Pizarro. Bateman arrancaba de las FARC la semilla de lo que después sería el M-19, la guerrilla más creativa, poética y urbana que se dio jamás en Latinoamérica. Poco antes de irrumpir con ataques a la fuerza pública que se parecían más a performance artísticos que a acciones armadas, empezaron a salir en diarios como El Tiempo, de amplia circulación nacional, anuncios como “¿Parásitos? Espere M-19” Eran tan efectivos los mensajes en su intención de llamar la atención que muchos se preguntaban si se trataba de un purgante, de una cura para la caspa. Pronto supieron, con el robo de la espada de Bolívar en Bogotá, de qué se trataba el M-19. Estos muchachos que salieron de las FARC con Bateman tenían algo en común: su fervor anapista. Estaban desengañados porque, después de haberle hecho campaña al general Rojas Pinilla en las elecciones de 1970, un 19 de abril de ese año, día de las elecciones, el establecimiento, encarnado en Misael Pastrana Borrero, le hizo un fraude monumental a Rojas. Ese desencanto produjo al M. Vinieron los golpes: La toma a la embajada de la República Dominicana, tratar de atracar con el buque el Karina en la costa colombiana para desembarcar un armamento y, sin duda, uno de los más espectaculares, el robo de 5.000 armas del Ejército Nacional en el Cantón Norte. Ocurrió un 31 de diciembre de 1978, mientras toda Colombia se elevaba con los vapores del alcohol se desarrollaba lo que se denominó como Operación Ballena Azul. Es que a Bateman y a Pizarro les parecía que el Cantón tenía esa forma y como eran poetas veían imágenes en lugares insospechados. En el operativo Pizarro recibió un disparo en una pierna. Fue una burla tremenda al Ejército y al gobierno de Julio César Turbay Ayala. Entre 1978 y 1982, sus años de presidente, los oficiales se robustecieron tomaron no sólo importancia sino muchas veces decisiones. Fue una persecución feroz. Justo en esos años, empezando la década, el M-19 empieza a tomar malas decisiones, como ganarse un enemigo indeseable, el Cartel de Medellín. El secuestro de Martha Nieves Ochoa, hermana del clan narco de Medellín, une a todos los mafiosos, temerosos de que las guerrillas los fueran a tomar con la voracidad con la que succiona un ternero la teta de su madre. Así que crean el MAS, Muerte a Secuestradores. Usando también la propaganda como aliado, anuncian la creación de este grupo tirando volantes desde una avioneta mientras se desarrollaba el partido América-Cali. En ese momento Ramón Isaza armaba sus autodefensas del Magdalena. Había arrancado el paramilitarismo, otra de las cabezas que tuvo el monstruo de la violencia en Colombia. A Pizarro y a otros 150 guerrilleros -entre los que se contaba Gustavo Petro- fueron llevados a las Caballerizas del norte de Bogotá y fue detenido y torturado. Turbay, con su estatuto antiterrorista, podría sobrepasarse de esa manera. No sólo llevaron militantes del M-19, sino también a profesores, intelectuales, escritores que no tenían mucho que ver con la guerra pero que cometían el pecado de pensar diferente. La llegada de Belisario Betancur, un conservador con ínfulas progresistas, le dio una amnistía a los guerrilleros, se pusieron a conversar por primera vez con las FARC, el M-19 y eso que se llamó en algún momento la Coordinadora Nacional Guerrillera, que agrupaba a las guerrillas más populosas del país. Los militares veían con malos ojos estos acuerdos y necesitaban una excusa para desestabilizar. El M-19, en una de las acciones más estúpidas militarmente hablando, cayeron en la trampa y se tomaron el Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Hay pruebas de que el ejército sabía el día, la hora en que se lo tomarían y los dejaron hacerlo para rodearlos y darles duro y de paso quitarse de encima a los 11 magistrados más honorables que ha tenido la Corte Suprema de Justicia en su historia. Era increíble que se tomaran el Palacio sin tener preparado un plan de fuga. La retoma fue uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia y mostró la ferocidad que podrían tener oficiales como Plazas Vega o Arias Cabrales. La verdad sobre lo que pasó la noche del 7 de noviembre de 