top of page

Alicia Arango, la mujer que se inventó a Alvaro Uribe, ahora quiere poner a Vicky Dávila de presidenta

Actualizado: 4 abr

Por: Redacción Pares





El 19 de agosto del 2020, cuando fue detenido el entonces senador Alvaro Uribe Vélez por el caso que se le sigue sobre una presunta manipulación de testigos, Alicia Arango salió a una entrevista con Blu Radio a expresar su tristeza por lo que le estaba pasando al expresidente. Una de sus frases que más retumbó fue la siguiente: “Tengo el corazón roto, me siento huérfana”. La verdad es mucho más compleja. Fue Alicia Arango quien se inventó el mito de Alvaro Uribe Vélez.

 

Cartagenera de 68 años, especialista en Gestión Pública, pocos le reconocen el haber apostado por Uribe cuando este, a escasos meses de las elecciones del 2002, apenas tenía un 1% de aprobación. El gran favorito, el que pensaban los analistas iba a ser presidente sin ningún problema era el liberal Horacio Serpa. Entonces aterrizó a la campaña uribista Alicia Arango y se puso al frente de ella junto a Sandra Suárez quien hasta la llegada de los Gilinski a Semana era la gerente de la revista. Le dieron un vuelco a la misma, ayudaron a impulsar una campaña -promovida por el publicista Carlos Duque -quien se arrepiente de haber votado por Uribe- que se hizo famosa en todo el país “Mano dura, corazón grande”.

 

El país, que ha alternado periodos de búsqueda de paz con la confrontación militar, venía de un frustrado diálogo con las FARC en donde esta agrupación guerrillera se hizo fuerte aprovechando la zona de despeje que le dejó el gobierno Pastrana. Ahora Colombia quería que se combatiera con toda la fuerza militar a las guerrillas. Con la ayuda de Estados Unidos consolidada en el Plan Colombia, el ejército nacional se modernizó y se pudo lograr lo que en los noventa era impensado: acorralar a las guerrillas. Pero no las derrotó. Uribe, en campaña, prometió acabar con las FARC en seis meses. En dos periodos no pudo hacerlo.

 

Hubo un debate, en esa campaña presidencial al 2002, que fue crucial para la disparada de Uribe. Fue en enero de ese año. Serpa apoyaba la continuación del diálogo con las FARC a pesar de que la paz de Pastrana había colapsado. Liberal, convencido de la necesidad de llegar a acuerdos de paz, Serpa proponía una nueva aproximación a una mesa de concertación. Uribe dio un golpe de mano y, preparado por Alicia Arango, quien paradójicamente había llegado a la política por una samperista convencida como es Adelina Covo -la suegra de Armando Benedetti, lanzó una arenga sobre la necesidad de combatir con toda la fuerza del estado a las guerrillas. Una encuesta, publicada en febrero del 2002, mostraba que la torta se había volteado: Uribe aparecía con un 39% de favorabilidad mientras Serpa apenas tenía el 30%. En las elecciones presidenciales el de la Mano Dura ganó en primera vuelta obteniendo 5.862.655 votos, sacándole a su rival liberal una diferencia de más de dos millones de votos sacando el 54% de la votación.

 

El cargo que obtuvo Alicia Arango en la primera presidencia de Uribe era la de organizarle la agenda al presidente, fue la secretaria privada de la Casa de Nariño. Era el retén que separaba a los funcionarios, a los mandatarios locales y a los congresistas de un presidente que llegó a tener más del 70% de favorabilidad. Al final del segundo mandato de Uribe fue recompensada con la embajada de Colombia en Suiza. Regresaría al país en el 2014 en donde le dio la mano al expresidente para crear su propio partido, el Centro Democrático. Fue presidenta de esa colectividad y después de una extensa reunión en la finca que tiene Fabio Echeverry en Subachoque se determinó que el candidato con el que el Centro Democrático iría en las elecciones del 2018 era Iván Duque, una decisión que sigue cayendo mal dentro de ese partido.

 

Alicia Arango desde entonces ha sido criticada dentro del Centro Democrático por ser “el ala moderada” de esa colectividad. Se le identifica más dentro del sector del duquismo -si esa palabra existe- que dentro del uribismo. Este 31 de marzo la ex ministra de Iván Duque fue noticia porque se confirmó la llegada de Alicia Arango a la campaña de Vicky Dávila. María Fernanda Cabal, en diálogo con la W Radio, afirmó que Arango “no es ni delegada, ni enviada, ni autorizada, ni desautorizada por Uribe”

 

La Cabal no dudó en afirmar que Arango representa más al duquismo. Y es que la relación con el expresidente se ha enfriado. Vicky Dávila, quien busca desmarcarse también de Uribe, encuentra en Arango, una ex purasangre uribista, la mejor herramienta para venderse como una outsider. Esa es la carta que terminaría jugándose la ex directora de Semana.

 

 

Comentários


bottom of page