
A las 10 de la mañana de Roma el presidente Gustavo Petro se reunió con el Papa León XIV, un día después de que se llevara a cabo la entronización del nuevo pontífice. Previamente se habían establecido los temas de la agenda. La canciller Laura Sarabia, quien fue fundamental para arreglar este encuentro, había dicho previamente que los temas que se tratarían tendrían que ver con Latinoamérica y la importancia de este continente en la resistencia a la extrema derecha que se destila desde Washington. En ningún momento se pensó que el ELN sería un tema que se pondría sobre la mesa. Pero Petro sorprendió con sus declaraciones. Reconoció que no sabe si había pecado de “ingenuo” pero le propuso a León XIV que el Vaticano pudiera ser la nueva sede de una posible reanudación de los diálogos con el ELN.