Por: Línea de Investigación en Frontera, Migración y Conflictos
La articulación entre la Embajada de España, la Alcaldía de Cúcuta, organizaciones sociales y la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), hizo posible el lanzamiento de la primera Escuela de Liderazgo Ciudadano y Comunitario de la Fundación Pares en Cúcuta. Posterior a una exitosa convocatoria, en la que se inscribieron 202 personas, 30 fueron los seleccionados para hacer parte de la Escuela: jóvenes entre los 20 y los 30 años, pertenecientes a organizaciones de base juveniles, entre los que se encuentran presidentes de Juntas de Acción Comunal, consejeros municipales de juventud y lideresas sociales pertenecientes a colectivos de la ciudad.
La inscripción tuvo en cuenta la experiencia en procesos sociales y las motivaciones de los y las jóvenes para participar. Así, la receptividad evidenció los múltiples liderazgos que se desarrollan en la ciudad y la necesidad de actividades de fortalecimiento en capacidades cívicas y políticas para ampliar el impacto de los trabajos que se adelantan en el territorio.
Es así que el 30 de junio los liderazgos juveniles seleccionados fueron reconocidos en un acto público que contó con la participación de Joaquín María de Arístegui Laborde, embajador de España en Colombia; Luis Celis, asesor de la Fundación Pares; Jairo Tomas Yáñez, alcalde de Cúcuta; y Adriana Pérez, directora del Observatorio de Asuntos de Género de Norte de Santander. A la actividad se sumaron organizaciones sociales e instituciones académicas, las cuales celebraron la iniciativa y el compromiso social de los elegidos.
La Escuela, que empezó el 02 de julio y tendrá una duración de 80 horas, permitirá que los jóvenes adquieran conocimientos en gobierno local, gestión pública, mecanismos constitucionales de protección y participación, economía local y rutas de atención institucional. La experiencia potenciará las apuestas comunitarias desde los saberes aprendidos, pero también desde el encuentro de las diferentes organizaciones. La formación representa, entonces, la posibilidad de articular esfuerzos a partir de la construcción de redes de apoyo y las reflexiones de los participantes sobre la situación fronteriza.
El proceso resulta prometedor toda vez que cuenta con el apoyo de diferentes organizaciones y la disposición de los jóvenes, lo cual se traduce en: aprendizaje de la ciudad desde las formas en que los participantes la recorren, la nombran y buscan alternativas para gestar cambios; la réplica de la información por parte de los becarios y la puesta en práctica de conocimientos diversos en un territorio históricamente conflictivo, pero en el que los jóvenes continúan apostándole a la transformación social.
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