El Frente de Guerra Nororiental del ELN asumió la responsabilidad del reciente atentado terrorista en Tibú, Norte de Santander, donde dos policías y una civil perdieron la vida. Según un comunicado emitido por el grupo armado, la acción fue llevada a cabo mediante el uso de minas activadas contra una patrulla de la Policía Nacional.

En el comunicado, el ELN argumenta que el ataque fue una respuesta a las supuestas "intimidaciones" por parte de las fuerzas de seguridad y exige al Gobierno una explicación sobre las operaciones que se llevan a cabo en la zona fronteriza y que, según ellos, violan los derechos humanos.

El grupo armado también expresó su pesar por el fallecimiento de Katherine Castillo Cárdenas, una víctima colateral que se encontraba cerca del lugar de la explosión. El ELN envió sus condolencias a la familia de la víctima, alegando que sus acciones no tenían la intención de causar daño a personas inocentes. Las autoridades de la Policía de Norte de Santander identificaron a las víctimas del ataque como el patrullero Andrés Idárraga Orozco y el subintendente Ángelo Raúl Martínez Arévalo. Además de los agentes de policía, una mujer que viajaba en una motocicleta también perdió la vida en el lugar del incidente.