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  • Gustavo Bolívar asume la dirección del Departamento de Prosperidad Social

    Por: Katerin Erazo, Periodista Foto tomada de: 360 Radio En una mañana cargada de expectativas, la Presidencia anunció oficialmente que Gustavo Bolívar será el nuevo director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), una de las entidades de mayor relevancia en la burocracia del Gobierno colombiano. El nombramiento de Bolívar llega tras intensas especulaciones y rumores que lo situaban como el principal candidato para suceder a Laura Sarabia, quien estuvo al frente del DPS durante cinco meses. La confirmación de su designación marca un hito en su trayectoria política, al ser su primer cargo como funcionario público. Con una experiencia diversificada que abarca desde su destacado rol como libretista y novelista hasta su paso por el Senado y el Concejo de Bogotá, Bolívar emerge como una figura relevante en el ámbito político nacional. Su cercanía con el presidente Gustavo Petro y su participación activa en el Pacto Histórico consolidan su perfil como un actor clave en la escena política contemporánea. La trayectoria de Bolívar estuvo marcada por su incursión en la coalición conocida como la lista de los decentes, que lo llevó al Congreso en 2018. Sin embargo, su renuncia en 2022 debido a razones económicas lo condujo hacia nuevos horizontes, incluyendo una breve incursión en la arena electoral como candidato a la Alcaldía de Bogotá en 2023. A pesar de no contar con estudios académicos formales, Bolívar cumple con los requisitos legales para asumir el cargo, según lo establecido en la Resolución 04420 del 31 de diciembre de 2015 y la Constitución Política de Colombia. Su designación ha generado cierto debate respecto a su capacidad para manejar un presupuesto anual de 10,7 billones de pesos, pero legalmente está habilitado para ello. El nuevo director del Departamento de Prosperidad Social (DPS) asume el desafío de liderar políticas y programas destinados a combatir la pobreza, promover la inclusión social, atender a las víctimas del conflicto armado y dirigir la actividad administrativa de la entidad. Su gestión estará marcada por el compromiso de impulsar el bienestar de los sectores más vulnerables del país. El presupuesto asignado a Prosperidad Social para el año 2024, que asciende a 10,7 billones de pesos, representa una oportunidad para Bolívar de materializar sus objetivos y apoyar a los líderes de base del Pacto Histórico que respaldaron la campaña presidencial de Gustavo Petro. Juan Alejandro Pérez, investigador de la Línea Gobernabilidad y Democracia de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), señaló que Bolívar asume la responsabilidad de dirigir la política social del Gobierno Nacional. Este hecho confirma la hipótesis sobre la radicalización democrática. Pérez mencionó que Petro se rodea de sus aliados y designa a un individuo de su confianza para liderar la entidad pública encargada de gestionar los programas sociales, que maneja una considerable cantidad de recursos públicos. El investigador también destacó que Gustavo Bolívar, quien conoce a Petro a la perfección, será el encargado de focalizar los programas sociales y de interpretar las políticas sociales según los deseos del mandatario. Designar a alguien tan familiarizado con sus propósitos en una posición tan crucial para la implementación de programas sociales y políticas de este tipo es un claro indicador de la radicalización democrática de Petro. Con este nombramiento, Gustavo Bolívar emerge como una figura política de peso, consolidando su influencia dentro del Pacto Histórico y ganando un pulso político frente a figuras como el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero. Su llegada al Departamento de Prosperidad Social (DPS) marca el inicio de una nueva etapa en la lucha por la prosperidad y la inclusión social en Colombia.

  • Los comandantes duros de la Segunda Marquetalia que se sentarán a hablar de paz con Petro

    Por: Redacción Pares Fotos tomadas de: El País En la madrugada del 21 de septiembre del 2010, en su búnker en la Serranía de La Macarena, Jorge Briceño, comandante del Bloque Oriental de las FARC, se disponía a dar su última lectura a sus guerrilleros. La diabetes lo había diezmado. Las largas caminatas escapando del cerco que le había puesto el entrante presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lo obligaba a tener unas botas especiales. Sin que él supiera, el Ejército logró infiltrarle un médico que le dio unas botas nuevas que tenía un chip geolocalizador adentro. Cuando los guerrilleros sintieron el bombazo ya era muy tarde. Caía el sanguinario miembro del Secretariado de las FARC. Dentro de la organización El Mono Jojoy era uno de los líderes más carismáticos, a pesar del odio que buena parte de la población colombiana le tenía. Al hombre que escogieron para reemplazarlo fue José Aldinever Sierra Sabogal. Él ha sido señalado como el máximo comandante de la Segunda Marquetalia después de que Iván Márquez sufriera un atentado que lo mantiene en una situación complicada de salud. Es uno de los delegados por este grupo insurgente para sentarse a dialogar con el gobierno. A través de la resolución 065 del miércoles 28 de febrero, se dieron a conocer los nombres de los miembros de la Segunda Marquetalia que se sentarán a dialogar con el gobierno. Uno de ellos es el Zarco Aldinever quien tiene, entre otros crímenes, el de la muerte y desaparición de James Silva Duque, funcionario de la Fiscalía en Villavicencio. En su campamento, del Frente 53 de las FARC, habrían asesinado a Silva Duque. Aldinever tiene en la mesa de negociación a uno de sus hombres de confianza, alias Gerson. Aunque firmó el acuerdo de paz, e incluso participó junto a otros 500 excombatientes en proyectos productivos ubicados en Mesetas, la JEP empezó a abrirle un expediente en abril del 2019, empezó a citarlo sin éxito. Aldinever nunca cumplió una cita, alegaba motivos de seguridad. Poco se sabía de él. Había ingresado a las FARC a los 15 años, nació en Villavicencio, no terminó la primaria y en esa guerrilla cumplía tareas extorsivas.  Después de la muerte del Mono Jojoy y ya establecido como su reemplazo se hizo muy amigo de Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa. Junto con él se evadió del espacio territorial donde estaba desde agosto del 2019. Aparecería unos meses después, junto a Iván Márquez, Romaña, El paisa en un video donde se anunciaba el inicio de la Segunda Marquetalia. Uno de los que aparecía en el video era José Vicentes Lesmes, alias Walter Mendoza. Pragmático, frentero, los que lo conocieron en los breves años en los que cayó su fusil recuerdan su desazón y desconfianza con el recién firmado acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. Entró a las FARC en la década del setenta. Creador de las columnas móviles del Bloque Occidental, entre sus crímenes está el de poner una moto con explosivos que mató a una persona y dejó heridas a 56. Durante el proceso de paz fue el encargado para hacer pedagogía sobre el proceso en su tierra, en el Cauca -incluso quería ponerse a exportar café y hasta tuvo en mente dirigir un equipo de fútbol con ex combatientes-  pero poco a poco la desilusión y la desconfianza sobre la seguridad que tendrían los guerrilleros después de la firma, fueron minando su decisión hasta volver a alzarse en armas en la Segunda Marquetalia. Es uno de los ideólogos más formados con los que cuenta esta organización. Enrique Marulanda, uno de los trece hijos que tuvo Petro Antonio Marín, el legendario comandante supremo de las FARC, se hizo conocido cuando fue el designado por Iván Márquez para leer uno de los comunicados con los que la Segunda Marquetalia puso su posición sobre la mesa. Además fue él quien leyó el comunicado en el 2022 donde afirmaba que Iván Márquez, contrario a la chiva periodística que dio en su momento el periodista Yamid Amat, seguía vivo. Aunque firmó el acuerdo de Paz con el gobierno Santos y alcanzó a participar de proyectos productivos en Mesetas, su decisión fue volverse a armar. Estará en la mesa con el gobierno. Otro de los que negociarán, Luis Andrés Figueroa, tiene un historial de crimen que abarca 28 homicidios y 60 secuestros. Una de las manos derechas de Iván Márquez, André Perilla Sandoval, alias Allende, también estará sentado en esa mesa. Los otros guerrilleros que conformarán la delegación de paz de la Segunda Marquetalia son Henry Quiñones Angulo, alias Tocayo, José Darley Malagón, alias poco pelo, Luis André Figueroa Marín, conocido como Popeye, y el jefe de los Comandos Frontera que operan al sur del país y que en las últimas semanas han desplazado con sus combates a cientos de familias en Nariño y Putumayo, Geovanny Andrés Rojas, alias La Araña. En las últimas horas se supo que el gobierno había dispuesto al experimentado Armando Novoa para que estuviera al frente de esa mesa de negociación con la Segunda Marquetalia.

