Por: Fundación Paz y Reconciliación
Conociendo la personalidad de Gustavo Petro no ha sorprendido los grandes retos a los que se ha sumido como presidente. Reformas en lo social, en lo agrario, en lo político y la apuesta de Paz Total, dejaban en claro que Petro pensaba mandar y dejar legado. Nada ha sido fácil en estos dos años. Las mayorías en el Congreso han estado esquivas a la hora de aprobar sus cambios y el apoyo que ha pedido en la calle no ha sido decisivo. Pero Petro sigue creyendo. La llegada de Juan Fernando Cristo al ministerio del Interior podría ser vital a la hora de activar a los operadores políticos.
Los remezones que han provocado la salida de 37 ministros y ministras y 54 viceministerios, los escándalos de corrupción como el de la UNGRD, el crecimiento de la extorsión y la ofensiva del EMC en el Cauca, no han agrietado la economía como podría esperarse. Tampoco su imagen ha decrecido significativamente u gestión es mucho mejor valorada en 2024 que en 2023, llegando a un 35% de aprobación y su piso de popularidad alrededor del 30%. Petro además ha intentado posicionarse como una figura de peso internacional a partir de su decisión de dar el paso a la Transición Energética, la implementación del Hidrógeno Verde, su negativa al fracking y su determinación a la hora de defender el medio ambiente.
La Fundación Paz y Reconciliación ha recogido en un informe las victorias y derrotas de un gobierno que ha tenido el valor de arriesgarse hasta el punto de quedar expuesto, por esa ambición, a escándalos de corrupción, a un desgaste en la imagen que le han sabido cobrar medios de comunicación y la propia oposición. Acá se hará un barrido por las promesas que se cumplieron, las que están en avance, las que no se han podido concretar, cómo está la ejecución presupuestal, la economía, las propuestas de Transición Energética, la cultura, el congreso.
Previamente habíamos presentado un gran informe de Paz Total al que titulamos ¿Plomo es lo que viene? Un balance que será publicado en las próximas semanas bajo el sello editorial de Debate. En ese informe presentamos las complicaciones que ha tenido el gobierno a la hora de sentarse a hablar con el ELN, el EMC, la Segunda Marquetalia y enfocarse, además, en las complejidades de una Paz Urbana, grupos a los que difícilmente se les podría dar un estatus político y en donde la única posibilidad es el sometimiento. En él determinamos que la expansión de los grupos armados no es producto de la política de Paz Total de este gobierno sino que esto viene pasando desde el 2017 y tiene que ver con la deficiente implementación de los acuerdos de Paz a los que se comprometió el gobierno de Juan Manuel Santos. La incapacidad del Estado para ocupar los espacios dejados por las FARC provocó que disidencias y el propio Clan del Golfo, los copara.
A continuación, presentamos un balance necesario que aspira a dar respuestas a los interrogantes que despierta el desempeño del primer gobierno de izquierda que ha ganado unas elecciones presidenciales en Colombia:
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