Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares
El director de la Fundación Paz & Reconciliación -Pares, León Valencia, analizó la Minga Indígena por la vida que se viene adelantando por casi 20 días en el departamento del Cauca, a la cual se le ha unido más comunidades indígenas de otros departamentos y que ha sido respaldados por sectores políticos y de la sociedad civil.
Esta conformación del sentir rural y ancestral sucede mientras el presidente Iván Duque se niega a reunirse con los líderes de la Minga.
Para León Valencia, es un despropósito señalar que la Minga deba recurrir a un camino burocrático para presentarle las exigencias al gobierno de turno, pues, históricamente, las maniobras dilatorias y el incumplimiento con el pliego de peticiones que han hecho las comunidades, ha sido una constante.
Reclamos históricos no atendidos
De esta forma, Valencia plantea que si ese fuese el camino, ¿El presidente Duque sí se hubiese presentado en el Cauca? la respuesta es no. Un ejemplo de ello es que ya que las comunidades y las organizaciones sociales han manifestado la difícil situación que atraviesa el departamento del Cauca con el recrudecimiento de la violencia y, ante eso, no han sido escuchadas.
Así como no se han garantizado los derechos a la comunidad indígena a lo largo de la historia, en estos ocho meses del gobierno Duque sus derechos siguen siendo vulnerados.
A partir de esa práctica dilatoria del Estado, las comunidades del Cauca se han abocado a tomarse la vía Panamericana, pues de esta forma el gobierno nacional tendrá que prestarle atención a las consignas que han manifestado.
Sin embargo, las comitivas que envía el gobierno, por la experiencia que han tenido las comunidades, resultan insuficientes pues estas delegaciones enviadas por el presidente no han demostrado proyectarse como garantía en término del cumplimiento de las consignas demandadas.
Lo que señala Valencia sobre esa práctica de los gobiernos, es que envían los funcionarios, firman acuerdos que después no cumplen.
Duque y la Minga, un error tras otro
La razón que argumenta el presidente Duque de no ir al Cauca hasta que levanten el bloqueo de la vía Panamericana, es reducida al absurdo por la experiencia larga que les ha dejado a las comunidades el acceder; para que después el Estado prescinda de los reclamos territoriales.
La forma en la que ha manejado la Minga ha sido un error a todas luces, pues la ausencia del Presidente ha acrecentado la fuerza de la protesta que, incluso se proyecta a tener alcance nacional. Las críticas a la Minga son un ‘boomerang’ para Duque.
Las críticas que el partido de gobierno, desde el presidente, la vicepresidenta y algunos de sus cabezas ministeriales cada vez gozan de menos valor en la opinión pública.
Muestra de ello es la crítica frontal que señala que la Minga está siendo infiltrada por actores violentos, cuando el primer actor que llega a interlocutar con la Minga es el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), pie de fuerza de la Policía Nacional o soldados del Ejército Nacional.
Por su parte, este jueves el presidente Duque, reiteró el llamado a la minga indígena en el Cauca a que levanten las «vías de hecho» en medio de las protestas y bloqueos que adelantan en el sur del país, tras advertir que en esas condiciones la delegación del Gobierno no negociará.
El mandatario señaló que en su administración no se van a tolerar situaciones de presión, para obligar al Gobierno a dialogar en medio de la protesta que ya completa más de 15 días en el departamento del Cauca.
Cuando el uribismo alentaba las protestas
Sobre el alegato por parte de las toldas del gobierno de que en la Minga indígena hay una infiltración de fuerzas políticas, Valencia cita el ejemplo de la presencia y posterior polémica que desató Gustavo Petro en el Cauca, ponderando los espaldarazos que, en su momento, presentó el jefe del partido Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez; a las protestas en contra del gobierno del expresidente Juan Manuel Santos Calderón.
El uribismo pasó de apoyar la protesta a rechazarla. Para estos casos, que sirven como píldoras para la memoria, León Valencia trae a colación la presencia de Uribe en la protesta del sector cafetero, en la cual “la gente más cercana de Uribe financió dicha protesta”.
También recuerda el momento en que Uribe se inventó el discurso de una resistencia civil en torno a los Acuerdos de Paz, como también el papel de Uribe con los terratenientes para llevarlos a protestas contra la restitución de tierras.
En este sentido, el argumento de la infiltración política no la hace una razón suficiente para desprestigiar la Minga Indígena. Además, es evidente que la protesta indígena esté ligada a las discusiones políticas, sería una reducción a su historicidad desconocerlo.
Es un error, señala Valencia, no reconocer el carácter cultural, social y político de las comunidades indígenas en Colombia. Así las cosas, la Minga Indígena hoy configura una gran fuerza que tiene en aprietos al presidente Iván Duque.
Este miércoles en la tarde, más de 40 congresistas entre senadores y representantes a la cámara de diferentes partidos políticos, no ocultaron su molestia por no poder reunirse con el presidente Iván Duque, en la Casa de Nariño, lugar hasta donde se desplazaron para discutir la crisis que se registra en el Cauca.
Este rechazo a la bancada de oposición, es un pésimo mensaje que envía Duque al país, al no permitir un encuentro para debatir sobre las medidas que se deben adoptar para superar la manifestación de la Minga indígena.
Kommentare