  • Los años más tristes de Gabo: cuando ya no se acordaba ni de su nombre

    Por: Iván Gallo Foto tomada de: Opinión Caribe Todo este artículo se lo debo a Guillermo Angulo, el amigo íntimo de Gabo, el que conoció en Roma en 1955, cuando era un estudiante de cine que a veces tenía que rebuscarse entre la basura algún sándwich a medio comer, que lo disfrutó en la cumbre, en diciembre de 1982, fecha en la que los suecos le entregaron el Nobel en Estocolmo y que lo vio apagarse en la primera década de este siglo. La primera laguna mental de Gabo fue en una feria del libro de Guadalajara. Todos tenemos lagunas breves, en donde no podemos encontrar las llaves del carro o no sabemos por qué tenemos dos vasos de agua idénticos en la mesa de noche. Pero esa primera señal de la enfermedad en Gabo fue serio, asustador. Estaba en una mesa, hablando de su obra, cuando de repente no supo qué estaba haciendo ahí ni quienes eran las personas que estaban al frente suyo. Fiel a Fidel Castro los primeros especialistas que vio fueron los doctores de La Habana. Le dieron una palmadita en la espalda “No es nada, a los genios no les pasa estas cosas” y le hicieron un tratamiento que no ayudó. Porque la enfermedad del olvido se comió muy rápido a Gabriel García Márquez. Él, que tanto miedo le tenía a esa vaina, terminó siendo una víctima más de las que cayeron en la peste del olvido que arrasó a Macondo. Lo sorprendió justo cuando estaba escribiendo sus memorias. Sólo escribió una parte de la que tenía pactada con la editorial Norma. Igual, fue la parte más importante. Le decía a su hijo Rodrigo que las cosas más importantes de su vida le habían pasado hasta los ocho años. A esa edad perdió al hombre que más lo influyó, su abuelo, el general Nicolás Márquez, el viejo guerrero que se encerraba en un taller de orfebrería a hacer pescaditos de oro. No quería que Vivir para la contarla se convirtiera en una sucesión de relatos sobre los pormenores de cenas con Muhammad Alí, Robert de Niro y Sergio Leone en Italia o la tarde que fue a Madrid a ver toros con Roman Polanski. Vivir para contarla, fue la última obra que escribió antes de que la enfermedad lo borrara. Guillermo Angulo lo vio en el 2009, cinco años antes de su muerte, en Cartagena. Ya sabía de sus lagunas mentales pero no sabía que su amigo estaba tan enfermo hasta que le hizo cinco veces la misma pregunta ¿Cuándo llegaste? Sus hijos y Mercedes Barcha cuidaron bien que la escabrosa prensa mexicana y colombiana no supiera de las angustias del genio. Unos pocos buenos amigos conservaron ese secreto. Poco después de ganar las elecciones presidenciales del 2010, Juan Manuel Santos y su asistente Cristina Plazas, fueron hasta la casa del escritor en Jardines del Pedregal, en Ciudad de México. La idea era grabar un video, el encuentro entre los dos amigos. Pero Gabo ya estaba ausente, silencioso, triste. Ya no era el gozador que sabía, como nadie, atender en su casa a los amigos que él quería ver. Ante los primeros síntomas Gabo se asustó. La memoria es la materia prima con la que trabaja un escritor. No recordar es no escribir más. Se necesita de memoria para ordenar los pensamientos, los datos. Tenía 75 años y la fuerza suficiente para poder escribir sus memorias y cinco libros más. Su acto reflejo fue hacer lo que nunca había hecho: leer su obra. Creía que si releía uno de sus libros podría encontrar tantos errores que ya no volvería a escribir más. Cuando ya había perdido la batalla leía asombrado párrafos enteros del Otoño del patriarca y murmuraba : “este carajo sí que sabe escribir”. Poco después de su cumpleaños 87 Gabo fue avasallado por una pulmonía. Los médicos que lo atendieron le dijeron a Mercedes y a Rodrigo, su hijo mayor, que podrían alargar su vida sólo con tratamientos tan agresivos como la quimioterapia, porque lo más seguro es que tuviera cáncer de pulmón. Lo mejor sería que se fuera a su casa, a estar cómodo y en paz. Gabo lo olvidó todo menos los poemas del Siglo de Oro español y las canciones de Leandro Díaz y Rafael Escalona, que retumbaban a todo volumen en su cuarto. Rodrigo llamó a Guillermo Angulo el 15 de abril del 2014. “Está muy mal”- le dijo. Era semana santa plena. El cineasta Alessandro Angulo le consiguió los pasajes para México. “Vete a despedirte de tu amigo”. Cuando Angulo llegó a la casa del Nobel, muy temprano el 17 de abril, Viernes Santo, Rodrigo le abrió la puerta y le dijo que su amigo había partido. “Qué bueno que llegaste Anguleto, que así la tristeza está más repartida”. Gabo dejó este mundo ese día pero sin memoria había partido hace rato. Fue muy duro esos últimos años en donde no pudo escribir. La tristeza es un escritor que no pueda contar sus historias.

  • Dani Alves: cuando decimos No, es No.

