Por: Redacción Pares
En enero del 2021, mientras se desplazaba por una carretera en el Valle del Cauca, fue asesinado Gonzalo Cardona Molina. Durante los últimos veinte años de su vida cometió un solo pecado: intentar ser el guardián del loro “orejiamarillo”. Gracias a su labor esta especie, endémica de Colombia, pasó de tener 70 ejemplares a más de 3.000. Las razones de su asesinato jamás fueron aclaradas pero estaba claro que no habían jugado a su favor el quitarle predios a fincas, el impedir que multinacionales quisieran explotar el páramo de Roncesvalles en Tolima. Pagó caro la osadía de decirle a los poderosos que la tierra en Colombia no se vende, que también sirve para mantener vida.
Un año después Camilo Osuna, quien quería transformar la vida de muchos jóvenes condenados a la violencia en Siloé dándoles la opción de participar en la creación de huertas comunitarias, fue asesinado brutalmente. También fueron asesinados Guazaquillo, guardián del ambiente en Puerto Asís, y tantos otros que quisieron salvar especies, bosques, el agua.
Estos son apenas uno de los tantos rostros de guardianes del medio ambiente que han sido asesinados en el país en los últimos doce años y que lo transforman en el más riesgoso en el mundo para ejercer la defensa del medio ambiente. Así lo determinó Global Witness quien viene registrando desde el 2012 los asesinatos de defensores del medio ambiente en el mundo. Colombia resultó siendo el que más riesgos conlleva. Desde esa fecha hasta acá han sido asesinados 461 líderes. Nada más en el 2023 79 líderes en el país cayeron. En el mundo se registraron 196 casos, el 85% se dieron en América Latina.
El caso de Colombia es más que preocupante. Entre el 2012 y el 2023 sólo hay un país en el mundo que llegó a registros de asesinatos que superaron los 400 y este fue Brasil. En ese periodo registró 401. En 1988 la selva amazónica brasilera sufrió una de sus pérdidas más grandes. Su más aguerrido defensor, Chico Méndes, fue abaleado al frente de su casa, bajo la angustiada mirada de sus hijas. Mendes iba contra caucheros y maderistas que aniquilaron millones de hectáreas dentro de lo que se considera el pulmón del mundo.
El asesinato de Méndes sirvió para que los gobiernos tomaran medidas contra el asesinato sistemático de líderes ambientales y se terminaría creando el Acuerdo de Escazú que, en teoría, está hecho para blindar a los líderes de este tipo de peligro. En Colombia, a finales de agosto, la Corte Constitucional revalidó el acuerdo en el país y se espera que deje de ser letra muerta y el gobierno entre con decisión a ayudar a los guardianes del ambiente.
Global Witness es una ONG internacional establecida el 15 de noviembre de 1993 que trabaja para romper los vínculos entre la explotación de recursos naturales, los conflictos, la pobreza, la corrupción y los abusos de los derechos humanos en todo el mundo. La organización tiene oficinas en Londres y Washington. En el registro de asesinatos de GW en el 2023 Colombia también ocupa el primer lugar con 79 líderes caídos seguido muy de lejos por Brasil con 25 y Honduras y México cada uno con 18. Fuera de Latinoamérica el país donde más riesgoso resulta ser un defensor del medioambiente es Filipinas. En el 2023 fueron asesinados 17 pero entre el periodo 2012 y 2023 la cifra subió a 298.
Colombia tiene la oportunidad de revertir esta tendencia durante la COP 16 que se realizará en Cali, la cumbre climática abordará este tema crucial para la defensa de la vida de los guardianes del medio ambiente. La fundación Paz y Reconciliación estará allí, presentando propuestas de Transición Energética y expresando además su preocupación por las pocas garantías que tienen los líderes ambientales en nuestro territorio.
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