Por: Sergio Saavedra. Periodista Pares.
“En el resguardo de San Andrés de Pisimbalá, en Inzá, Cauca, sujetos armados entraron a una casa, sacaron a cuatro (4) jóvenes los subieron a un carro para matarlos, en el camino y aprovechando la noche tres lograron escapar al cuarto lo mataron. El Cauca a merced de la violencia señores del gobierno.” De esta forma se refirió el senador indígena del Partido MAIS, Feliciano Valencia, sobre los últimos hechos ocurridos en el departamento del Cauca.
Según el comunicado de la Asociación Juan Tama Territorio Ancestral Resguardo Indígena de San Andrés de Pisimbalá la persona asesinada fue Gilberto Fincue Achicue, el 22 de marzo de 2021.
El senador Valencia amplió la información en los micrófonos de UNICAUCA Estéreo y señaló que se ha venido denunciando la situación de seguridad desde 2020 en los municipios de Páez Belalcázar, en Inzá, en la región de Tierra Adentro; sobre el reclutamiento de menores de edad, asesinatos selectivos, presencia de estructuras criminales. Insistió sobre la presencia del Grupo Armado PostFARC – Dagoberto Gómez, quienes —según sugirió el senador— estarían detrás de los últimos hechos.
El reclutamiento de menores es el tema sobre el que más llama la atención el senador Feliciano Valencia. De acuerdo con lo dicho en entrevista con UniCauca Estéreo podría tratarse de más de 100 menores que están siendo víctimas de reclutamiento forzado puesto que la alcadía de Páez Belalcázar, en 2020, ya tenía registro de 30 menores, según precisó Feliciano. Además, resalta que las víctimas son niños, niñas y jóvenes campesinos e indígenas.
Para Juan Manuel Torres Erazo, coordinador de la Oficina de Pares Pacífico, además de la situación de reclutamiento forzado por parte de los grupos armados a niños, niñas y jóvenes; los grupos que operan en la región están victimizando a las comunidades indígenas con el fin de pasar la marihuana. Es decir, llevarla a departamento del Huila; es otra forma de que llegue hasta Bogotá. Estas victimizaciones, también, se dan en carreteras rurales. Esto, según el investigador, debido a que las autoridades indígenas tienen puntos de control en las que las comunidades impiden el paso de la marihuana.
Juan Manuel además señala que San Andres de Pisimbalá, corregimiento en donde ocurrieron los hechos victimizantes “es muy cercano al Parque Arqueológico de Tierra Adentro”.
El oriente caucano
De acuerdo con Juan Manuel, es importante poner en perspectiva la situación del reclutamiento y los asesinatos con las condiciones geográficas del oriente caucano. “Esta región tiene sectores de comunidades indígenas del Pueblo Nasa, especialmente de los municipios de Totoró e Inzá, porque hay un oriente caucano que es de las comunidades indígenas de Kokonuko y Yanakona”, precisa el investigador Pares.
Para el caso de Totoró, municipio cercano a Popayán, hay un aspecto estratégico que lo reviste de valor. Según Juan Manuel, ese valor tiene que ver con la conectividad que representa.
“Si bien hay un proyecto vial que lleva más de diez años ejecutándose y no se ha terminado; cambió la conexión que antes se hacía por Kokonuko, Paletará, Isnos para llegar a San Agustín o Pitalito. En este orden de ideas, ha habido una gran inversión para la construcción de la vía ‘La Transversal del Libertador’ que comunica a Totoró con La Plata (Huila). Si bien no ha sido terminada; permite que Popayán y Neiva se conecten más fácilmente”, expresa Juan Manuel.
Ahora bien, Juan Manuel precisa que la Columna Dagoberto Ramos, para 2019, “comenzó a realizar sus primeros anuncios de llegada a Totoró, especialmente al corregimiento Gabriel López. Además de ir haciendo las “pintas” (grafitis con la denominación de Grupo Armado) han asesinado personas, asesinatos selectivos en la vía”. Uno de ellos, por ejemplo, se presentó en septiembre de 2020; cuando asesinaron al líder indígena Oliverio Conejo Sánchez y a su hija Emily Conejo, de 22 años, en el corregimiento de Gabriel López.
Según el investigador Pares, la columna Dagoberto Ramos, desde hace dos años, estaba consolidando su presencia —especialmente— en el Norte del Cauca. De allí desplegaron su proceso de expansión hacia el oriente. Es decir, por Jambaló, por los alrededores de Silvia y se han podido establecer hacia Totoró, Inzá y en la zona de frontera con Huila. Zona de frontera que resulta clave, entre otras cosas, por la presencia de páramos.
«La presente publicación ha sido elaborada con el apoyo financiero del Fondo Europeo para la Paz. Su contenido es responsabilidad exclusiva de Tejidos y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea.»
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