    Por: Ghina Castrillón Torres. Politóloga feminista El consentimiento es un acuerdo y punto. Muchos hombres se resisten a entenderlo, pero en la condena contra el exfutbolista Daniel Alves da Silva por violación se evidencian unos elementos clave para comprender qué es el consentimiento sexual. La sentencia es clara: “Debe señalarse que ni que la denunciante haya bailado de manera insinuante, ni que haya acercado sus nalgas al acusado, o que incluso haya podido abrazarse al acusado, puede hacernos suponer que prestaba su consentimiento a todo lo que posteriormente pudiera ocurrir”. La discusión sobre el consentimiento sexual debe ser seria. Esto no trata de mujeres coquetas, confundidas o arrepentidas, NO. El consentimiento sexual tiene varias características: debe ser libre, es decir que, de ninguna manera, me presiones o me manipules, o que esté drogada o borracha para acceder a la actividad sexual, porque bajo estas situaciones mi decisión no será autónoma; informado, es decir que pueda tener la información completa sobre la situación, porque puedo querer que me penetres usando condón, pero si te lo quitas sin decírmelo no hubo un consentimiento total; específico es decir que diga “Sí” a cada acción, porque puedo acceder a besarnos y tocarnos, pero eso no significa que quiera acceder a la penetración; y es reversible, es decir que, aun cuando ya estemos en el acto sexual, diga que ya no quiero continuar. Como dice la sentencia: “el consentimiento en las relaciones sexuales debe prestarse siempre antes e incluso durante la práctica del sexo”. La situación de las violencias basadas en género es tan impresionante que, según las cifras oficiales del INML, mientras escribo esta columna, en Colombia, en promedio, cada 8 horas una mujer es asesinada y 8 mujeres cada hora son víctimas de violencia intrafamiliar o sexual, y cada hora 2 niños o niñas son víctimas de abuso sexual. Esto es un asunto muy grave que requiere atención urgente. Es alarmante cómo el sistema patriarcal no permite que se comprenda lo que implica el consentimiento, porque históricamente, a las mujeres, nos han visto como objetos y no como sujetas de deseo. Esto perpetúa un ciclo de violencia en el que las víctimas son revictimizadas y los perpetradores, en lugar de ser responsabilizados, a menudo son protegidos, especialmente por su estatus social, y esto profundiza la cultura del abuso. La educación sexual y el acceso a recursos para el apoyo a las víctimas son fundamentales para crear entornos seguros y respetuosos. Vivimos en culturas que minimizan y normalizan la violencia sexual y esta mentalidad hace que no se respeten los límites y el consentimiento. Es responsabilidad de los Estados implementar estrategias educativas efectivas, creativas y masivas que promuevan el respeto, la igualdad de género y la precisa comprensión del consentimiento sexual. Por ejemplo, si los hombres no lo entienden leyendo, tal vez lo entiendan cantando. Como lo dice Ivy Queen en su canción: “Yo quiero bailar, tú quieres sudar, y pegarte a mí, el cuerpo rozar. Yo te digo: "sí, tú me puedes provocar" eso no quiere decir que pa' la cama voy”.

  • Las veces que el “Cucho” del Canal 2 de Cali estuvo a punto de morir salvando muchachos de las balas de la policía

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: El Colombiano Todo lo que supo de Justicia José Alberto Tejada lo aprendió de su maestro, el sacerdote belga Daniel Gillard. Sí, desde sus años de estudiante en el Instituto Técnico Industrial San Juan Bosco, de la mano de los salesianos, fue despertando su consciencia política. Tuvo profesores como Gustavo Álvarez Gardazeabal que lo incentivaron a leer, a saber que la vida era mucho más allá que despertar, comer y dormir. Desde esa época arrancó su labor como periodista. Fundó la emisora del colegio. Terminando el bachillerato se involucró en el grupo Cristianos por el Socialismo, grupo que lo llevó a los barrios, a tener contacto con la gente real. Mientas tanto iba estudiando Contaduría Pública porque de algo había que vivir. Este tulueño de nacimiento se consiguió un empleo normal en el Banco Social Hipotecario, sin embargo el sentido de justicia jamás lo abandonó, se destacó como líder sindical, lo botan por sus posturas y ahí no se quedó con los brazos cruzados. Trabajó con Grupos Campesinos y con grupos de solidaridad de presos políticos, en ese proceso, en 1984, conoce al sacerdote Daniel Gillard. Más que un amigo fue una inspiración. Había llegado a Colombia en 1965 y desde entonces se había comprometido a trabajar de la mano de los que más lo necesitaran en el Distritito de Aguablanca en Cali, un lugar en donde siempre se ha anidado la pobreza. El 10 de abril de 1985 Gillard se desplazaba en el barrio Vergel en un campero Nissan Rojo. Iba hacia la parroquia del Señor de los Milagros, que estaba construyendo con recursos conseguidos en la comunidad cuando le dispararon cinco veces. Duró un tiempo en estado de coma antes de morir. El Estado estuvo detrás del asesinato y después se reconocería que sus asesinos pertenecieron al ejército. José Alberto se convirtió entonces en la cabeza del CECAN, la Corporación Cívica Daniel Gillard que le ha devuelto la esperanza a tantos jóvenes que no tenían motivos para estar ilusionados gracias a sus talleres formativos. Cuando fue elegido Representante a la Cámara muchos se preguntaban ¿De dónde había salido? ¿Quién era ese don Nadie? En Aguablanca hace casi cuarenta años que sabían quien era José Alberto. En el 2005, después de una crisis económica que casi acaba con la corporación, decidieron ponerle la ficha a la creación del Canal 2 de Cali. Si en Colombia es difícil hacer periodismo independiente, el periodismo combativo, el que intenta cambiar, formar, puede costar la vida. Mantenerlo al aire fue la lucha de la vida de José Alberto. Se preocupaba demasiado por los demás como para pensar en el reconocimiento propio. Y este llegó en el 2021 sin que él lo pidiera. Cansados de abusos como la Reforma Tributaria que el entonces ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla pasó al congreso, que empobrecería aún mas a los que tienen nada, hastiados de un sistema de salud que dejaba morir a los más pobres, la gente salió a la calle y no se volvió a entrar. Se conoció como el estallido social y arrancó el 26 de abril del 2021. Mientras los medios tradicionales casi que ponen sobre la mesa el término “Toma Guerrillera” y tildaban a los grupos de resistencia como La Primera Línea, de terroristas, pocos medios, algunos comunitarios como el Canal 2, salieron a mostrar la verdad, bien a costa de su vida. A José Alberto, durante el estallido social, le llovieron amenazas. Algunas directas. Una de esas tardes pasó por el lado de un CAI en el Paseo del Comercio y un policía, entre risas, le dijo “Cucho, te vamos a picar”. Ya su rostro se había hecho conocido no sólo en la ciudad sino en el país. Algunas de sus transmisiones fueron icónicas. Tenía 64 años y estaba demasiado joven para morir cuando, el 1 de mayo del 2021, día internacional del trabajo, estuvo adentro de una de las protestas más efusivas y más brutalmente reprimida durante el estallido. Con su Sancho Panza, su infatigable y valiente camarógrafo, Johan Buitrago, se metieron al sector de la Luna. Constataron que la policía realizaba disparos a diestra y siniestra contra los manifestantes, estaba a tres metros del lugar donde un joven cayó inconsciente. Una bala le había atravesado el pecho. Todo lo mostró a partir de su narración y del ojo que no se apagaba de Buitrago. Si El Cucho transmitía las posibilidades de que la policía matara a jóvenes se reducían. El ojo que no se apagaba era la denuncia constante, el señalamiento al opresor. ¿Cuántas vidas no habrá salvado con sus despliegues digno del más valiente de los reporteros de guerra en Libia? Estuvo así tres meses. Sus lives en redes sociales duraban horas. Pocos sabían su nombre. En esa época era conocido como “El Cucho del Canal 2”. En plena manifestación cumplió años y los muchachos de la Primera Línea se lo celebraron en Vivo. Mientras desconfiaban de todos los medios tradicionales, al Cucho lo trataban como un hermano. Era el legado no sólo del padre Gillard sino de San Juan Bosco, su santo favorito. El contacto con los muchachos que lo dan todo porque no tienen nada. Mientras los grandes periodistas de Bogotá lo miraban con desconfianza e incluso algunos insinuaban que hacía todo esto por conseguir fama, José Alberto vivía una crisis económica fuerte. Los patrocinadores del canal, uno a uno, se iban bajando del bus. Le quitaron la pauta. Su militancia, su decisión de apoyar las causas justas por las que se luchaba le generó problemas con sus anunciantes. Y no cerró. Desde que tuviera ganas, una cámara e internet, seguiría llevando en vivo y en directo la verdad. Al final valió la pena. Ganó un candidato que representaba el cambio y él consiguió un escaño en el Congreso, gracias, en parte, a la fe de esos jóvenes que vieron como se jugó la vida durante meses para contar la verdad. Lo que pocos sabían era que un cáncer le estaba quitando la posibilidad de disfrutar su más rutilante victoria. Igual, ¿Qué estoy diciendo? Para los hombres acostumbrados a dar la vida por los demás no existe mayor gloria que morir cuando se está en la cima. Es la forma más segura de dejar legado.

