
En el año 2007 Gustavo Anibal Giraldo se sentía tan tranquilo que hasta iba a Santa Marta a pasar vacaciones. El nombre puede ser el de cualquier colombiano. Era el alias el que le dio notoriedad criminal:Pablito era el más duro del frente oriental del ELN, comandante del Domingo Laín, la máquina de guerra que ha aterrorizado a Arauca desde los años cuarenta. Estaba tan confiado que viajaba solo a Bogotá por esa época. Y, en enero del 2008, mientras caminaba por la localidad de Puente Aranda, fue capturado por el ejército. Lo juzgan e inmediatamente lo envían a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita. Algunos medios de la capital afirmaban que era el golpe más duro que habría recibido el ELN en mucho tiempo. La importancia militar que le daba al ELN sólo era comparable al papel que cumplía el Mono Jojoy en las FARC.
La delegación del gobierno, encabezada por Iván Cepeda y Vera Grabe, ya alistaba maletas para encontrarse con miembros del COCE en Caracas y reanudar una negociación que ya estaba empantanada. Pero a principios de enero 4.000 hombres del ELN irrumpieron en el Catatumbo. Era una ofensiva contra miembros del EMB, las disidencias de las antiguas FARC, pero terminó siendo un ataque contra la población civil. Son ya 140 los muertos -algunos de ellos no pueden ser recogidos por ordenes del ELN- y más de 20 mil los desplazados que se agolpan en el estadio General Santander de Cúcuta. Estos guerrilleros del ELN llegaron desde Arauca y habrían usado el territorio venezolano para desplazarse. De comprobarse esto habría riesgo de que Venezuela siga siendo la sede de los diálogos de paz en caso de que estos se reanuden.