Por: Anderson Salinas
Enlace Norte de Santander de la Línea de Jóvenes en Riesgo y Participación Juvenil
Fuente: Perfil de Facebook de Ailen Duque
Es estudiante de sicología, tiene 20 años, integra la selección de taekwondo de la universidad Simón Bolívar y es una de las dieciséis personas becarias de la Escuela de Liderazgo Juvenil que adelanta la Fundación Paz y Reconciliación (PARES) con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
La Comisión de la Verdad en su informe final tuvo conocimiento de 369 víctimas de la comunidad LGBTI, que sufrieron 709 hechos de violencia en razón del conflicto armado colombiano. Un panorama que no es alentador para el liderazgo de las comunidades diversas, especialmente en Norte de Santander donde la realidad es adversa ante los procesos de organización.
Justo en la frontera entre Colombia y Venezuela, surgen liderazgos que con su valentía enfrentan las dinámicas de la violencia que históricamente las opaca. Algunos de los referentes en el departamento son Corporación Pride, Red Regional Diverses del Catatumbo y Movimientos visibles, el lugar donde Ailen Duque encontró respuestas para sumarse a la construcción de alternativas de vida.
“Me vinculé a Movimiento Visibles por el hecho de que tenían ese mismo corazón para defender las causas sociales en especial de la población LGBTIQ+, ver esa pasión y ese amor por lo que hacían me hicieron dar cuenta que ahí quería estar y más cuando sin conocerme me abrieron las puertas de una forma cálida”, comenta Duque.
Ailen es rubia, hace parte como líder de la línea de investigación de población LGBTIQ+ del Semillero de investigación en prácticas socio humanísticas, de la Universidad Simón Bolívar Diversa (SIPRAS); y la fuerza de su juventud la resplandece con una sonrisa cuando sueña en un mundo donde el amor sea la clave de la inclusión y la diversidad.
Desde la Fundación PARES, conversamos con ella sobre las oportunidades que se originan con su participación en la Escuela de Liderazgo Juvenil de Cúcuta.
- ¿Qué ha significado hacer parte de la Escuela de liderazgo juvenil?
Para mí hacer parte de la Escuela de Liderazgo Juvenil es algo muy importante para mí proceso de activismo y movimiento social con la corporación, significa que al completar el diplomado voy a estar más capacitada y voy a ser más útil en mi corporación gracias a los conocimientos adquiridos en la escuela. Significa también hacer nuevos amigos de otras corporaciones con las que no tenía contacto que quizás conocía de nombre, pero no había tenido la oportunidad de estar en un mismo espacio con representantes de la misma; lo que permite generar nuevas amistades y compañeros para próximos trabajos que nos beneficien entre corporaciones.
- ¿De qué manera ha influenciado la Escuela de liderazgo Juvenil en su trabajo de liderazgo en la ciudad de Cúcuta?
Me ha ayudado a proyectar mejor mi rol como líder en la implementación de proyectos e iniciativas, me ha permitido adquirir mayor conocimiento para así poder llegar a la población LGBTIQ+ que desde hace mucho tiempo a nivel histórico hemos sido vulnerables. Me ha empoderado, me ha hecho una mejor líder, para así poder representar a mi población y luchar por la visibilización y el cumplimiento de nuestros derechos. También cabe destacar la oportunidad de trabajar en red con otras corporaciones para así poder impactar a la población de mujeres rurales y diversas, por medio de una feria de emprendimiento que nace como proyecto de las clases en la Escuela de Liderazgo Juvenil y donde podremos darles una mejor visibilidad a sus negocios y con esta misma lograr que tenga una mejor economía para que así mejoren su calidad de vida.
- ¿Qué papel cree usted que cumplen los jóvenes diversos en la construcción de paz?
Los jóvenes diversos cumplimos un papel crucial en la construcción de la paz como gestores de respeto, igualdad, inclusión y justicia social, no solo para nuestra población, sino para toda persona que sea vulnerada. Aportamos nuestras perspectivas únicas y experiencias para promover cambios significativos, trabajando desde proyectos sociales, comunitarios, culturales o tecnológicos que fomenten el diálogo, la empatía y la colaboración. De esta manera, contribuimos a prevenir la violencia y garantizar que no se repitan los ciclos de exclusión y desigualdad, construyendo una sociedad más justa y equitativa para todos.
Es así, como en la perla del norte, la que fuera la frontera más activa de Colombia, la apuesta por el liderazgo de las comunidades diversas nace desde las juventudes; porque ya mencionaba Jaime Garzón, en algunos de sus discursos, que, si los jóvenes no asumían la dirección de su propio país, nadie venía a salvarlo…. Y en Cúcuta las banderas de una mejor ciudad se alzan desde las periferias.
Comentários