  • Intenso debate en el Congreso: proyecto de ley propone revivir el 'transfuguismo' político

    Por: Katerin Erazo, Periodista Foto tomada del: El Tiempo En el Congreso de la República, se avecina un intenso debate en torno a un proyecto de ley que ha desatadopolémica y generado opiniones encontradas entre legisladores y ciudadanos por igual. La propuesta en cuestión busca revivir el fenómeno del ‘transfuguismo’ político, permitiendo a los miembros de corporaciones públicas electas por voto popular cambiar de partido político sin necesidad de renunciar a su cargo, una práctica actualmente prohibida por la Constitución Política de Colombia. El proyecto de ley estatutaria, que consta de un único artículo, tiene como objetivo principal modificar el artículo 107 de la Carta Magna, el cual prohíbe expresamente esta práctica política. La iniciativa, liderada por los congresistas María José Pizarro y David Racero, ha logrado reunir cerca de un centenar de firmas y cuenta con el respaldo en bloque de al menos cuatro partidos políticos: Pacto Histórico, Partido de la U, Cambio Radical y el Partido Liberal. Una de las principales defensoras de esta medida es la representante Marelen Castillo, quien ha enfrentado dificultades dentro de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, liderada por el ingeniero Rodolfo Hernández. El proyecto, aunque aún no ha sido radicado formalmente, contempla un período de dos meses para que los miembros de cuerpos colegiados de elección popular puedan cambiar de afiliación partidista sin renunciar a su curul ni incurrir en doble militancia. La propuesta ha generado un amplio espectro de opiniones y controversia, especialmente entre algunos legisladores de partidos tradicionales como el Partido Liberal, quienes han expresado sentirse "encarcelados" al no poder alinearse con las posturas políticas de sus líderes, en particular las del influyente César Gaviria. El proyecto, aunque aún en fase de recolección de apoyos, ya ha comenzado a circular por las oficinas del Congreso en búsqueda del respaldo necesario para ser sometido a ocho debates, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Se espera que el Pacto Histórico y otros partidos lideren este esfuerzo legislativo para aprobar por una única vez el transfuguismo, permitiendo a los congresistas cambiar de partido sin incurrir en doble militancia y evitando así su inhabilitación para aspirar en futuras elecciones. El representante David Racero, del Pacto Histórico, lidera este proyecto y ha estado activamente recabando firmas en su favor. Además, cuenta con el respaldo de otros congresistas que buscan cambiar de colectividad debido a divergencias ideológicas dentro de sus partidos de origen. El transfuguismo ha sido un tema recurrente desde el inicio del actual Gobierno. En la reforma política presentada por el Ejecutivo, liderada en su momento por Roy Barreras, se incluyó este tema como parte de un extenso articulado. Para varios congresistas, la posibilidad de cambiar de partido por una única vez sin incurrir en doble militancia es crucial, ya que les permitiría alinearse con nuevas corrientes políticas sin perder la posibilidad de ser reelegidos en futuros comicios. Un caso emblemático es el del propio Barreras, quien, a pesar de ser expulsado de su partido en 2020, el Partido de la U, no pudo aspirar por el Pacto Histórico debido a las restricciones constitucionales sobre la doble militancia. Este proyecto de ley representaría una oportunidad para el Pacto Histórico de consolidarse como un solo partido, permitiendo a legisladores como la senadora María José Pizarro, quien llegó al Congreso por el MAIS pero no puede unirse al Pacto como partido único debido a las restricciones de su colectividad de origen, participar plenamente en la nueva coalición política. Juan Alejandro Pérez, investigador de la Línea Democracia y Gobernabilidad de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), explicó que la Reforma política, la cual fue archivada el año pasado debido a las controversias que generó, constaba de varios artículos. En contraste, la actual propuesta legislativa es un único artículo que permitiría el transfugismo. Pérez señaló la importancia de observar cuándo se presente y cómo reaccionará la sociedad ante esta medida. Para el investigador, si el documento presentado se limita únicamente al tema del transfugismo, constituiría un asunto sumamente grave. Esto se debe a que al unirse a un partido político, se aceptan implícitamente ciertas normas y principios internos. Por lo tanto, que un político, particularmente uno asociado al Pacto Histórico, sugiera esta posibilidad mientras está bajo arresto, es desconocer todo el sistema político colombiano. Esta situación subraya la urgente necesidad de fortalecer las normativas internas de los partidos y de exigir responsabilidad a los políticos respecto a sus decisiones. Pérez enfatizó que la cuestión está siendo tratada con una superficialidad preocupante. La propuesta no ofrece una solución efectiva a los problemas del sistema político colombiano; en cambio, los agrava. Los partidos políticos, ya debilitados, enfrentan una mayor erosión institucional. Con 37 partidos en la actualidad, y con la posibilidad de que aumenten bajo el actual Consejo Nacional Electoral, el transfugismo no hace más que agravar la situación. En democracia, se espera que los partidos políticos sirvan como instituciones para canalizar las preocupaciones, intenciones y propuestas de la ciudadanía a través de sus representantes políticos. Sin embargo, esta medida solo contribuye a socavar aún más estas instituciones y debilitar el sistema político colombiano. El debate en torno al proyecto de ley para revivir el transfuguismo político en Colombia promete ser intenso y lleno de argumentos a favor y en contra. Mientras algunos ven en esta medida una oportunidad para la renovación política y la libertad de expresión dentro de los partidos, otros la consideran una amenaza para la estabilidad institucional y la fidelidad partidista.

