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Al campesino no le ha llegado la paz, ni la tierra

Por: Daniela Quintero. Redacción Pares


En el Acuerdo de Paz firmado entre el anterior gobierno y las otroras Farc en noviembre de 2016, se estipularon seis (6) puntos para dar fin a un conflicto de más de 50 años con la guerrilla más grande de Colombia.


El primero de ellos, titulado “Hacia un nuevo campo colombiano: reforma rural” prometió, entre otras cosas, sentar las bases para la transformación del campo, crear condiciones de bienestar para la población rural y, de esa manera, contribuir a la no repetición del conflicto.


Es por eso que, las organizaciones de derechos humanos, y las demás entidades que le hacen seguimiento al pacto de paz se reúnen con frecuencia para hacer un balance de cómo va la implementación del texto. Y más en un contexto en el que analistas aseguran que mientras el pacto va a paso lento; el asesinato a líderes campesinos, indígenas y afros va en aumento.


De acuerdo con el Sistema de Información-SIPARES de las Fundación Paz y Reconciliación-Pares desde que se firmó el acuerdo hasta este jueves se han registrado 37 líderes campesinos asesinados.


Este jueves, la Defensoría del Pueblo, encargada de velar por los derechos de todos los colombianos y colombianas, llevó a cabo un foro agrario para discutir cómo va el punto uno (1) del Acuerdo, y a partir de las conversaciones construir relatorías y memorias del evento para proponerle una estrategia al nuevo gobierno en materia de reforma agraria.


El defensor del Pueblo, Carlos Negret realizó la apertura del evento “Reforma Rural y Justicia Agraria”, y reflexionó sobre el rol que tiene el campesinado como principal afectado de las políticas agrarias. “Al campesino no le ha llegado la paz, al indígena no le ha llegado la paz, al afro no le ha llegado la paz, pero tampoco les ha llegado la tierra”, apuntó.


Por su lado, Oscar Darío Amaya, Consejero de Estado, expresó en el panel que con el Acuerdo de Paz o sin el Acuerdo de paz ha habido una deuda con la reforma agraria.


El campo, un escenario del conflicto armado


Pares habló con Alejandra Vega especialista senior en tenencia de la tierra de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-FAO, una de las panelistas del foro. La FAO Colombia tiene una unidad de tenencia de tierras desde hace algunos años y tiene unos instrumentos internacionales que lo habilitan para trabajar el tema en Colombia.


“En materia del Acuerdo de Paz nosotros además tenemos un papel dentro de los acuerdos como una secretaría técnica al seguimiento del punto uno (1), una secretaria técnica que tiene que ver con la sociedad civil, pero también tiene que ver la institucionalidad”, contó a Pares.


Asimismo, expresó que el tema del campo colombiano salió a flote en la discusión de los diálogos de paz, pero ha sido un contexto que ha estado presente desde siempre. “Además fue un motor muy importante para el conflicto armado en Colombia por lo tanto es muy importante buscar salidas para resolverlo”, aseguró.


La FAO ve que se están haciendo esfuerzos para la implementación. Se está haciendo un enorme esfuerzo en la actuación masiva en los territorios a través de la estrategia de lo que hoy se denomina Plan de Ordenamiento Social de la propiedad rural.


Según Vega, visto metodológicamente facilita la relación entre las entidades y los campesinos y posibilita resolver esos conflictos que históricamente no se habían podido resolver y ayuda a que la gente pueda acceder a la institucionalidad así sea por un tiempo determinado.


Claro está, que se han presentado diversos problemas históricos de la tierra en Colombia, tales como el de propiedades, las posesiones no resueltas y el tema de baldíos nunca arreglados. También el tema de otras materias espaciales como víctimas y restitución que están ahí presentes en los territorios.


Durante el foro se abordaron temas de actualidad para el logro de la paz estable y duradera con justicia social, como la reforma rural integral, la justicia agraria y la solución a la problemática de cultivos ilícitos.


“Las economías ilegales afectan hoy al campesino, a la comunidad indígena, a la comunidad afro y en eso tenemos que trabajar. Si el gobierno, el Estado no miran el campo no vamos a tener condiciones para la paz”, apuntó por su parte Negret.

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