1985 se la llevó a la tumba Belisario Betancur, pero no hay dudas de que durante 48 horas, los que mandaron en este país fueron los generales. El M-19 quedó debilitado después de que saliera más su objetivo más ambicioso y, por convencimiento de algunos de sus dirigentes, como Antonio Navarro Wolff y el propio Pizarro, empiezan a acercarse en 1987 al entonces presidente, el liberal y cucuteño Virgilio Barco Vargas. Colombia en ese momento se desangraba. A las guerrillas se sumaba la guerra que habían impuesto al estado los carteles de la droga para cambiar la constitución y evitar ser extraditados. Los carros bomba, las matanzas, pasaron del campo a las ciudades. Barco sabía que desmovilizar al M-19 era apagar uno de los tantos leños prendidos que habían en el país. La idea fue secuestrar al político Álvaro Gómez Hurtado, miembro de la realeza conservadora, hijo del más influyente de los senadores de ese partido, Laureano Gómez. El secuestro captó la atención internacional. Al dejarlo libre en un barrio al sur de Bogotá, Álvaro Gómez tenía en su poder las once propuestas que le hacía el grupo guerrillero al gobierno Barco entre los que se contaba la creación de una Asamblea Nacional Constituyente. La imagen de Pizarro envolviendo su pistola en la bandera de Colombia quedaría grabada en la memoria. Era un gesto que invitaba a la esperanza. María José, nacida en 1978, el mismo año en el que se robaron las armas en el Cantón Norte, creció entre campamentos guerrilleros, en campamentos en el monte en donde su padre se escondía del cerco que el ejército había impuesto sobre él y en cárceles. Cuando Carlos Pizarro vio los peligros que corría Maria José, la mandó al exilio junto con su mamá y así estuvieron, entre Ecuador, Nicaragua y Francia. En el fragor de la guerra de los años ochenta, su padre fue una imagen que se iba borrando en su consciencia. Los mensajes eran cada vez más raros y si se enteraba de sus paso era por los periódicos, por la radio. Al principio ella quería alejarse de la política. Estudió artes plásticas. Todos los recuerdos de su infancia fueron su vertiente creativa. Los que conocen su arte consideran que pudo llegar a ser una buena artista. Cuando su papá envolvió la pistola con la bandera de Colombia y la entregó ella regresó al país. Ese 26 de abril de 1990 María José tenía 12 años y cuando el rector nombró su nombre verdadero ante el salón de clases, ella sintió que un abismo se la tragaba. Ella estudiaba con su prima Alejandra y era la única persona que lo sabía. El profesor le respondió al rector “Acá no hay ninguna María José Pizarro, acá hay una María José Barón”. Pero María José alza la mano y el rector, con la mirada nublada, la invita a acompañarlo a la rectoría. Aún en su memoria retumban sus pasos por el pasillo silencioso, pensando en las eventualidades que habrían podido ocurrir para que el rector mismo fuera a buscarla y con su propio nombre. Al entrar a la rectoría estaban su mamá y Carmen Lidia, la esposa de Álvaro Fayad. Ambas estaban llorando. Entonces supo que algo grave había pasado. Su papá acababa de morir mientras viajaba en un avión hacia Barranquilla. Había abrazado la causa de la paz y se había lanzado a la loca aventura de ser candidato presidencial. En el caso de lograr la victoria sería el primer guerrillero en conseguir, por vía democrática, el poder en Colombia. La gente lo quería. Le decían el comandante papito. Claro, la pinta lo ayudaba. Desarrolló una estrategia de comunicaciones muy efectiva y la gente por primera vez podría confiar en un comandante guerrillero para darle su voto a la presidencia. Pero no, Carlos Castaño tenía otros planes. En un avión un sicario abrió fuego y Pizarro murió. Por eso, para los que estuvieron en la Plaza de Bolívar el 7 de agosto del 2022 y vieron cómo Maria José, con los ojos rotos, le entregó la banda presidencial al compañero de lucha de su padre, Gustavo Petro Urrego y vio entre la multitud, la bandera del M-19, supo que Pizarro estaba vivo, que todo había valido la muerte, hasta el sacrificio de perder a lo que más amaba a los 12 años.

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