  • ¿En qué barrios se mueven las bandas delincuenciales en Bogotá?

    Por: Redacción Pares Visualizaciones: Liliana Espitia Foto tomada de: Infobae Las noticias se suceden una a otra. Atracos, asesinatos, balaceras, extorsiones en Bogotá. Algunos, como el alcalde Carlos Fernando Galán, pueden decir que esto no es más que precepción de inseguridad, que las cifras muestran que hay menos hechos delictivos que hace un año. Pero el elefante está en la sala y es imposible y esquizoide no verlo. La línea de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Fundación Paz y Reconciliación identificó cincuenta organizaciones moviéndose en la capital. De estos tres pertenecen a Grupos Armados Organizados, GAO, que incluyen columnas de disidencias FARC como el Estado Mayor Central, columnas urbanas del ELN y el Clan del Golfo que controla buena parte del microtráfico en la capital. Se pudieron identificar además once Grupos Delictivos Organizados entre los más peligrosos están los Satanás, quien desde la cárcel aplican la estrategia de chantajear a comerciantes a partir de llamadas a celulares y el Tren de Aragua, una organización transnacional que arrancó en Venezuela con Hector “el Niño” Guerrero Torres, quien delinquía en la ciudad de Maracay  y una vez fue capturado fue llevado al centro penitenciario de Aragua, también llamado Torocón, en donde escapó en el 2012, pero allí conoció y pudo establecer la red que hoy azota al continente. El grueso de la delincuencia está concentrado en 41 pandillas que desarrollan actividades por barrios específicos. En este mapa de Bogotá encontrará cómo está la situación de inseguridad por barrios en este momento:

  • Antonio García, duro negociador, pintor y un poeta cursi: las mil caras del comandante del ELN

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: Caracol Hace poco fui a la casa de Joe Broderick. Sonaba, tan débil como una telaraña, el piano de Satie. Hablamos del libro que lo volvió inmortal, Camilo, el cura guerrillero, y era inevitable no preguntarle por el proceso de paz entre el gobierno Petro y el ELN. Joe dio una carcajada enérgica. Murmuró algo en inglés y luego recordó que hace unos años, Antonio García, máximo comandante de esa guerrilla, le dedicó unos versos “Es increíble que, con ese discurso tan duro, tan radical, pueda escribir como una quinceañera enamorada”, dijo, burlón. Como tantos otros guerrilleros Antonio García llevó en sus años de guerra una agenda y un lápiz. No narró, como el Che en su diario, su desesperación asmática en la selva boliviana, o hicieron crónicas desde las mismas emboscadas como fue el caso en El Salvador de Jaime Suárez Quemain. No, Antonio García, como si fuera un Mario Benedetti en el monte, le hizo odas al amor. A simple vista Eliécer Erlinto Chamorro Acosta -ese es el nombre que le aparece en la cédula- parece un tipo duro. Al menos lo ha sido como negociador. La última vez que mostró su carácter fue hace dos semanas, justo al fin del VI Ciclo de negociación con el gobierno. Las tentativas de poder hablar con el Frente Comuneros Sur que se mueve en Nariño, desató la ira santa del COCE e incluso hubo tentativas de levantarse de la mesa. Pero García tiene mil caras, la de guerrero, negociador y también la de poeta y la de pintor. Fue estudiante del colegio Santander en plena calle novena del barrio San Alonso de Bucaramanga. Al lado quedaba la Universidad Industrial de Santander. Allí, a este muchacho que acababa de llegar de Mocoa, la ciudad donde nació, conoció en los pasillos de la UIS, a finales de la convulsionada década del setenta, a Pablo Beltrán -que está con él en la mesa de negociación- y a Pedro Cañas Serrano alias Oscar Santos. En esa época en la UIS el movimiento estudiantil era fuerte. Las confrontaciones con la fuerza pública eran frecuentes. Se quemaban llantas para cerrar calles, se usaban bombas aturdidas y cocteles Molotov. Pero Antonio García necesitaba más. Viajó a un congreso estudiantil en la Universidad Nacional de Bogotá. Era 1976 y se conmemoraban los 10 años de muerte de Camilo Torres, en una fallida emboscada en Patio Cemento, Zona Rural de San Vicente del Chucurí. En la Nacional había dejado su huella. No sólo era el capellán sino que dejó su legado al lado de Orlando Fals Borda en la creación de la facultad de Sociología que dentro de esa institución tantas batallas ha dado. Se pensaba homenajear al cura guerrillero y entonces surgió la idea de hacer un mural que aún hoy pervive. Pero esa no es la única actividad artística que ha hecho Antonio García. En la selva ya no podía hacer grandes murales de sus ídolos pero si podía escribir. Lo hacía en medio de fatigosas marchas, en los papeles mojados de sudor que podía encontrar en su camuflado o a la vera del camino. La historia del conflicto colombiano está por contar cómo intelectuales amantes de los libros que por azares de la guerra terminaron comandando bloques guerrilleros como Pablo Catatumbo, que hizo caletas en medio de la selva con bibliotecas enteras., intentaron proteger sus libros. Antonio García iba más ligero. Una de las ventajas de los poemas es que son como las canciones, caben en cualquier parte. Entre sus influencias se cuenta al irlandés Seamus Heaney, el antillano Derek Walcott. En 1995 publicó el primero de sus libros, Poemas imperfectos. Hasta el momento lleva tres libros. En una de las conversaciones que tuvo con Gabriel García Márquez en La Habana, Antonio García le contó al Nobel que él era poeta. Le entregó sus tres volúmenes de poemas. Siempre esperó el espaldarazo de Gabo pero él, nunca le devolvió crítica alguna. ¿Será que pensaba lo mismo de su obra que Walter Broderick? Acá está uno de sus poemas: Llegar primero nos detuvimos aquí en el último recodo de un instante en la noche transparente del destiempo en la lenta densidad de la ironía en el eco marginal del viento en su partida nos detuvimos aquípara preguntarnos si la suerte estará de nuestro lado para saber si llegaremos primero que el camino. Antonio García es uno de los miembros del Comando Central del ELN grupo guerrillero al que le han atribuido más de 16 mil crímenes por parte de la Fiscalía que incluyen secuestros y acciones terroristas.

  • ¿Cuál es el origen de la rabia de Gregorio Oviedo con algunos periodistas que adoran a Uribe?

