Por: Katerin Erazo, Periodista
En la madrugada de hoy, 15 de octubre, un nuevo episodio de violencia azotó la vereda Cerro Bravo, ubicada en el municipio de Aguachica, departamento del César. En este enfrentamiento, dos soldados del Batallón de Infantería N.° 14 Capitán Antonio Ricaurte fueron víctimas de un ataque perpetrado por el Frente Camilo Torres del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Uno de los militares, el soldado Ramón David Pacheco Regino, resultó gravemente herido y falleció tras ser trasladado a un centro médico en Aguachica. Otro soldado, Jhaesi José Teherán Arrollo, fue también herido, pero se encuentra estable, bajo observación médica.
El ataque, que ocurrió mientras las tropas realizaban operaciones de control territorial, ha sido calificado por el Comando de la Quinta Brigada del Ejército como un acto terrorista, ejecutado presuntamente por un francotirador del ELN. Las fuerzas militares han respondido intensificando su presencia en la región, con el objetivo de capturar a los responsables de este ataque y llevarlos ante la justicia.
El Comando de la Quinta Brigada expresó su categórico rechazo a esta emboscada, reafirmando su compromiso de salvaguardar la seguridad de la población civil. En un comunicado, señalaron que, además de reforzar las operaciones militares en la zona, un equipo interdisciplinario ha sido asignado para brindar apoyo integral a la familia del soldado fallecido, incluyendo asistencia psicológica, social y logística.
El alto mando militar también extendió sus condolencias a los familiares, amigos y compañeros de Ramón David Pacheco, subrayando que su sacrificio no será en vano. "Este acto violento es una prueba más de los desafíos que enfrentan nuestras tropas en su misión de proteger al país de los grupos armados ilegales", se afirmó en el comunicado. Las autoridades continúan investigando los hechos para esclarecer los detalles del ataque y tomar medidas preventivas para evitar futuros incidentes de este tipo.
Este ataque presuntamente podría estar relacionado con la reciente operación militar conjunta entre el Ejército y la Policía Nacional en la vereda El Salado, en Ocaña, un municipio cercano a Aguachica. El pasado 11 de octubre, las autoridades desmantelaron un laboratorio clandestino de producción de cocaína que pertenecía al Frente Camilo Torres del ELN. Según los informes oficiales, el laboratorio tenía capacidad para producir hasta tres toneladas de cocaína mensuales, y su valor se estimaba en más de 7.000 millones de pesos.
Durante el operativo, las fuerzas del orden incautaron más de 100 galones de clorhidrato de cocaína en solución, 25 kilos del estupefaciente ya procesado, y aproximadamente 30 kilos de pasta base de coca, además de diversos insumos utilizados en la producción de estas sustancias ilícitas. Este golpe representa un duro revés financiero para el ELN, que ha recurrido al narcotráfico como una de sus principales fuentes de financiación.
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente, las autoridades no descartan que el ataque en Cerro Bravo haya sido una represalia del grupo guerrillero por la pérdida de este importante activo en su estructura criminal. En lo que va de 2024, la Trigésima Brigada del Ejército ha logrado incautar más de seis toneladas de clorhidrato de cocaína en el departamento de Norte de Santander, debilitando significativamente las finanzas de los grupos armados ilegales en la región.
Este incidente ocurre en un contexto de estancamiento en los diálogos entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN, los cuales están suspendidos desde mediados de septiembre. Las negociaciones se vieron interrumpidas tras un ataque perpetrado por el ELN contra una base militar en Puerto Jordán, Arauca. Desde entonces, las conversaciones han permanecido congeladas debido a desacuerdos clave entre las partes.
El 15 de agosto, el ELN rechazó una propuesta confidencial presentada por el gobierno para reanudar las conversaciones. Además, el grupo guerrillero ha insistido en su demanda de ser retirado de la lista de Grupos Armados Organizados (GAO), una condición que el gobierno aún no ha cumplido. A pesar de esto, el ELN ha expresado su disposición a retomar el diálogo, pero culpa al gobierno por lo que consideran un incumplimiento de acuerdos previos.
Por su parte, el gobierno ha reafirmado su compromiso con la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado, pero ha subrayado que la eliminación del ELN de la lista de GAO debe estar acompañada de garantías concretas por parte del grupo guerrillero, incluyendo la suspensión de ataques contra las Fuerzas Militares y la población civil.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, expresó recientemente su frustración con la falta de avances en las conversaciones, calificando el momento actual como una etapa crítica para el proceso de paz. "El gobierno ha actuado con generosidad, pero parece que al ELN los dejó el tren de la historia", declaró Cristo, reflejando la impaciencia de la administración ante la negativa del ELN a aceptar las condiciones propuestas.
El ataque en Cerro Bravo es un recordatorio de los desafíos de seguridad que enfrentan las comunidades del sur de César y del norte de Santander, regiones que han sido históricamente afectadas por la presencia de grupos armados ilegales. A pesar de los esfuerzos del Ejército y la Policía por desmantelar las estructuras criminales del ELN y otras organizaciones, la violencia sigue siendo una constante en la vida diaria de estas comunidades, que permanecen atrapadas en el fuego cruzado entre las fuerzas del Estado y los grupos insurgentes.
Con la reactivación de operaciones militares en la zona y el endurecimiento de las medidas de seguridad, las autoridades esperan no solo capturar a los responsables de este ataque, sino también garantizar la tranquilidad de la población civil. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto mientras el ELN continúe oponiéndose a los esfuerzos del gobierno para alcanzar una paz negociada.
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