
La guerra se ha intensificado. Los desaciertos a la hora de implementar los acuerdos de La Habana siguen siendo pagados por los colombianos que viven en el territorio. El último escenario de guerra ha sido la selva del Guaviare.
Después de sembrar el caos en el Cauca y en todo el occidente del país, la guerra interna entre los disidentes deja más de 30.000 personas confinadas en el Guaviare. Pero los hombres de alias Calarcá no son la única amenaza que se cierne sobre Iván Mordisco. El ejército ha redoblado esfuerzos para dar con él. El segundo comandante del ejército, mayor general Erik Rodríguez, es quien ha estado al frente de las operaciones contra el líder de lo que alguna vez se llamó Estado Mayor Central. Él es quien ha afirmado que las operaciones contra Mordisco se han intensificado hasta el punto de que este hombre está completamente acorralado.
La alianza con otro disidente, conocido por su alias de Alonso 40, le ha permitido crear rutas hacia la frontera, por donde podría desplazarse con facilidad, en caso de ser cercado por sus enemigos. Estas rutas también le facilitan mover toneladas de droga y mantener sus alforjas llenas. La fragmentación que ha sufrido lo que se conoció como el Estado Mayor Central ha llevado a que las poblaciones de departamentos como Meta y Guaviare sufran los rigores de la guerra.