    Por: Redacción Pares Fotos tomadas del: El País La polvareda empezó a finales de la semana pesada. Néstor Morales, Darcy Quinn, Vicky Dávila, estaban realmente encolerizados. No podía ser que Amelia Pérez, la más opcionada de la terna presentada por Petro a la Corte para ser Fiscal, tuviera a un esposo capaz de insultar a todos los periodistas sospechosos de ser pro-uribistas. Nadie se preocupó en su momento por saber cuál era el origen de la inquina de Gregorio Oviedo. La periodista e investigadora Andrea Aldana, desde su cuenta de X, contó la verdad. En un hilo que se hizo viral la cucuteña contó la historia: mientras Gregorio Oviedo era el director del CTI allanó, junto a otros 14 funcionarios, el parqueadero Padilla el 30 de abril de 1998. Consiguieron 100 hombres para la operación y entraron. Lo que encontraron los dejó fríos. En las paredes doble fondo donde estaban escondidos los libros donde los paramilitares tenían todas sus cuentas. Allí reposaban también los estatutos de las Autodefensas Unidas de Colombia que habían sido fundadas en 1995 por Carlos y Vicente Castaño. Según le contó el propio Oviedo a la revista Vorágine muchos años después, identificaron a 423 personas naturales y 58 jurídicas que hacían aportes a los paramilitares. Gracias a la acción de Oviedo las AUC quedaban desenmascaradas. Pero lo que debería haber sido un motivo de orgullo de Oviedo y sus hombres termino siendo una maldición tan mortal como la de los arqueólogos que abrieron la tumba de Tutankamón. No hubo exitinción de dominio al parqueadero Padilla ni se hizo investigación contra las personalidades que estaban en esos libros contables. Al contrario, Oviedo tuvo que ver como asesinaron a los hombres que lo acompañaron en ese operativo. La Fiscalía no investigó y en cambio los Paras actuaron. Según el trino de Andrea Aldana de los 14 funcionarios que investigaron el parqueadero Padilla sólo sobrevivió Oviedo. Uno a uno los fue matando en temible venganza. El que dio la orden y gestó la masacre de funcionarios fue Don Berna, amo y señor de Medellín y sus montañas. La impunidad campeó. Por esa época se sabía que la Fiscalía de Medellín estaba infiltrada por los paras. Llegó Álvaro Uribe como presidente en el 2002 y las cosas, por supuesto, estuvieron lejos de mejorar. Nombrar a Luis Camilo Osorio no fue la mejor opción. Fue ternado en el último año de la presidencia de Andrés Pastrana y respaldado por Uribe. El 18 de agosto del 2022, cuando el padre Francisco de Roux entregó su informe final de la Comisión de la Verdad, un capítulo estuvo dedicado a Osorio. Desde su Fiscalía se convirtió, con sus acciones, en lo más parecido a ser un aliado de los paramilitares: dio fallos favorables a sospechosos de paramilitarismo, persiguió a los funcionarios que desde su fiscalía quisieron desmontar el paramilitarismo, e invalidó a los testigos que querían acusar a los políticos en región que estaban colaborando abiertamente con las AUC. Como bien dice Andrea Aldana en su trino, archivó las investigaciones de dos personas que después serían condenados por sus nexos con los paras: el general Rito Alejo del Río y el ex gobernador Salvador Arana. Con Osorio al frente de la Fiscalía a fiscales honestos como Amelia Pérez y  a su esposo, no les quedó otro camino que el exilio. A Pérez la enredó en un supuesto apoyo a las FARC desde la investigación que realizaba sobre el atentado del club el Nogal. Aldana no es la única periodista que ha recordado el infierno que vivió Amelia Pérez y su esposo. La escritora y abogada María McFarland publicó en el 2018 su libro Aquí no ha habido muertos donde narra, según sus palabras, “el ciclo de terror, corrupción y tragedia impulsado por las drogas en Colombia no terminó con la muerte de Pablo Escobar en 1993. Justo cuando los colombianos estaban listos para dejar atrás el legado asesino de los cárteles del país, se desarrolló un nuevo y sangriento capítulo. A fines de la década de 1990, los grupos paramilitares de derecha con estrechos vínculos con el negocio de la cocaína llevaron a cabo una campaña de expansión violenta, masacrando, violando y torturando a miles de personas” Allí cuenta como a Amelia Pérez y a Gregorio Oviedo les tocó exiliarse al sentirse desprotegidos, “Gregorio Oviedo y Amelia Pérez tuvieron que salir del país en 2002 por la falta de protección y amenazas. En la administración de Luis Camilo Osorio en la Fiscalía no tuvieron garantías. El libro ‘Aquí no ha habido muertos’ habla de las personas que hicieron todo por destapar la verdad sobre el paramilitarismo”. Oviedo y su esposa fueron sobrevivientes del momento aciago de la historia del país en donde los paras quisieron “refundar la patria”. Los medios de los poderosos han cerrado fila, la causa está clara: Amelia Pérez no puede ser Fiscal del país. Su rectitud, su berraquera y decisión podría hundir a más de un “hombre de empresa exitoso”.

  • El compromiso de Suecia en la búsqueda de la paz en Colombia

    Por: Redacción Pares Foto tomada de: UTadeo La historiadora Diana Uribe en uno de sus programas de divulgación afirmó que una de las claves por las que Suecia ha podido cimentar su largo periodo de estabilidad y ofrecerles a sus ciudadanos un seguro estado de Bienestar es el no haberse metido en ninguna guerra en el Siglo XX. De hecho, la última guerra en la que participó fue en 1814 contra Noruega. Cuando en 1995 se adhirió a la Unión Europea uno de los compromisos fue ayudar a consolidar procesos de paz en África, Asia y América Latina. A través de la Agencia Sueca Internacional para el desarrollo, creada en los años sesenta, ha podido ser un faro para intentar erradicar el hambre, la pobreza, en el mundo. Otro de los secretos de la cultura nórdica ha sido la constante y profunda relación entre sus gobiernos y la sociedad civil. Suecia tiene uno de los modelos sindicales más estables y cooperativos del mundo, parte de la organización de las escuelas y del cuidado la tienen asociaciones de padres de familia y en gran parte del país es común que las personas estén en uno o dos voluntariados adicionales a sus trabajos formales. Fue uno de los primeros países en implementar una política exterior feminista y orientada a la construcción de paz en el mundo, y nadie hoy puede negar su rol en la lucha contra el cambio climático. En Colombia, Suecia ha ayudado al intento de consolidar la paz y el cumplimiento de los Derechos Humanos desde hace más de tres décadas a través de diversas estrategias de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el desarrollo, ASDI y de otros instrumentos de cooperación bilateral, desde la creación de su primera embajada en 1957. Gracias a esto se apoyó a la Defensoría del Pueblo, creada en la constitución de 1991, brindando recursos y capacidad técnica para la protección de los Derechos Humanos. En el 2003, según la investigación de Guillermo Martínez para la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario en el año 2017, la cooperación entre Suecia y Colombia en la búsqueda de la paz se solidificó en el año 2003 con la financiación y elaboración del informe Colombia, callejón sin salida, que estableció en que se enfocaría la colaboración de Suecia en Colombia: buscar una salida negociada al conflicto. Desde entonces los esfuerzos tanto diplomáticos como de cooperación han sido coherentes. Fue con apoyo de la cooperación sueca que la Corporación Nuevo Arcoiris, a través de su director León Valencia y de sus investigadores, Laura Bonilla, Mauricio Romero y Claudia López, hizo la investigación que develó el tamaño y complejidad de los nexos entre paramilitares y políticos. Esta investigación fue insumo para que la justicia colombiana terminara condenando a 86 congresistas. En el prólogo del libro Parapolítica, la ruta de la expansión militar y los acuerdos políticos, publicado en el 2007, el director de Nuevo Arco Iris agradece el auspicio de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ASDI para realizar esta ambiciosa y fructífera investigación. En el mismo período de tiempo se apoyó la reconstrucción del tejido social en lugares tan devastados como Montes de María y se aportó a instrumentos internacionales como la Unión Europea y el Sistema de Naciones Unidas en esfuerzos orientados a conseguir la paz. Durante el primer gobierno de Juan Manuel Santos, cuando arrancaron las conversaciones de paz con las FARC, el gobierno sueco aumentó la ayuda a Colombia de US$25 millones a US$34 millones. Con su programa Suecia, un socio para la paz en Colombia”, hizo más viable la posibilidad de terminar de manera pacífica el conflicto con las FARC.  En el año 2016 Margot Wallström, ministra de relaciones exteriores, aplaudía el final feliz que tuvieron los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Además anunciaba un paquete de ayuda para implementación de los acuerdos que alcanzaba los USD$ 112 millones que tendrían que aplicarse en los siguientes rubros: restitución de tierras, la reparación a las víctimas, las mujeres como actoras de paz, la promoción de la inversión de empresas en paz, la gobernabilidad y la anticorrupción, los esquemas nacientes de justicia transicional, las estrategias de reconciliación, la protección de los defensores de derechos humanos, las iniciativas de jóvenes para transformar entornos, las redes locales de paz hoy proactivas en la paz de los territorios y la pedagogía para la paz y la convivencia. La Cooperación Sueca continúa apoyando los esfuerzos de paz del país.  En el 2023 Per Olsson, director de la Agencia Sueca para la Paz, la Seguridad y el Desarrollo visitó Colombia y ratificó el compromiso con la implementación del acuerdo de paz del 2016 y también de la inclusión del enfoque de género en la actual política de seguridad. Así mismo, en esta nueva estrategia para Colombia se intuye que el país nórdico seguirá apoyando los esfuerzos de Paz en el país, lo que se percibe en la participación de Suecia como país acompañante del proceso de paz con el ELN. Este año se cumplen 150 de historia de las relaciones diplomáticas entre ambos países. ¡Qué difícil hubiera sido acercarse a la paz sin el apoyo de éste y otros países que se han mantenido al lado de la promoción de la paz! La continuidad de su apoyo será fundamental si en los próximos años aspiramos al definitivo y total silencio de los fusiles.

