Por: Paola Marín e Iván Gallo
Se llamaba David Estíven Fernández Soler y le decían en su familia Coco. Era aguerrido, luchados. Siempre fue un líder de su barrio en la localidad de Kennedy. En el 2021, en pleno estallido social, cansado de los sucesivos gobiernos de Álvaro Uribe y sus alfiles, del desprecio con el que miraban a las clases menos favorecidas, y la violencia que se acostumbró a usar el ESMAD para sofocar las protestas sociales, Fernández Soler integró la Primera Línea. Más que un tropelero, él era un conciliador, un estratega. Por eso hace parte del comité político de la Primera Línea en el portal Resistencia. Así se conoció durante el 2021, en medio de las protestas al gobierno de Iván Duque, el reconocido portal Américas al sur de Bogotá.
El 21 de noviembre del 2019, después de que el entonces ministro Alberto Carrasquilla presentara al Congreso el borrador de una Reforma Tributaria en donde se gravarían hasta alimentos básicos para la canasta familiar, se desató una serie de protestas que se agravarían con el asesinato del joven Dylan Cruz. La aparición de la pandemia y las posteriores medidas de cuarentena para frenarla hicieron que las manifestaciones quedaran congeladas desde marzo del 2020. Lejos de calmarse los ánimos, la falta de reacción de Duque ante la pandemia y las restricciones que tuvieron muchos vendedores informales y personas que tenían un trabajo en condiciones precarias, fueron inconando razones para salir a la calle a protestar con mayor ahínco. Así se da, en abril del 2021, lo que ya la historia considera un “Estallido social”.
Desde el 28 de abril los focos de concentración de las manifestaciones dejan de ser los tradicionales, la Plaza de Bolívar, o el Centro de Bogotá. No, se dan en dos puntos, uno al norte, que es el Portal de los Héroes -que terminaría demolido por la construcción del Metro- y el portal Américas. En ese lugar fue donde más ocurrieron abusos de autoridad. La policía se explayó en su labor de reprimir.
La policía señalaba las supuestas quejas de vecinos al afirmar que el Portal Resistencia se estaba convirtiendo en una olla donde imperaba el microtráfico. Un reportaje del diario el Espectador demostró que esto no era cierto, que los muchachos “estaban quietos”. Incluso se evidenció un respaldo popular a los muchachos del portal. En la represión del ESMAD los vecinos muchas veces tenían que salir de sus casas, ahogados por los gases que arrojaban los uniformados.
El joven David Estiven, a sus labores en el Portal Resistencia le sumó la de ser líder de su barrio. Salía, con un cartelito en el pecho, buscando las firmas necesarias, de manera independiente, que lo llevaron a ser consejero local de la localidad de Kennedy. En ese momento, cuando el estallido empieza a disolverse, es cuando se le acercan personas pertenecientes a las EMC. Usan la estrategia que han hecho con muchos jóvenes de movimientos sociales que adolecen del debido cuidado del estado que les garantice protección a sus vidas. Empiezan a trabajarlos sicológicamente, a meterles cizaña, a decirles que corren peligro, que los van a matar, que hay paramilitares acechándolos. Las EMC entonces se comprometen a ofrecerles seguridad y dinero, sólo yéndose al monte con ellos podrán conseguir tranquilidad para ellos y su familia.
Acá sucede algo, David Estiven tenía 20 años, era mayor de edad, así que no se puede hablar de reclutamiento forzado sino reclutamiento coaptivo. El ministerio de la juventud está haciendo labores de denuncia sobre este crimen del que han sido víctimas varios jóvenes que pertenecieron a la Primera Línea y a los que les vendieron la idea que se irían a luchas al monte en búsqueda de un mundo mejor, al llegar, como alcanzó a contarles David Estiven a sus familiares en las dos únicas veces que pudo hablar con ellos, lo único que encontró fue un grupo completamente concentrado en el narcotráfico, la extorsión y demás actividades criminales. La última vez que vio a su familia, el 26 de noviembre del 2022, afirmó que no se quería ir. Que se lo llevaban por la fuerza. La familia incluso buscó la manera de impedir su partida. Pero se lo llevaron. Los que lo querían pusieron una denuncia ante la Fiscalía por el reclutamiento de Coco. Pero, al poco tiempo, las EMC afirman que no, que él está feliz.
Incluso publican un video en donde se ven a David Estiven con un fusil, afirmando que está haciendo lo que quiere, que se fue al monte de manera voluntaria. Pero su madre, Angélica Soler, supo ver en esas imágenes al miedo carcomiéndose el alma de su hijo. Ni siquiera miraba a la cámara. Gustavo Bolívar incluso compartió ese video en sus redes sociales.
Poco tiempo después fue visto al lado de Iván Mordisco, en los diálogos del Yarí. Se notaba que el comandante de las disidencias quería mostrarlo como un trofeo de guerra, tenía a su lado un joven ideólogo, que ganó una elección local. Era la prueba que tenían las EMC que eran mucho más que un grupo de narcotraficantes.
El 7 de junio del 2023 fue la última vez que David Estiven habló con su familia. Afirmó que se les había volado al EMC. Estaba en el Caquetá, en una zona controlada por ese grupo armado. Realizar un rescate era difícil. Sobre este caso se ocupó fue la Fundación Nydia Erika Bautista. A través del ministerio de la juventud consiguieron que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgara medidas cautelares en su favor, reconociendo que se encontraba en una “situación de riesgo de daño irreparable a sus derechos en Colombia”. El área en la que estaba David Estiven era controlada por el frente Jorge Briceño que opera en el Meta, Huila y Caquetá, era la línea del EMC que se encuentra con Calarcá.
El 31 de julio del 2024 el propio Iván Mordisco dio la peor de las noticias a través de una entrevista concedida a Blu Radio: “El homicidio ordenado por Calarcá del joven David Steven Fernández Soler, integrante de la primera línea que buscó a la organización para refugiarse de la represión paramilitar y que hicieron pasar por desertor para asesinarlo”.
Dentro del colectivo Memoria Viva David Fernández Soler y el propio ministerio de la juventud se está buscando justicia y denunciar además la práctica del reclutamiento coactivo que está poniendo en práctica cada vez más el EMC.
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