Por: Lizeth Serrato Contreras
A propósito del difícil panorama de las empresas petroleras en Colombia, parece que por fin a Ecopetrol le llega un respiro. En los últimos días se ha escuchado hablar del proyecto Komodo-1 bajo la ejecución de Ecopetrol en asocio con Oxy, el cual responde a la exploración y explotación offshore de petróleo y gas en las profundas aguas del Mar Caribe colombiano, hecho que daría el título del primer hallazgo de petróleo en Costa Afuera a nivel mundial, según las primeras estimaciones realizadas.
Aunque es un proyecto que resulta beneficioso para el país, el proceso de Komodo-1 ha pasado por algunos altibajos en su trayectoria; se vio afectado a finales de julio del año en curso cuando el Ministerio de Ambiente decidió suspender los trámites del licenciamiento ambiental para la ejecución del proyecto, lo que llevó a Ecopetrol a suspender la perforación frente a la incertidumbre. Pero, la decisión ¿Cómo retrasa los tiempos del proceso? Según explicó la ministra Susana Muhamad, Komodo-1 no es un proyecto de inmediatez, sino que se pronostica que la primera extracción se dé dentro de 10 u 11 años, aproximadamente.
A pocos días de finalizar el 2024 la agencia Nacional de licenciamiento ambiental ANLA otorgó licencia a Komodo-1 para la perforación de hidrocarburos en aguas ultra profundas del Mar Caribe. Respecto a esto Muhamad se pronunció asegurando que "tras una rigurosa evaluación se consideró ambientalmente viable el desarrollo del proyecto exploratorio en aguas ultra profundas del Mar Caribe colombiano", con la anterior decisión Komodo-1 se posicionaría como el pozo de mayor profundidad a nivel mundial de esta naturaleza.
¿Por qué resulta tan significativo Komodo-1? Además de toda la inversión económica, el potencial que representa y las relaciones internacionales que se gestaron con Oxy, empresa estadounidense, también es una gran oportunidad de seguir posicionando a Colombia como referente energético y a la región Caribe como epicentro nacional en el mismo sector, puesto que el proyecto ha de realizarse bajo las capitanías del puerto de Barranquilla, Santa Marta y Riohacha a una distancia de 140 km de la costa aproximadamente. Por otro lado, Komodo-1 contará con una profundidad entre los 3841 y 4002 metros; habilitando un área de 1,6 millones de hectáreas con un potencial que se aproxima a los 50 terapíes cúbicos (TPC), lo que equivale a cerca de 17 veces las reservas actuales de Colombia.
Si bien este proyecto figura ser una garantía en la solvencia y seguridad energética del país, sin embargo, tanto las empresas como el mismo Ministerio deberán evaluar las implicaciones que generó la suspensión abrupta en octubre y el pronunciamiento a pocos días de iniciar el 2025. De ser un éxito, Komodo-1 llevaría a Colombia a puntear en la lista de países atractivos para la inversión en el sector, lo que llevaría a impulsar la economía e inyectar dinamismo en distintos aspectos del país.
Por lo pronto, ni Ecopetrol ni Oxy han realizado algún pronunciamiento oficial para saber los próximos pasos y el retorno de las actividades en el pozo. Lo que sí es seguro es que un proyecto de esta magnitud hace que el país ponga la lupa sobre ellos y siga de cerca esta gran bomba de petróleo y gas.