  • Los 3.800 cuerpos encontrados en el cementerio de Cúcuta y el holocausto paramilitar que vivió Norte de Santander

    Por: Iván Gallo Foto tomada de: El Heraldo A Edwin Ariel López Granados diez hombres armados le rompieron la puerta de su casa en la ciudadela Juan Atalaya, lo sacaron a rastas y lo metieron en una camioneta. A pesar de los gritos ningún vecino miró para afuera. Fue en la madrugada del 13 de abril del 2003. Los paracos mandaban en Cúcuta. A Edwin todos lo conocían. Era director de teatro, actor y hasta coreógrafo. Escribía poesía y era terco cuando opinaba. Era el artista de la Universidad Francisco de Paula Santander. El contestatario, el corazón del movimiento estudiantil. Y por eso los paracos lo tenían en la mira. Edwin apareció muerto dos meses después. Lo encontraron junto a otro estudiante, su amigo Gerson Gallardo Niño, ambos metidos en un cajón pintado con los colores del ELN en el ardiente kilómetro 18 de la vía Tibú-La Gabarra. Los dos tenían 23 años. Todos sabían lo que pasaba pero nadie hizo nada. Todos sabían que el que mandaba era el Bloque Fronteras de las Autodefensas Unidas de Colombia. Su jefe era Jorge Iván Laverde. Le decían el Iguano, pero también le podrían decir Satanás. Llenaba lagunas artificiales con babillas y allí echaba a sus enemigos. Hizo algo peor, adecuó dos ladrilleras que encontró en el municipio de Juan Frío, en Villa del Rosario, y las convirtió en hornos crematorios. Quemó más de 500 cuerpos allí. El punto de quiebre del horror en Norte de Santander fue el 21 de agosto de 1999. Ya las AUC habían entrado con todo a Tibú en mayo, haciendo una de sus masacres. Pero se quitaron la máscara en La Gabarra. Los sobrevivientes aún recuerdan esa madrugada. Se fue la luz desde temprano. Todo estaba oscuro cuando los paras entraron. La base militar, que quedaba al lado del río Catatumbo, a unos cuantos metros del casco urbano, no se movió. Bueno, sí se movió. Empezó a lanzar bengalas que estallaban sobre el pueblo iluminándole el paso a los paras que, lista en mano, iban sacando a la gente de las casas, los ponían bocabajo en su propio antejardín y le estallaban la cabeza de un balazo. La dueña del hostal que aún presta su servicio frente a la cancha central recuerda que las cabezas sonaban “como las guanábanas que caen al piso cuando maduran del árbol”.  Como sucede con la mayoría de masacres en Colombia nadie sabe la cifra exacta. Unos hablan de 39, otros de más de setenta. Es que no se contaron los que, desesperados, se botaron al río Catatumbo porque preferían morir ahogados a ser torturados por los hombres de Mancuso. Porque fue orden de Mancuso establecerse en Cúcuta y quitarle a las FARC y a otros carteles el monopolio de la droga. Se estima que en la Gabarra se podrían mover 30 millones de dólares al año en coca. Su cercanía a Venezuela, por el Catatumbo, lo convertía en un corredor de oro para llevar y traer gasolina, alimentos, licores y droga, todo de contrabando. La reunión clave se dio en 1997, en un prostíbulo llamado Rumichaca, cerca de San Antonio del Táchira. Allí, en medio de tragos y vallenatos, se estableció la meta de convertir a Norte de Santander en un fortín paramilitar. Se inauguraba el Bloque Fronteras de las AUC. La Gabarra sólo fue un punto más en el mapa. Al Tarra le dieron durísimo, a Herrán, el Carmen, Ocaña, Lourdes, San Calixto, Puerto Santander, Cornejo y Cúcuta. Las cifras son escalofriantes. Según el diario La Opinión existe un archivo en donde están reseñadas 13.919 personas muertas entre los años 1997 y 2005, plena hegemonía paramilitar. Fueron más de 1.000 hombres de las Autodefensas. El Iguano no fue el único comandante. Son muchos los habitantes del Catatumbo y Norte de Santander que recuerdan con horror los nombres de Albeiro Valderrama Machado, alias Piedras Blancas; Lenin Giovanni Palma Bermúdez, alias Álex y José Mauricio Moncada, alias Mocoseco, quienes estuvieron al frente del despojo, las desapariciones, las masacres, las torturas, los desmembramientos que vivió Norte de Santander y su capital. En Cúcuta mataron a líderes políticos como el poeta Tirso Vélez, aspirante a la gobernación de Norte de Santander quien fue baleado por sicarios en pleno centro, un mediodía. En Cúcuta desaparecieron estudiantes, torturaron líderes barriales, violaron mujeres, extorsionaban el comercio y controlaban a los políticos. Lo que ha pasado esta semana en el Cementerio de Cúcuta se explica en esos años de horror absoluto. La JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, hicieron una inspección en el cementerio central de la ciudad. Lo que encontraron les heló la sangre. 3.800 cuerpos metidos de manera irregular en bolsas de polietileno. La UBD constató que hasta el momento se han logrado identificar 211 restos de personas que figuraban como desaparecidas. En Norte de Santander hay reportadas más de 4.000 personas como desaparecidas. El hallazgo en el cementerio central demuestra no sólo las malas prácticas administrativas de la ciudad sino la complicidad que hubo entre alcaldía, gobernación y las Autodefensas. El cementerio central de Cúcuta es uno de los 20 en los que JEP y la UBD han intervenido para lograr encontrar los cerca de 80 mil desaparecidos que dejó el conflicto en Colombia. La búsqueda continúa. Se espera tener resultados tangibles el próximo 9 de abril, en el marco del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto armado. Es hora de que los familiares de los desaparecidos apaguen su dolor y puedan tener el derecho a llorar sobre sus muertos.

