En una operación dirigida a combatir el hurto de hidrocarburos, las autoridades lograron destruir 52 refinerías ilegales en el área rural del municipio de Tumaco, Nariño. Estas refinerías formaban parte del sistema financiero ilícito de los grupos armados organizados Segunda Marquetalia, Oliver Sinisterra y Urías Rondón. Cada una de estas refinerías ilícitas estaba compuesta por piscinas artesanales en constante proceso de combustión, con una capacidad aproximada de 20.000 galones cada una. Esta actividad ilegal ha causado daños irreparables en las fuentes de agua y en el suelo de la región.

Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional llevaron a cabo una exhaustiva revisión en 25 estaciones de servicio en todo el departamento de Nariño. Utilizando equipos de análisis, verificaron la documentación reglamentaria y realizaron pruebas de marcación para identificar posibles irregularidades. El objetivo de estas acciones es desarticular el sistema de producción de refinados vinculado al procesamiento de la hoja de coca y su posterior venta en otros países. Además, se descubrió un robo de crudo valuado en aproximadamente 3.500 millones de pesos, que era destilado de manera artesanal para la producción de alcaloides.