  • Conectividad y Energía: desafíos en el municipio de Arenal

    Por: Katerin Erazo, Periodista Arenal, un municipio estratégicamente ubicado en el departamento de Bolívar, se enfrenta a una serie de desafíos en términos de conectividad y energía mientras busca avanzar hacia un futuro digitalmente inclusivo. En el año 2023, la Línea de Jóvenes de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares) realizó un informe sobre comunidades de conectividad, dentro del cual se caracterizaron diez municipios pertenecientes al Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), siendo Arenal uno de ellos, caracterizado por el investigador Néstor Sánchez. Según este informe, con una extensión de 534 km² y una población de 19,743 habitantes, según datos ajustados al 2020, Arenal enfrenta retos significativos en su proceso de modernización y en el acceso equitativo a los servicios básicos. Situado entre los municipios de Río Viejo, Monte Cristo y Morales, Arenal abarca desde la majestuosa Serranía de San Lucas hasta la zona pantanosa de Cerro de Gómez, ofreciendo un paisaje diverso pero desafiante. A pesar de su riqueza natural, la conectividad y la energía siguen siendo esquivas para gran parte de sus habitantes, especialmente aquellos que residen en las veredas más alejadas. La cabecera municipal, situada a 400 km de la bulliciosa ciudad de Cartagena de Indias, enfrenta su propio conjunto de desafíos. Aunque cuenta con una altura moderada de 65 metros sobre el nivel del mar y una temperatura promedio de 29°C, la falta de infraestructura tecnológica ha dejado a muchos de sus residentes desconectados en la era digital. La situación se complica aún más al considerar el conflicto armado que aflige la región. Con la presencia de grupos como el ELN, las disidencias de las FARC y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, la seguridad territorial se ha convertido en una preocupación primordial. Las extorsiones y las amenazas acechan a las comunidades, obstaculizando cualquier intento de progreso y desarrollo. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el municipio de Arenal también alberga un espíritu de resistencia y colaboración. Con 64 grupos de interés identificados, incluidas organizaciones de mujeres, LGTBIQ+, consejos de juventudes y cooperativas, la comunidad está lista para enfrentar los retos que se le presenten. La participación comunitaria es fundamental para superar las barreras que impiden el acceso a la conectividad y la energía. En este contexto, el programa "Comunidades de Conectividad" se presenta como una oportunidad para impulsar el desarrollo y la inclusión digital en el municipio. Sin embargo, la falta de infraestructura tecnológica, la brecha digital y las preocupaciones de seguridad plantean desafíos significativos en su implementación. La accesibilidad geográfica ofrece una luz de esperanza, con una comunicación relativamente fluida entre la cabecera municipal y los corregimientos cercanos. Sin embargo, el camino hacia una conectividad completa y sostenible aún está por ser trazado. Según Sebastián Solano, coordinador de la Línea Jóvenes de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), en 2023, la Línea llevó a cabo una caracterización integral del municipio Arenal, Bolívar, en tres corregimientos para identificar las condiciones socioeconómicas, de acceso a servicios y conectividad. Los hallazgos principales de esta investigación fueron los siguientes: En el análisis de las condiciones económicas y el acceso a servicios en el Municipio de Arenal, se destaca la predominancia de actividades agrícolas y la generalizada disponibilidad de servicios básicos como energía y agua. Sin embargo, la evaluación de la calidad del servicio eléctrico se pondera como regular y deficiente. En los tres corregimientos se evidencia una carencia de infraestructura tecnológica, lo cual a su vez repercute en la prestación de un servicio eléctrico de calidad y, en consecuencia, en la ausencia de redes de internet y telecomunicaciones en el territorio. En cuanto a las condiciones de conectividad y acceso a tecnologías en el Municipio de Arenal, Solano mencionó que se caracterizan por desafíos evidentes. A pesar de su proximidad a la cabecera municipal, la limitada estabilidad en el suministro eléctrico limita la prestación y el acceso a servicios de telecomunicaciones. En términos de acceso a internet fijo, el coordinador de la Línea Jóvenes de Pares, el 95% de los hogares encuestados manifestaron que no cuentan con este servicio, y solo un hogar tiene acceso a internet con baja velocidad y conexión inestable, sugiriendo limitaciones significativas en la infraestructura y red de la zona. Informe “Comunidades de Conectividad (2023)” Respecto al acceso a internet móvil en teléfonos celulares, el 50% de los encuestados tiene acceso, pero la conexión es baja e inestable, mientras que el otro 50% no tiene acceso, posiblemente debido a la mala calidad del servicio o señal débil. Existe una brecha digital muy amplia en el municipio, especialmente en sus zonas rurales, debido a la regular y deficiente calidad del servicio de energía eléctrica, la escasa infraestructura tecnológica y el limitado acceso a las TIC para el desarrollo personal y comunitario. Informe “Comunidades de Conectividad (2023)” Sebastián Solano explicó que el municipio enfrenta diversos desafíos y oportunidades. El principal desafío reside en la carencia de infraestructura tecnológica, lo que dificulta la implementación eficaz de servicios digitales. Por ende, se recomienda realizar inversiones sustanciales en la infraestructura eléctrica para asegurar la estabilidad de estos servicios en los corregimientos. La amplia brecha digital, causada por la falta de redes de conectividad digital, representa otro desafío crucial. No obstante, esta situación también abre la oportunidad de implementar programas de formación que capaciten a la comunidad en el uso de dispositivos digitales, proporcionando acceso a información valiosa en internet. La seguridad territorial, afectada por conflictos armados en la región, se posiciona como un desafío significativo que requiere una evaluación cuidadosa de su viabilidad y seguridad en colaboración con las autoridades competentes. La presencia de procesos comunitarios en la región se revela como una oportunidad valiosa para facilitar la participación de la comunidad en programas, fomentando la colaboración y el trabajo en equipo. A pesar de las dificultades para acceder al municipio, la comunicación efectiva entre la cabecera municipal y los corregimientos presenta una oportunidad para la construcción de infraestructura de telecomunicaciones en la región.

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